ALMERÍA HOY / 09·09·2025
Las autoridades andaluzas han confirmado la presencia en Almería del mejillón egipcio (Brachidontes pharaonis), una especie marina invasora procedente del Mar Rojo. Este molusco bivalvo, conocido por su capacidad para colonizar nuevos territorios, ha sido localizado en dos puntos clave de la costa almeriense: la Isla de San Andrés en Carboneras y el Islote de San Pedro, ubicado en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
El mejillón egipcio, que llegó al Mediterráneo a finales del siglo XIX a través del canal de Suez, se ha extendido progresivamente por la cuenca oriental del mar, estableciendo grandes poblaciones en países como Líbano, Siria o Turquía. En la década de 1970, su presencia se documentó en el Mediterráneo central, llegando a alcanzar densidades extremadamente altas. Más recientemente, en 2020, se detectó por primera vez en España, en zonas como el Mar Menor (Murcia) y la costa valenciana.
Este bivalvo invasor es notablemente más pequeño que el mejillón común, con un tamaño máximo de 40 milímetros. Se distingue por las finas costillas radiales que recorren su concha de color pardo oscuro. Su hábitat preferido son las zonas rocosas con fuerte oleaje, donde se resguarda entre densas masas de algas, compitiendo por el espacio con especies nativas como el mejillón local más pequeño (Mytilaster minimus).
A pesar de que el mejillón egipcio forma concentraciones muy densas, los expertos señalan que, por el momento, su impacto sobre especies vulnerables como el caracol colonial (Dendropoma lebeche), que habita en las mismas formaciones vegetales, no parece ser una amenaza directa. Aunque su presencia actual es puntual, no se descarta una futura expansión que podría llevar a una mayor abundancia de la especie en la costa almeriense, replicando lo ocurrido en otras partes del Mediterráneo.
Debido a la dificultad para erradicarlo sin causar daños al ecosistema, las estrategias se centran en el seguimiento y la gestión de su expansión.
El mejillón egipcio, que llegó al Mediterráneo a finales del siglo XIX a través del canal de Suez, se ha extendido progresivamente por la cuenca oriental del mar, estableciendo grandes poblaciones en países como Líbano, Siria o Turquía. En la década de 1970, su presencia se documentó en el Mediterráneo central, llegando a alcanzar densidades extremadamente altas. Más recientemente, en 2020, se detectó por primera vez en España, en zonas como el Mar Menor (Murcia) y la costa valenciana.
Este bivalvo invasor es notablemente más pequeño que el mejillón común, con un tamaño máximo de 40 milímetros. Se distingue por las finas costillas radiales que recorren su concha de color pardo oscuro. Su hábitat preferido son las zonas rocosas con fuerte oleaje, donde se resguarda entre densas masas de algas, compitiendo por el espacio con especies nativas como el mejillón local más pequeño (Mytilaster minimus).
A pesar de que el mejillón egipcio forma concentraciones muy densas, los expertos señalan que, por el momento, su impacto sobre especies vulnerables como el caracol colonial (Dendropoma lebeche), que habita en las mismas formaciones vegetales, no parece ser una amenaza directa. Aunque su presencia actual es puntual, no se descarta una futura expansión que podría llevar a una mayor abundancia de la especie en la costa almeriense, replicando lo ocurrido en otras partes del Mediterráneo.
Debido a la dificultad para erradicarlo sin causar daños al ecosistema, las estrategias se centran en el seguimiento y la gestión de su expansión.
