Los funcionarios


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos




Si nos atenemos a las declaraciones realizadas hace unas semanas por don Juan López, presidente de Port Rail del Almanzora, los retrasos en las obras públicas que se vienen produciendo tienen unos responsables, los cajones de los funcionarios, donde los informes se guardan todo el tiempo que sea necesario. Se hacen los remolones a la hora de firmar, y van tejiendo una tela de retrasos que llevan a que las obras se hagan eternas. Entiendo lo que mantiene el señor López, pero no se puede estar totalmente de acuerdo con él. No digo que los funcionarios no tengan una parte de culpa, que retrasen en lo que puedan, pero por encima del más alto de los funcionarios está el político, y solo este es el que puede poner al funcionario a trabajar.

Me pueden indicar que es difícil, que la ley defiende al funcionario, y tienen razón, echarlo a la calle tiene que pasar por el consejo de ministros, pero el político siempre encontrará la forma de que ese papel se firme, y si no lo consigue, creo que es él, el político, el máximo culpable de que ello ocurra. Se vigila poco al funcionario, manifiesta el presidente de Port Rail, pero no creo que tenga que ser el ciudadano el que tenga la capacidad para hacerlo, y volvemos a caer en la casilla del político. ¿A qué se dedica al político, que no logra en su área que los funcionarios trabajen un poquito más, no mucho?

Centra una de sus críticas en que habría que hacerle una auditoria al trabajo que lleva a cabo el funcionario. No me parece mala idea. Todos los trabajadores tienen unos controles en sus empresas privadas, no estaría de más que los empleados públicos también lo tuvieran. Una auditoria de vez en cuando al trabajo realizado no estaría de más. Siendo consciente, don Juan, que la misma no serviría para nada. Si algo tiene claro el funcionario es que el político es ave de paso, mientras que él ahí se va a quedar, y con todas las posibilidades de tocarles los pinreles al de turno cada vez que abra la boca.

El político, ante el control del trabajo de los funcionarios, se buscó lo de la libre designación, los asesores, en un intento de ese control que pide el señor López, pero de poco o nada ha servido. Los de la libre y los asesores no han tardado en copiar la comodidad del funcionariado, la tranquilidad de no enfrentarse con el viejo funcionario de colmillo retorcido. Si hablan con algún político, asesor o funcionario del ayuntamiento de Almería, y preguntan por quién manda en personal, se darán cuenta de quien tiene de verdad el poder, y no es el político, y cada vez que alguno ha intentado cambiar el poder en el área, ha salido trasquilado.

¿Y los sindicatos? Miedo, pavor le tiene el político al sindicato de turno, regarlo de dinero, de liberados y de todo lo que vaya pidiendo es lo que hace. Creo señor López que habría que empezar por cambiar a los políticos. La auditoría habría que hacérsela a ellos, son los culpables de los retrasos, de las multas y de las subidas de impuestos. Les faltan…