Una pareja recoge firmas contra el Hospital La Inmaculada después de perder a su bebé

Su petición, que ha recibido cerca de 5.000 apoyos en menos de 24 horas a través de Change.org, podría ir seguida de acciones legales contra el centro


María Ludeña y Francisco Martín, víctimas de una presunta negligencia médica.

ALMERÍA HOY / 13·01·2016

Unos padres residentes en la localidad de Vera llevan recogidas cerca de 5.000 firmas, en menos de 24 horas, contra una presunta negligencia médica cometida en el Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa y por la que habrían perdido a su bebé durante el parto, en septiembre de 2015, al tiempo que estudian emprender acciones legales contra el centro hospitalario.

María Ludeña, madre del bebé fallecido, ha explicado a ALMERÍA HOY que, si bien permanece en tratamiento psicológico después de lo ocurrido, se encuentra «desbordada» ante la gran cantidad de apoyos recibidos tanto en redes sociales como en su localidad y dispuesta a «tirar para adelante» para hacer justicia. «Cada vez que salgo a la calle y me cruzo con alguien, se me acerca y me muestra su afecto», explica.

María, de 27 años de edad y madre de otro niño de tres años, afirma haberse asesorado con médicos, abogados y asociaciones de personas en su misma situación, y asegura no tener «ninguna duda» de estar ante «una negligencia en toda regla».

Según nos cuenta, se está encontrando con «problemas» por parte de la gerencia del hospital después de haber solicitado ciertos informes sobre su caso. Por otro lado, señala que el principal destinatario de la probable denuncia será uno de los ginecólogos, quien al parecer ya habría sido objeto de «múltiples denuncias» por malas prácticas «y sin embargo sigue en el hospital como si nada», según apunta María.

Además del notable éxito en su recogida de firmas a través de Change.org, María Ludeña también se muestra gratamente sorprendida por el alcance de su caso en redes sociales, y pone como ejemplo un vídeo compartido en Facebook, y que ya acumula unas 60.000 reproducciones.

María Ludeña recuerda, por otro lado, que son «muchísimas» las personas que se encuentran en una situación similar a la suya, muchas de las cuales permanecen «en el anonimato». «Si puedo ser de algún modo su voz para que se nos escuche, bienvenido sea», finaliza.


Relato de los hechos

Todo empezó el 4 de septiembre de 2015. «Ingresé en el hospital con contracciones de parto; ya tenía una cesárea anterior de mi hijo hacia tres años, no dilataba hasta el día siguiente, que rompí aguas y estaban sucias. Me dijeron que se podía esperar más; al mediodía me pusieron la epidural porque yo ya no aguantaba más todo: fue muy lento y no dilataba», explica a través de change.org.

«Me empezaron a poner oxitocina y me dio fiebre, a lo que me dijeron que era normal. Vino el ginecólogo, me hizo el tacto y les dijo a las matronas con estas palabras: que me metieran caña con la oxitocina porque esto tenia que avanzar más rapido, a lo que las matronas hicieron caso».

«Al poco tenia ya 9 centímetros de dilatación. Volvió el ginecólogo y me hizo otro tacto: en ese momento empecé a gritar de dolor porque sentía que me rompía por dentro. Todas a mi alrededor preocupadas porque decían que con la epidural no debía de doler tanto, yo les gritaba y señalaba dónde me dolia —la zona de la anterior cesárea— y me decían que era normal porque el niño se estaría encajando».

«De repente mi corazón se aceleró y empecé a vomitar sin control mucho líquido verde aún llevando un día sin comer nada, volvieron a decirme que era normal, yo no podía parar de gritar. Vino el ginecólogo nuevamente y, al hacer un tacto, se llevó las manos a la cabeza diciendo que no entendía lo que pasaba».

«Ahora estaba de centímetros, incluso preguntaba si antes había dicho nueve o estaba recordándolo mal. Las matronas le dijeron que efectivamente había dicho eso. Yo ya a gritos le dije que por favor me lo sacara por cesárea y me dijo que sí».

«Bien, pues desde ese momento que eran las once de la noche hasta las 23:45 no entré en quirofano; en el momento de tumbarme yo noté a mi bebé ya a un lado de mi barriga y el dolor de repente cesó. Mi bebe murió dentro de mi barriga dado que a causa del exceso con la oxitocina, mi útero no aguantó y se rompió: el bebé salió quedándose a un lado de mi barriga y la placenta se desprendió, con lo cual mi bebé se quedó sin oxígeno. La explicación del ginecólogo fue que tuve mala suerte».