El agua desalada de Carboneras 'salva' las cientos de cosechas del Bajo Andarax que la Junta dejó sin riego

Feral lamenta que la desaladora de Carboneras, de donde proviene el agua de riego, se haya quedado 'pequeña'. «Llevamos años demandándolo y el tiempo nos da la razón»


Balsa en el Bajo Andarax.

ALMERÍA HOY / 19·05·2017

La Federación de Regantes Almerienses (Feral) ha comunicado que la llegada de agua procedente de la desaladora de Carboneras «va a garantizar la supervivencia de las cosechas que aún no se habían arrancado en el Bajo Andarax», la zona afectada por el corte de agua de riego ordenado por la Junta de Andalucía el pasado 3 de mayo. Los primeros riegos con agua desalada ya se están realizando, apuntan desde Feral, fundamentalmente en las fincas que se encuentran en la fase de engorde de melón y sandía, mientras «la mayoría de los cultivos de tomate han optado por el arranque por encontrarse en estas fechas al final de su vida útil».

Está previsto que durante las próximas semanas continúe el aporte de agua procedente de la desaladora de Carboneras hasta un máximo de un millón de metros cúbicos. Debido a que el agua desalada es muy pura y no contiene minerales, los agricultores tendrán que mezclarla para no perjudicar a las plantas, recurriendo a agua de pozos y a cubas, según las necesidades de cada finca.

«Las aguas reutilizadas que habitualmente se utilizan para regar en el Bajo Andarax siguen afectadas por la prohibición de uso que dictaminó la Consejería de Medio Ambiente a primeros de este mes. La tubería provisional por la que llegarán las aguas desaladas hasta el Bajo Andarax soportaría un caudal de hasta tres millones de metros cúbicos. Sin embargo, la tubería trabajará a un tercio de su capacidad debido a la falta de disponibilidad de agua en la planta desaladora de Carboneras, que actualmente se encuentra al máximo de su capacidad de producción».


Soluciones provisionales

La Federación de Regantes de Almería valora positivamente la llegada de agua desalada porque «significa la salvación para muchos agricultores», pero reprocha a las administraciones «la falta de soluciones definitivas a las reivindicaciones históricas de los regantes almerienses».

«Llevamos años demandando la ampliación de la desaladora de Carboneras, y el tiempo nos ha dado la razón. Ahora podrían llegar hasta tres millones de metros cúbicos al Bajo Andarax si el Gobierno nos hubiera escuchado», asegura el presidente de FERAL, José Antonio Fernández.

La solución «provisional y de urgencia» que significa traer agua desalada desde Carboneras también demuestra, según Feral, la falta de colaboración institucional con miles de explotaciones agrícolas. «Por una parte, la Consejería de Medio Ambiente aún no ha resuelto el expediente de concesión definitiva que reconozca el derecho de la Comunidad de Usuarios de Aguas de Almería (CGUAL) a regar en el Bajo Andarax con las aguas depuradas de la planta de El Bobar. Durante 23 años, el uso de siete hectómetros cúbicos anuales de aguas reutilizadas para riego agrícola se ha autorizado por la Junta de Andalucía mediante concesiones temporales, sin que hasta la fecha se haya dado luz verde al expediente de concesión definitiva cuya tramitación se inició en 1994», recuerdan

Por otra parte, Feral subraya que el Ayuntamiento de Almería inició en 2011 los estudios técnicos y económicos para que los regantes del Bajo Andarax pudieran utilizar las aguas de la desaladora de la capital. «Varios años después, esa opción sigue sin estar operativa. Los agricultores siguen con la incertidumbre de no saber si podrán sembrar la próxima plantación. Lo que está sucediendo en el Bajo Andarax es solo un ejemplo de lo que puede suceder mañana en cualquier otro punto de la provincia», advierte el presidente de Feral, que reclama una vez más a la Junta de Andalucía una «apuesta firme y urgente por actualizar y regularizar los derechos del agua en Almería».