La estación y los políticos


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Estoy frente a la vieja y hermosa estación de ferrocarriles. Dios, que hermosa es. Está abierta para los ciudadanos, pero no es definitiva, dentro de un tiempo volverá a cerrar sus puertas, o por lo menos así lo dijeron las voces responsables: Puente desde Madrid, Martín desde Almería. Y ¿por qué los ciudadanos tenemos que dejar de disfrutar de una parte de nuestra cultura?, se pregunta uno. ¿Por qué siempre tienen que mandar estos pantuflas que tenemos en el poder sobre lo que no es suyo?

En algún sótano de un museo de Madrid hay todavía restos de la Almería antigua, aquella que nos enseñaba Pituco con sus dibujos.

Me paro a recordar la historia y los comentarios que nos quisieron hacer llegar los políticos sobre la estación, así como sus consecuencias. Tras lo manifestado por los sagaces seguidores del sanchismo, la culpa de que la estación no pase a manos de los ciudadanos, a través del ayuntamiento, es algo que tenemos que preguntar a los últimos alcaldes de la ciudad. Ramón y María del Mar.

Manifestó el señor Martín, vocero de Sánchez en Almería, que el ayuntamiento, sus alcaldes, a lo largo de los últimos cinco años no han contestado al gobierno sobre el uso que iban a darle a la doliente y hermosa estación, y que ahora ya es tarde para hacerlo. Le faltó un: ¡que se fastidien por gandules! Recordar estos comentarios de hace unos meses, frente a la hermosa estación de Almería, nos hace pensar en los políticos que hemos tenido y que siguen ejerciendo su poder entre nosotros. Vale que han sido unos inútiles los que hemos tenido en el ayuntamiento, pero, ese es argumento para que un almeriense como el señor Martín, vocero del marido de Begoña y cuñado de la japonesa más famosa que pisa España, asuma la pérdida de la estación para la ciudad, y no para unas oficinas de Adif. ¡Anda que está Adif como para tirar cohetes!

Si buscamos a los alcaldes responsables, por lo menos según el argumento puesto sobre la mesa, Ramón Fernández Pacheco, ha sido el responsable durante cuatro años de que se haya perdido la estación para la ciudad, dejando a Mar Vázquez con la misma durante el último año. Y no tienen defensa ante la dejadez que han demostrado, dejadez que no demostraron a la hora de subirse el sueldo o el precio público del agua a los ciudadanos. Lo lamentable, estando frente a la hermosa fachada de la estación del tren, es que, entre unos y otros, los del Psoe y los del Pp, ese edifico no pueda ser un lugar de encuentro de los ciudadanos almerienses, los que a lo largo los años hemos pagado con nuestros impuestos las grandes obras aquí realizadas. Algunos políticos se creen dueños de todo lo que hay sobre la tierra.