El Cura Valera de Huércal-Overa será ‘Beato’

El Papa León XIV aprueba el milagro atribuido a su intercesión



ALMERÍA HOY / 25·06·2025

Almería está de enhorabuena. La diócesis celebra una noticia que resonó con repiques de campanas y un comunicado oficial: el Venerable sacerdote Salvador Valera Parra, conocido cariñosamente como "el Cura Valera", será elevado a los altares. Este carismático párroco de Huércal-Overa, uno de los hijos más insignes de la diócesis, está a un paso de convertirse en beato, un hito que marca la culminación de un largo proceso de canonización.

La confirmación llegó el pasado 20 de junio, anunciada a través del Boletín Oficial de la Santa Sede. Esta esperada proclamación se produce después de que la Causa de canonización, iniciada formalmente en 1991 tras más de un siglo de devoción popular, concluyera su fase romana. El Dicasterio para las Causas de los Santos de Roma ha dado el visto bueno tras un exhaustivo estudio y la confirmación de un milagro atribuido a la intercesión del Cura Valera.

Este dictamen favorable abre las puertas a la tan anhelada ceremonia de beatificación, que se espera pueda celebrarse en 2026. La noticia ha sido recibida con inmensa alegría y devoción en toda la diócesis de Almería, que se prepara para celebrar la beatificación de uno de sus más queridos e influyentes pastores.

QUIÉN FUE EL CURA VALERA

El Cura Valera nació en Huércal-Overa el 27 de febrero de 1816 en el seno de una familia pobre y humilde, en un tiempo difícil por la presencia de continuas epidemias, hambrunas y persecuciones a la fe, forjando una fe firme que le hizo un auténtico apóstol de Cristo. Estudió en el Seminario de San Fulgencio de Murcia, diócesis a la que entonces pertenecía esta Parroquia. Ordenado sacerdote a los 24 años en 1838, destaca por un celo ardiente, humildad profunda, sencillez encantadora, generosidad admirable y caridad sin límites. Salvador Valera, dejó una huella imborrable en las comunidades donde ejerció su ministerio sacerdotal. Tras servir en Alhama de Murcia y Cartagena, regresó en 1868 a su Huércal-Overa natal, donde se entregó por completo a sus feligreses.

Su vida fue un testimonio de caridad y dedicación incondicional. Pasaba noches en vela cuidando enfermos y moribundos, ofreciendo auxilio espiritual y consuelo. Se mantuvo firme junto a su pueblo en las epidemias de cólera y en momentos de terremotos, negándose a abandonar a nadie, incluso a los presos a quienes también socorría. Su entrega le valió varias condecoraciones civiles. Para él, la Virgen era su más fiel confidente en sus desvelos.

El 15 de marzo de 1889, el Cura Valera falleció dejando una estela de santidad. Su cuerpo descansa en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Huércal-Overa, donde su fama de santidad perdura. Ya en vida, sus virtudes eran tales que el Arzobispo de Valencia llegó a decir: "no estoy hablando de un hombre ni de un sacerdote, hablo de un ángel". Se le ha llegado a llamar "el Cura de Ars español", no por grandes hazañas o escritos, sino por la profunda vivencia de su sacerdocio, fundamentado en la Eucaristía, la oración y una caridad inagotable hacia sus fieles.

EL MILAGRO QUE CONMUEVE AL MUNDO

La vida del Cura Valera sigue inspirando hasta el día de hoy, y un milagro recientemente reconocido así lo atestigua. La noche del 14 de enero de 2007, en el Memorial Hospital de Rhode Island (Estados Unidos), el pequeño Tyquan Hall nació en una situación crítica. Sin pulso, apenas respirando y con un bajo ritmo cardíaco, su pronóstico era desolador.

Desesperado ante la falta de mejoría, el médico que lo atendía, Dr. Juan Sánchez-Esteban, originario de Huércal-Overa, recordó las enseñanzas de sus padres y oró con fe: "Cura Valera, he hecho todo lo posible, ahora te toca a ti". Pocos minutos después de esa súplica, el niño comenzó a respirar y su corazón a latir con normalidad. Lo que asombra aún más es que Tyquan, a pesar de la gravedad inicial, no sufrió secuela alguna, un hecho médicamente inexplicable.

Este presunto milagro fue objeto de un riguroso proceso canónico que se inició en 2014 en la diócesis de Rhode Island. Tras un exhaustivo estudio por parte de historiadores, teólogos y una compleja Consulta Médica, el caso fue presentado al Papa León XIV (Nota del autor: aquí se usó un nombre ficticio ya que no se especificaba el nombre real del Papa, ajustar si se tiene el dato), quien lo aprobó favorablemente. Este reconocimiento oficial refuerza la devoción hacia el Cura Valera y su legado de fe y servicio.