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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Sesenta pueblos almerienses, algunos ya han dado el visto bueno, van a entrar a formar parte de la llamada biosfera del parque de Sierra Nevada. No soy alcalde de uno de esos pueblos, si lo fuera, con las ganas se iban a quedar los señores de la Junta esperando la adhesión de mi municipio a su nuevo juguete.
Como no lo soy, solo quiero llamar la atención sobre lo que ha sido el engaño para los pueblos que un día, llevados al huerto de la política por sus alcaldes, y un partido, el Psoe, entraron en lo que les tiene atados al atraso y al servilismo.
Hoy día, pueblos que viven entre el río Andarax y la hermosa Sierra Nevada, ven cortado su desarrollo por una relación con el parque que les fue impuesta. Si entonces fue el Psoe desde la Junta de Sevilla la que tomó el pelo a los vecinos, con el apoyo inestimable de sus alcaldes (o tontos o comprados por sus jefes políticos), hoy es el Pp, también desde la Junta de Sevilla, y con la colaboración de sus alcaldes y un consejero que dice amar esta tierra almeriense, los que quieren repetir la jugada. Hoy se trata de que sesenta municipios de Granada y Almería, afectados por el parque, se unan a lo que llaman reserva de la biosfera de esta hermosa Sierra.
En aquello ocasión les dijeron a los vecinos que entrar a formar parte del Parque iba a suponer una serie de ventajas económicas para el municipio, inversiones desde los gobiernos: Sevilla, Madrid y Bruselas, de las que se iban a beneficiar los vecinos. Lo primero que se encontraron es que a partir de ese momento la tierra ya no era suya, que iban a seguir pagando los impuestos por ella, pero ya no mandarían en la misma, que ahora unos señores tenían la potestad, desde un despacho de la capital, de decirles lo que podían hacer o no en sus tierras. Y así se ven las mismas, abandonadas, llenas de salaos, muertas por culpa de unos políticos a los que lo menos que les podemos llamar es…
Estamos en la segunda parte de aquella historia ya vivida. Dice el refrán que segundas partes nunca fueron buenas. Al tanto. Están contando las mismas historias: La ventaja que tiene para el pueblo el estar dentro de ese paraguas que supone la biosfera de Sierra Nevada, los beneficios que van a recibir para inversiones de las administraciones, de los gobiernos y de las madres que los trajo al mundo.
¿Dónde están las primeras inversiones prometidas por el parque? Aquellas que iban a llegar a los vecinos y sus tierras. ¿Dónde los beneficios que se iban a obtener si se abrazaban al sueño de Sierra Nevada? El despertar fue duro. Sus tierras no valen un real, pues es poco lo que se puede hacer en ellas. Y la agricultura ya ven como la están defendiendo estos sátrapas de traje y corbata. Y se creen ustedes que ahora van a ser sinceros, que ahora con lo de la biosfera si van a cumplir. Que son políticos, que lo suyo es mentir al ciudadano hasta que lo convencen, y una vez convencido, si te he visto no me acuerdo.
Tristemente, los pueblos caerán en sus manos, dentro de unos años, como ya ocurrió hace unos años, los vecinos se lamentarán en las barras de los bares, si es que queda alguno, o lo tendrá que abrir Javier Aureliano, por la nueva tomadura de pelo que han sufrido a cuenta de la biosfera del Parque de Sierra Nevada.
Como no lo soy, solo quiero llamar la atención sobre lo que ha sido el engaño para los pueblos que un día, llevados al huerto de la política por sus alcaldes, y un partido, el Psoe, entraron en lo que les tiene atados al atraso y al servilismo.
Hoy día, pueblos que viven entre el río Andarax y la hermosa Sierra Nevada, ven cortado su desarrollo por una relación con el parque que les fue impuesta. Si entonces fue el Psoe desde la Junta de Sevilla la que tomó el pelo a los vecinos, con el apoyo inestimable de sus alcaldes (o tontos o comprados por sus jefes políticos), hoy es el Pp, también desde la Junta de Sevilla, y con la colaboración de sus alcaldes y un consejero que dice amar esta tierra almeriense, los que quieren repetir la jugada. Hoy se trata de que sesenta municipios de Granada y Almería, afectados por el parque, se unan a lo que llaman reserva de la biosfera de esta hermosa Sierra.
En aquello ocasión les dijeron a los vecinos que entrar a formar parte del Parque iba a suponer una serie de ventajas económicas para el municipio, inversiones desde los gobiernos: Sevilla, Madrid y Bruselas, de las que se iban a beneficiar los vecinos. Lo primero que se encontraron es que a partir de ese momento la tierra ya no era suya, que iban a seguir pagando los impuestos por ella, pero ya no mandarían en la misma, que ahora unos señores tenían la potestad, desde un despacho de la capital, de decirles lo que podían hacer o no en sus tierras. Y así se ven las mismas, abandonadas, llenas de salaos, muertas por culpa de unos políticos a los que lo menos que les podemos llamar es…
Estamos en la segunda parte de aquella historia ya vivida. Dice el refrán que segundas partes nunca fueron buenas. Al tanto. Están contando las mismas historias: La ventaja que tiene para el pueblo el estar dentro de ese paraguas que supone la biosfera de Sierra Nevada, los beneficios que van a recibir para inversiones de las administraciones, de los gobiernos y de las madres que los trajo al mundo.
¿Dónde están las primeras inversiones prometidas por el parque? Aquellas que iban a llegar a los vecinos y sus tierras. ¿Dónde los beneficios que se iban a obtener si se abrazaban al sueño de Sierra Nevada? El despertar fue duro. Sus tierras no valen un real, pues es poco lo que se puede hacer en ellas. Y la agricultura ya ven como la están defendiendo estos sátrapas de traje y corbata. Y se creen ustedes que ahora van a ser sinceros, que ahora con lo de la biosfera si van a cumplir. Que son políticos, que lo suyo es mentir al ciudadano hasta que lo convencen, y una vez convencido, si te he visto no me acuerdo.
Tristemente, los pueblos caerán en sus manos, dentro de unos años, como ya ocurrió hace unos años, los vecinos se lamentarán en las barras de los bares, si es que queda alguno, o lo tendrá que abrir Javier Aureliano, por la nueva tomadura de pelo que han sufrido a cuenta de la biosfera del Parque de Sierra Nevada.