La Junta admite una parcela propuesta por el Ayuntamiento con dos condiciones: Que sea municipal y urbana
El alcalde en la parcela donde se levantará el instituto. |
ALMERÍA HOY / 26·03·2024
El alcalde Antonio Fernández informa que la Junta admite una parcela propuesta por el Ayuntamiento con dos condiciones: Que sea municipal y urbana. El Ayuntamiento ya la ha comprado e iniciado el procedimiento de recalificación. Es el comienzo de la solución al “hacinamiento” que sufren 1.100 alumnos y 105 profesores en el IES El Jaroso
- Entonces, ¿han encontrado suelo para el instituto?
- Exacto. La Junta me comunicó que aceptará la parcela que le hemos propuesto. Sólo nos ha puesto dos condiciones: Que sea municipal y urbana.
- ¿Las cumple?
Una de las condiciones, sí, porque este 20 de marzo firmamos la escritura de compra y ya es municipal. Son 10.000 m2 en la prolongación de la Avenida de Barcelona. Coincide con las condiciones que pedía Educación para levantar un centro para 600 estudiantes. Será un alivio para El Jaroso, donde todos los días estudian hacinados 1.100 alumnos e imparten clase 105 profesores. En cuanto al segundo requisito, la finca todavía es rústica, pero hemos iniciado el expediente para convertirla en urbana mediante una modificación puntual.
- Parece todo fácil, ¿por qué han tardado 20 años en encontrar una solución?
- En los últimos años nos hemos movido en un círculo vicioso. Cuevas no tiene 10.000 m2 de suelo urbano, la Junta no admitía ningún terreno que no lo fuera y nosotros no podíamos comprar un solar sin tener la certeza de que lo aceptarían después. Ahora, Educación ha roto ese bucle.
-¿Cómo es posible que Cuevas no cuente con 10.000 m2 de suelo público urbano?
- Porque, en una época en que se construyó hasta en zonas verdes, nadie pidió a los promotores el 10% de cesiones que obligaba la ley. La fiebre urbanística de los primeros años del siglo aquí fue un desorden con consecuencias como la falta de suelo dónde construir equipamientos. De todos modos, la nueva norma andaluza incluye una herramienta que nos permite solucionar esta situación.
- ¿Cómo?
- Permite modificaciones puntuales para determinados usos, como la construcción de una fábrica o un colegio. Exige algunos requisitos. Por ejemplo, que la superficie debe ser mayor de 5.000 m2. El Pleno ya ha aprobado inicialmente el plan de actuación.
- Pero requerirá una inversión para urbanizar la parcela.
- La que hemos comprado ya cuenta con todos los servicios. Es la prolongación de la trama urbana de la Avenida de Barcelona.
- ¿Cuesta cree que, tiempo atrás, los promotores no cedieran el 10% que obliga la ley?
- Ni un metro cuadrado. El desmadre urbanístico fue de tal calibre en esos años que hasta llegaron a construir en zonas verdes viviendas que hoy están destrozadas. Nunca fueron habitadas por no contar con licencia de primera ocupación. Otras se paralizaron cuando estaban al 50% de la obra. De hecho, la carencia de terrenos para equipamiento urbano fue uno de los problemas que encontró el anterior equipo de Gobierno para sacar el PGOU adelante. Llegaron a pedir a los promotores que compraran terrenos y los cedieran al Ayuntamiento para compensar las cesiones que debieron entregar en su día, pero ninguno aceptó.
- Perdone que insista, pero resulta difícil entender que un Ayuntamiento permitiera enriquecimiento de terceros a costa de los intereses municipales.
- Por desgracia, así fue. Hablamos de 2004 a 2007. Fueron los años del boom de la construcción en todos los pueblos de España. Unos se desarrollaron ordenadamente, pero Cuevas no. Aquí se concedieron licencias para construir más de 2.000 viviendas en lugares imposibles. Aquella gestión fue un auténtico desastre que hemos sufrido más tarde a base de condenas con indemnizaciones millonarias. Otros pueblos tienen PGOU y pueden adaptarse a las necesidades. Nosotros no.
- ¿Han tenido que devolver entregas a cuenta de convenios urbanísticos que no llegaron a desarrollarse?
- Muchas. Se firmaron más de 50 convenios que fueron al traste cuando la Junta suspendió aquella famosa figura de Delimitación de Suelo Urbano con la que justificaban construir en parcelas rústicas lindantes con otras urbanas. A algunos se les pasó el plazo para pedir la devolución, pero otros ejercieron su derecho. Nada más llegar a la Alcaldía tuvimos que devolver 370.000 euros a una promotora y algo más de medio millón a otra.
- ¿Se devolvió dinero a algún promotor que no llegó a ceder el 10%?
- Seguro que sí.
- A nadie se le escapa la importancia de un PGOU, y llama la atención que Cuevas carezca de esa norma básica.
