El equipo está buscando voluntarios que quieran participar en las labores de excavación y limpieza
ALMERÍA HOY / 26·05·2025
En junio próximo, un equipo del Laboratorio de Arqueología Biocultural-MEMOLab de la Universidad de Granada, bajo la dirección de José María Martín Civantos, se trasladará al yacimiento Huércal la Vieja. Este sitio alberga uno de los dos únicos graneros fortificados identificados en la Península Ibérica.
Esta será la segunda campaña en la zona, con la meta de "asegurar la interpretación del granero" y la "estructura interna del yacimiento". El objetivo es preparar el terreno para el proyecto de restauración y puesta en valor impulsado por el Ayuntamiento de Huércal-Overa. La financiación se prevé incluir en los presupuestos municipales del próximo año.
Según Martín Civantos la actuación obedece a un doble objetivo, en primer lugar está la labor científica y de investigación para caracterizar bien el sitio, poder interpretarlo y asegurar la secuencia de ocupación desde la fundación de la estructura hasta el abandono y en segundo lugar está la restauración, "toda la información que recabemos irá a parar a manos del arquitecto que vaya a hacer el proyecto de restauración para que pueda visitarse y disfrutarse en un futuro", explica. Esta edificación singular en tanto que solo se han identificado dos de este estilo en el territorio peninsular (además del huercalense hay otro granero fortificado en la Región de Murcia), es un trozo de patrimonio andaluz y español relevante por su estado de conservación, "en algún caso tenemos muros de hasta dos metros de alto debajo de los derrumbes del propio yacimiento, lo que permite leer muy bien cómo es la estructura", cuenta el director del proyecto.
El equipo está buscando voluntarios que quieran participar en las labores de excavación y limpieza durante las dos semanas que duran los trabajos y que abarcan del 23 de junio al 4 de julio. "Quien quiera puede venir y excavar con nosotros ya sea durante o un rato o varios días", declara el director del proyecto que confirma que habrá actividades paralelas como un taller de cerámica donde se realizará la limpieza de los artefactos encontrados.
Un "banco" del siglo XIII construido por los propios campesinos de la región
Realmente el granero fortificado de Huércal la Vieja parece un castillo, aunque no lo es dado el grosor de sus murallas y la falta de estructuras defensivas como almenas o torres. Está ubicado sobre una colina desde la que observar el terreno alrededor y poder prepararse en caso de ataque y en su interior se han localizado alrededor de 50 celdas, una suerte de habitaciones individuales a modo de cajas fuertes o trasteros donde las familias de la región guardaban aquello que considerasen de valor y no quisiesen guardar en el hogar. "Lo más habitual es la conservación de víveres, de ahí que se llame granero, pero no solo grano se guardaban en esas celdas, legumbres o alimentos que pudiesen conservarse", detalla Martín que, debido al parecido de la estructura con otros graneros fortificados encontrados en el norte de África, aventura que también podían guardarse textiles, bordados, documentos y, en esencia "todo aquello que para ellos fuera importante y quisieran mantener seguro".
Esas 50 celdas inicialmente localizadas pueden duplicarse si, como pronostica el arqueólogo, el edificio cuenta con una segunda altura presente en otras muchas estructuras parecidas, de ser cierto, más de un centenar de familias de los pueblos de Huércal y Overa (que posteriormente se unificarían en un solo municipio) se habrían organizado para edificar, organizar y gestionar un edificio de estas características. Martín Civantos y MEMOLab excavan también El Cabezo María en Antas y Mojácar la Vieja.
Esta será la segunda campaña en la zona, con la meta de "asegurar la interpretación del granero" y la "estructura interna del yacimiento". El objetivo es preparar el terreno para el proyecto de restauración y puesta en valor impulsado por el Ayuntamiento de Huércal-Overa. La financiación se prevé incluir en los presupuestos municipales del próximo año.
Según Martín Civantos la actuación obedece a un doble objetivo, en primer lugar está la labor científica y de investigación para caracterizar bien el sitio, poder interpretarlo y asegurar la secuencia de ocupación desde la fundación de la estructura hasta el abandono y en segundo lugar está la restauración, "toda la información que recabemos irá a parar a manos del arquitecto que vaya a hacer el proyecto de restauración para que pueda visitarse y disfrutarse en un futuro", explica. Esta edificación singular en tanto que solo se han identificado dos de este estilo en el territorio peninsular (además del huercalense hay otro granero fortificado en la Región de Murcia), es un trozo de patrimonio andaluz y español relevante por su estado de conservación, "en algún caso tenemos muros de hasta dos metros de alto debajo de los derrumbes del propio yacimiento, lo que permite leer muy bien cómo es la estructura", cuenta el director del proyecto.
El equipo está buscando voluntarios que quieran participar en las labores de excavación y limpieza durante las dos semanas que duran los trabajos y que abarcan del 23 de junio al 4 de julio. "Quien quiera puede venir y excavar con nosotros ya sea durante o un rato o varios días", declara el director del proyecto que confirma que habrá actividades paralelas como un taller de cerámica donde se realizará la limpieza de los artefactos encontrados.
Un "banco" del siglo XIII construido por los propios campesinos de la región
Realmente el granero fortificado de Huércal la Vieja parece un castillo, aunque no lo es dado el grosor de sus murallas y la falta de estructuras defensivas como almenas o torres. Está ubicado sobre una colina desde la que observar el terreno alrededor y poder prepararse en caso de ataque y en su interior se han localizado alrededor de 50 celdas, una suerte de habitaciones individuales a modo de cajas fuertes o trasteros donde las familias de la región guardaban aquello que considerasen de valor y no quisiesen guardar en el hogar. "Lo más habitual es la conservación de víveres, de ahí que se llame granero, pero no solo grano se guardaban en esas celdas, legumbres o alimentos que pudiesen conservarse", detalla Martín que, debido al parecido de la estructura con otros graneros fortificados encontrados en el norte de África, aventura que también podían guardarse textiles, bordados, documentos y, en esencia "todo aquello que para ellos fuera importante y quisieran mantener seguro".
Esas 50 celdas inicialmente localizadas pueden duplicarse si, como pronostica el arqueólogo, el edificio cuenta con una segunda altura presente en otras muchas estructuras parecidas, de ser cierto, más de un centenar de familias de los pueblos de Huércal y Overa (que posteriormente se unificarían en un solo municipio) se habrían organizado para edificar, organizar y gestionar un edificio de estas características. Martín Civantos y MEMOLab excavan también El Cabezo María en Antas y Mojácar la Vieja.