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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
El personal se anda preguntando estos día si José Luis, el hombre que salió del consejo de ministros por su amistad con Koldo, va a ser leal o no a su partido, al presidente que lo despeñó y al ministro de los ferrocarriles en paro que lo ha puesto en la picota. Más bien lo ha sentado en el banquillo de los acusados y con una diana en la espalda. Lo que eso significa en el Psoe lo debe saber el señor Ábalos, él tuvo poder en el partido y dejó colgado a más de un compañero, quejarse ahora no le sirve de nada. El tendrá que pagar la historia de las mascarillas, te han cazado, José Luis, y te van a usar, lo sabes, como casco protector del resto de los que metieron las manos en tiempo de pandemia sobre las dichosas mascarillas.
Y ya puestos, los compañeros, si pueden, son hábiles para eso, te buscarán alguna historia más, la de Tito Berni, la de Begoña, la del compositor de óperas y hasta algún escollo que haya escondido sobre los eres andaluces. Y no sé, pero me da la impresión que en tu caso Pumpido no va a intervenir en tu defensa. Vamos, que Pedro no le va pedir que te eche una mano con el resto de “coleguis” del Tc. Sabes lo que te espera, por mucho que ahora pidas el reingreso al partido, tras seis meses y no te hayan acusado aún de nada.
No es fácil saber el comportamiento futuro de una persona que ha estado con mando en plaza en el Psoe de Sánchez, y que este cesó por cuestiones de mascarillas. Y es que es cierto algunas de las declaraciones que le hemos oído al exministro: Si se trata de mascarillas, que investigue la justicia todas las que se han comprado en cada uno de los ministerios, así como en organismos autónomos, dependientes del gobierno del Pedro Sánchez.
Tiene razón el ex: ¿Qué hacía Adif comprando mascarillas? Se las irían a poner a las locomotoras para que no contrajeran el covid, digo yo. No encuentro otra explicación que no sea la de aprovechar la aventura y necesidad de ese adminículo sobre nuestras caras para que algunos golfos se hayan llevado algunos cientos de miles de euros a sus bolsillos, o ingresados en sus cuentas corrientes en algún paraíso fiscal.
Dice el hijo de aquel “picaor” del reino valenciano que hasta aquí ha llegado el cachondeo de Pedro y Puente, que va a ser libre e independiente a la hora de votar en el congreso. Y las huestes del guapo presidente, como no podía ser menos, se han echado a temblar: Óscar, por Dios, ¿qué has hecho? Puente de nuestros desvaríos ¿en qué lio nos has metido? Este tío nos puede dejar sin trabajo. El ministro del ferrocarril en paro lo tiene claro: él ha seguido las órdenes del jefe, del Dios en la tierra, del bendecido marido de Begoña, del mecenas de su hermano, gran músico y compositor de óperas, que pasará a la historia cultura de este país y que consagrará los apellidos Sánchez Castejón en los grandes liceos del mundo.
En estos días Ábalos deshoja la margarita. Vamos, José Luis. ¿Qué vas a hacer? Americano en el kiosco Amalia a que al final se raja, ya anda pidiendo la vuelta al redil socialista. En el fondo es un buen chico. Grande, pero bueno. Algo torpón, dirán en el partido, pero los ha habido peores, y de eso todos están seguros. Y los hay, ojo, ahí tienen como ejemplo al presidente, y menudo elemento es.
Y ya puestos, los compañeros, si pueden, son hábiles para eso, te buscarán alguna historia más, la de Tito Berni, la de Begoña, la del compositor de óperas y hasta algún escollo que haya escondido sobre los eres andaluces. Y no sé, pero me da la impresión que en tu caso Pumpido no va a intervenir en tu defensa. Vamos, que Pedro no le va pedir que te eche una mano con el resto de “coleguis” del Tc. Sabes lo que te espera, por mucho que ahora pidas el reingreso al partido, tras seis meses y no te hayan acusado aún de nada.
No es fácil saber el comportamiento futuro de una persona que ha estado con mando en plaza en el Psoe de Sánchez, y que este cesó por cuestiones de mascarillas. Y es que es cierto algunas de las declaraciones que le hemos oído al exministro: Si se trata de mascarillas, que investigue la justicia todas las que se han comprado en cada uno de los ministerios, así como en organismos autónomos, dependientes del gobierno del Pedro Sánchez.
Tiene razón el ex: ¿Qué hacía Adif comprando mascarillas? Se las irían a poner a las locomotoras para que no contrajeran el covid, digo yo. No encuentro otra explicación que no sea la de aprovechar la aventura y necesidad de ese adminículo sobre nuestras caras para que algunos golfos se hayan llevado algunos cientos de miles de euros a sus bolsillos, o ingresados en sus cuentas corrientes en algún paraíso fiscal.
Dice el hijo de aquel “picaor” del reino valenciano que hasta aquí ha llegado el cachondeo de Pedro y Puente, que va a ser libre e independiente a la hora de votar en el congreso. Y las huestes del guapo presidente, como no podía ser menos, se han echado a temblar: Óscar, por Dios, ¿qué has hecho? Puente de nuestros desvaríos ¿en qué lio nos has metido? Este tío nos puede dejar sin trabajo. El ministro del ferrocarril en paro lo tiene claro: él ha seguido las órdenes del jefe, del Dios en la tierra, del bendecido marido de Begoña, del mecenas de su hermano, gran músico y compositor de óperas, que pasará a la historia cultura de este país y que consagrará los apellidos Sánchez Castejón en los grandes liceos del mundo.
En estos días Ábalos deshoja la margarita. Vamos, José Luis. ¿Qué vas a hacer? Americano en el kiosco Amalia a que al final se raja, ya anda pidiendo la vuelta al redil socialista. En el fondo es un buen chico. Grande, pero bueno. Algo torpón, dirán en el partido, pero los ha habido peores, y de eso todos están seguros. Y los hay, ojo, ahí tienen como ejemplo al presidente, y menudo elemento es.