- En 1999, Antonio Llaguno había dejado un proyecto en tramitación muy avanzado, pero lo primero que hizo el PP, tras ganar las municipales, fue pedir a la Junta que paralizara el expediente. Llegaron a la Alcaldía con un nuevo planteamiento: un Plan para una ciudad de 200.000 habitantes. Una locura. En el primer mandato en que fui concejal en la oposición, voté a favor de todas las propuestas relacionadas con el PGOU. Estaba convencido de que cualquiera era mejor que no tener ninguno. Incluso acompañé al equipo de entonces a la Junta para transmitir sensación de unidad y seguridad.
- Habla de los tiempos en que gobernaba el PP en Cuevas y el PSOE en Andalucía, ¿es importante la afinidad de colores políticos para que proyectos como un PGOU salgan adelante? En esa época abundaron los ejemplos de persecución de la Junta a Ayuntamientos gobernados por el PA o el PP.
- No creo. Yo soy socialista y estoy muy orgulloso de serlo, pero respeto a todos los gestores. Sean del partido que sean, me dirijo a ellos siempre con educación. Cuando voy a Diputación o a la Junta, no tengo color político. Sé que represento a todo el pueblo.
- Pero usted lleva 9 años en el cargo y sigue sin PGOU. Habrá fallado en algo.
- Es cierto, ha pasado ese tiempo y no he conseguido aprobarlo. Es una herramienta importantísima para cualquier ayuntamiento, y no sólo por el nuevo instituto. Yo he tenido que adaptarme a la realidad. Cuando estás obligado a pagar en devoluciones y sentencias 20 millones en 20 años, poco más puedes hacer.
- ¿Sería todo más fácil con una Junta gobernada por su partido?
- La política local no tiene nada que ver con el espectáculo que vemos en la tele. No hace tanto, en Sevilla abracé delante de todo el mundo a un parlamentario de Vox de la comarca amigo mío. Entiendo que los ciudadanos estén cansados de lo que ven. Quieren que trabajemos para tener más infraestructuras y una vida mejor. Yo reivindico las obras necesarias para mi pueblo tanto a las administraciones que gobierna el PP como a las del PSOE.
- ¿Como el instituto?
- Para mí es una prioridad como alcalde, pero también en mi faceta de padre. Cuevas del Almanzora es una ciudad singular en muchos aspectos, entre ellos, una de la que no estamos orgullosos: somos el único municipio andaluz con más de 15.000 habitantes que sólo cuenta con un instituto de enseñanza secundaria. Los directivos del centro han de ser campeones de Tetris para encajar todas las aulas y los 1.100 alumnos que asisten a diario. ¡Y qué puedo decir de los padres! Tienen muchas razones para estar cabreados. Sólo quieren que las administraciones nos pongamos de acuerdo.
- Entonces, ¿han encontrado suelo para el instituto?
- Exacto. La Junta me comunicó que aceptará la parcela que le hemos propuesto. Sólo nos ha puesto dos condiciones: Que sea municipal y urbana.
- ¿Las cumple?
Una de las condiciones, sí, porque este 20 de marzo firmamos la escritura de compra y ya es municipal. Son 10.000 m2 en la prolongación de la Avenida de Barcelona. Coincide con las condiciones que pedía Educación para levantar un centro para 600 estudiantes. Será un alivio para El Jaroso, donde todos los días estudian hacinados 1.100 alumnos e imparten clase 105 profesores. En cuanto al segundo requisito, la finca todavía es rústica, pero hemos iniciado el expediente para convertirla en urbana mediante una modificación puntual.
- Parece todo fácil, ¿por qué han tardado 20 años en encontrar una solución?
- En los últimos años nos hemos movido en un círculo vicioso. Cuevas no tiene 10.000 m2 de suelo urbano, la Junta no admitía ningún terreno que no lo fuera y nosotros no podíamos comprar un solar sin tener la certeza de que lo aceptarían después. Ahora, Educación ha roto ese bucle.
-¿Cómo es posible que Cuevas no cuente con 10.000 m2 de suelo público urbano?
- Porque, en una época en que se construyó hasta en zonas verdes, nadie pidió a los promotores el 10% de cesiones que obligaba la ley. La fiebre urbanística de los primeros años del siglo aquí fue un desorden con consecuencias como la falta de suelo dónde construir equipamientos. De todos modos, la nueva norma andaluza incluye una herramienta que nos permite solucionar esta situación.
- ¿Cómo?
- Permite modificaciones puntuales para determinados usos, como la construcción de una fábrica o un colegio. Exige algunos requisitos. Por ejemplo, que la superficie debe ser mayor de 5.000 m2. El Pleno ya ha aprobado inicialmente el plan de actuación.
- Pero requerirá una inversión para urbanizar la parcela.
- La que hemos comprado ya cuenta con todos los servicios. Es la prolongación de la trama urbana de la Avenida de Barcelona.
