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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Han pasado algunas semanas y han ocurrido nuevas desgracias, querido Ábalos, dentro del
Psoe, pero no quería dejar de acercarme a unas declaraciones de Mateo. Aquel que su nombre
significa “el regalo del señor”, salió a los medios hace unos días para darnos el evangelio de su
palabra en cuanto a los resultados de su partido en la lejana y hermosa Galicia de percebes y
zamburiñas. Sin olvidar al pulpo a la gallega y los clásicos y pobres mejillones con pipirrana.
Mateo Hernández, parlamentario almeriense del Psoe en la casta Sevilla, contó a los ciudadanos que querían oírlo, y sobre todo creerlo, que los percebes, las zamburiñas, los pulpos y los mejillones votaron el domingo, 18 de febrero, en clave autonómica. No piensa él, militante socialista, que ese domingo perdiera Sánchez las elecciones. Pedro Sánchez no se presentaba. No se puede decir por lo tanto que alguien que no llevaba su nombre escrito en las papeletas haya perdido las elecciones. No le podemos negar que tiene una parte de razón, aunque cualquier político que se precie le invitaría a una ración de mejillones, por el precio de los mismos.
El hombre volvió a su escaño en Sevilla. Mateo no es un militante socialista de reconocido prestigio dentro de su partido en la provincia, ni siquiera logró su escaño por los votos directos de los almerienses, tuvo que esperar a que su jefe, trasladara sus posaderas a la capital de España, para que él pudiera tener su culo sentado en la bancada socialista del convento sevillano. Visto desde ese punto, no parece que sea la voz que se pueda reconocer como el evangelio en Almería ante las elecciones celebradas en la comunidad gallega.
La pregunta sería: ¿Por qué Juan Antonio Lorenzo le pide a casi un desconocido Mateo que salga a los medios de Almería a dar la cara, a intentar convencer de que Pedro Sánchez no tiene la culpa del desaguisado recogido en las tierras del pulpo y de los mejillones? No deja de ser extraño el silencio del propio Lorenzo, de Sánchez Teruel y de algún otro nombre de la nueva ejecutiva del Psoe Almeriense. Don Antonio Hernando, por ejemplo, hombre que en estos momentos tiene cargo en la ejecutiva provincial, habría sido más convincente con su explicación sobre los resultados obtenidos en Galicia. A qué sí, mis muy queridos lectores.
Por lo que nos gustaría conocer su opinión, su análisis de lo ocurrido aquel domingo por las tierras de Paco Vázquez. Es de suponer que la orden dada desde las alturas habrá sido la de silencio, y que sean las voces no reconocidas las que salgan a hablar de victorias o derrotas, a las que las hemerotecas no puedan en su día recordar lo dicho tras la derrota gallega. También puede ser el miedo al futuro. Que en el Psoe se están removiendo las bases en todo el país es algo evidente, y jugarse la cara por un líder en la rampa de bajada no es algo que guste a los que viven del partido y del cargo. Hay que empezar a guardarse las espaldas, a pensar en el futuro, a ojear las nuevas movidas que se puedan dar en el día de mañana y saber en qué lado hay que situarse.
Ay, Page, Page. Querido Page, se oye entre los militantes socialistas. No te extrañe que algún ministro de los que hoy te vilipendian acaben comiendo de tu mano en unos meses. Si, como todo indica el futuro político de Pedro anda lastrado por los nacionalismos, los independentismo, los secesionistas y su amigo Ábalos, es el momento de guardar silencio, de no mostrar demasiada disposición al líder, de buscar el nuevo banderín de enganche. Y si alguien se tiene que quemar, que sea Mateo Hernández con su evangelio.
Mateo Hernández, parlamentario almeriense del Psoe en la casta Sevilla, contó a los ciudadanos que querían oírlo, y sobre todo creerlo, que los percebes, las zamburiñas, los pulpos y los mejillones votaron el domingo, 18 de febrero, en clave autonómica. No piensa él, militante socialista, que ese domingo perdiera Sánchez las elecciones. Pedro Sánchez no se presentaba. No se puede decir por lo tanto que alguien que no llevaba su nombre escrito en las papeletas haya perdido las elecciones. No le podemos negar que tiene una parte de razón, aunque cualquier político que se precie le invitaría a una ración de mejillones, por el precio de los mismos.
El hombre volvió a su escaño en Sevilla. Mateo no es un militante socialista de reconocido prestigio dentro de su partido en la provincia, ni siquiera logró su escaño por los votos directos de los almerienses, tuvo que esperar a que su jefe, trasladara sus posaderas a la capital de España, para que él pudiera tener su culo sentado en la bancada socialista del convento sevillano. Visto desde ese punto, no parece que sea la voz que se pueda reconocer como el evangelio en Almería ante las elecciones celebradas en la comunidad gallega.
La pregunta sería: ¿Por qué Juan Antonio Lorenzo le pide a casi un desconocido Mateo que salga a los medios de Almería a dar la cara, a intentar convencer de que Pedro Sánchez no tiene la culpa del desaguisado recogido en las tierras del pulpo y de los mejillones? No deja de ser extraño el silencio del propio Lorenzo, de Sánchez Teruel y de algún otro nombre de la nueva ejecutiva del Psoe Almeriense. Don Antonio Hernando, por ejemplo, hombre que en estos momentos tiene cargo en la ejecutiva provincial, habría sido más convincente con su explicación sobre los resultados obtenidos en Galicia. A qué sí, mis muy queridos lectores.
Por lo que nos gustaría conocer su opinión, su análisis de lo ocurrido aquel domingo por las tierras de Paco Vázquez. Es de suponer que la orden dada desde las alturas habrá sido la de silencio, y que sean las voces no reconocidas las que salgan a hablar de victorias o derrotas, a las que las hemerotecas no puedan en su día recordar lo dicho tras la derrota gallega. También puede ser el miedo al futuro. Que en el Psoe se están removiendo las bases en todo el país es algo evidente, y jugarse la cara por un líder en la rampa de bajada no es algo que guste a los que viven del partido y del cargo. Hay que empezar a guardarse las espaldas, a pensar en el futuro, a ojear las nuevas movidas que se puedan dar en el día de mañana y saber en qué lado hay que situarse.
Ay, Page, Page. Querido Page, se oye entre los militantes socialistas. No te extrañe que algún ministro de los que hoy te vilipendian acaben comiendo de tu mano en unos meses. Si, como todo indica el futuro político de Pedro anda lastrado por los nacionalismos, los independentismo, los secesionistas y su amigo Ábalos, es el momento de guardar silencio, de no mostrar demasiada disposición al líder, de buscar el nuevo banderín de enganche. Y si alguien se tiene que quemar, que sea Mateo Hernández con su evangelio.