- ¿Cuesta cree que, tiempo atrás, los promotores no cedieran el 10% que obliga la ley?
- Ni un metro cuadrado. El desmadre urbanístico fue de tal calibre en esos años que hasta llegaron a construir en zonas verdes viviendas que hoy están destrozadas. Nunca fueron habitadas por no contar con licencia de primera ocupación. Otras se paralizaron cuando estaban al 50% de la obra. De hecho, la carencia de terrenos para equipamiento urbano fue uno de los problemas que encontró el anterior equipo de Gobierno para sacar el PGOU adelante. Llegaron a pedir a los promotores que compraran terrenos y los cedieran al Ayuntamiento para compensar las cesiones que debieron entregar en su día, pero ninguno aceptó.
- Perdone que insista, pero resulta difícil entender que un Ayuntamiento permitiera enriquecimiento de terceros a costa de los intereses municipales.
- Por desgracia, así fue. Hablamos de 2004 a 2007. Fueron los años del boom de la construcción en todos los pueblos de España. Unos se desarrollaron ordenadamente, pero Cuevas no. Aquí se concedieron licencias para construir más de 2.000 viviendas en lugares imposibles. Aquella gestión fue un auténtico desastre que hemos sufrido más tarde a base de condenas con indemnizaciones millonarias. Otros pueblos tienen PGOU y pueden adaptarse a las necesidades. Nosotros no.
- ¿Han tenido que devolver entregas a cuenta de convenios urbanísticos que no llegaron a desarrollarse?
- Muchas. Se firmaron más de 50 convenios que fueron al traste cuando la Junta suspendió aquella famosa figura de Delimitación de Suelo Urbano con la que justificaban construir en parcelas rústicas lindantes con otras urbanas. A algunos se les pasó el plazo para pedir la devolución, pero otros ejercieron su derecho. Nada más llegar a la Alcaldía tuvimos que devolver 370.000 euros a una promotora y algo más de medio millón a otra.
- ¿Se devolvió dinero a algún promotor que no llegó a ceder el 10%?
- Seguro que sí.
- A nadie se le escapa la importancia de un PGOU, y llama la atención que Cuevas carezca de esa norma básica.
- En 1999, Antonio Llaguno había dejado un proyecto en tramitación muy avanzado, pero lo primero que hizo el PP, tras ganar las municipales, fue pedir a la Junta que paralizara el expediente. Llegaron a la Alcaldía con un nuevo planteamiento: un Plan para una ciudad de 200.000 habitantes. Una locura. En el primer mandato en que fui concejal en la oposición, voté a favor de todas las propuestas relacionadas con el PGOU. Estaba convencido de que cualquiera era mejor que no tener ninguno. Incluso acompañé al equipo de entonces a la Junta para transmitir sensación de unidad y seguridad.
- Habla de los tiempos en que gobernaba el PP en Cuevas y el PSOE en Andalucía, ¿es importante la afinidad de colores políticos para que proyectos como un PGOU salgan adelante? En esa época abundaron los ejemplos de persecución de la Junta a Ayuntamientos gobernados por el PA o el PP.
- No creo. Yo soy socialista y estoy muy orgulloso de serlo, pero respeto a todos los gestores. Sean del partido que sean, me dirijo a ellos siempre con educación. Cuando voy a Diputación o a la Junta, no tengo color político. Sé que represento a todo el pueblo.
- Pero usted lleva 9 años en el cargo y sigue sin PGOU. Habrá fallado en algo.
- Es cierto, ha pasado ese tiempo y no he conseguido aprobarlo. Es una herramienta importantísima para cualquier ayuntamiento, y no sólo por el nuevo instituto. Yo he tenido que adaptarme a la realidad. Cuando estás obligado a pagar en devoluciones y sentencias 20 millones en 20 años, poco más puedes hacer.
- ¿Sería todo más fácil con una Junta gobernada por su partido?
- La política local no tiene nada que ver con el espectáculo que vemos en la tele. No hace tanto, en Sevilla abracé delante de todo el mundo a un parlamentario de Vox de la comarca amigo mío. Entiendo que los ciudadanos estén cansados de lo que ven. Quieren que trabajemos para tener más infraestructuras y una vida mejor. Yo reivindico las obras necesarias para mi pueblo tanto a las administraciones que gobierna el PP como a las del PSOE.
- ¿Como el instituto?
- Para mí es una prioridad como alcalde, pero también en mi faceta de padre. Cuevas del Almanzora es una ciudad singular en muchos aspectos, entre ellos, una de la que no estamos orgullosos: somos el único municipio andaluz con más de 15.000 habitantes que sólo cuenta con un instituto de enseñanza secundaria. Los directivos del centro han de ser campeones de Tetris para encajar todas las aulas y los 1.100 alumnos que asisten a diario. ¡Y qué puedo decir de los padres! Tienen muchas razones para estar cabreados. Sólo quieren que las administraciones nos pongamos de acuerdo.