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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Tras conocer lo que incluso llegan a cobrar una vez que cesan en sus puestos y durante dos años, es lógico que saquen las navajas, peleen hasta con sus madres el cargo en cuestión y se cisquen si llega el caso en el hijo que los cesó. Pero con todo, nuestros excelsos líderes lloran con un ojo, se lamentan con la boca chiquita cuando les llega el temido cese. En estos días se ha dado a conocer la cantidad mensual y anual, legal, nadie la pone en duda, que se ha llevado una secretaria de estado que fue cesada en su día. No es una cuestión de criticar la legalidad, que lo es, es de poner el acento en lo que cobran los cargos públicos o políticos, y lo que cobra el ciudadano de la calle.
El nombre de la beneficiada, que indudablemente no es el único, ha aparecido en medios oficiales, por lo que su nombre no se ha ocultado en ningún momento, aunque imagino que no le haya gustado, ni poco ni mucho a la señora Vera, que se haya hecho notoria la cantidad cobrada.
Supongo que, si mañana es cesado el almeriense don Fernando Martínez López como secretario de estado, cosa que no le deseo, cobrará la misma o parecida cantidad que la secretaria que se ha conocido en estos días. La señora en cuestión ha cobrado a lo largo de los veinticuatro meses una cantidad que ha rondando los siete mil trescientos y pico euros (7.306) mensuales.
Cada mes, compadre, cada mes cobrando siete mil trescientos euros de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Más o menos lo mismo que cobra cualquier otro español de los que se levantan a las siete de la mañana para ir a trabajar. ¡Qué granujas son!
El paro cobrado por esta señora y que sale de los impuestos que pagamos todos, y que es legal, ya lo decidieron los políticos-legisladores en su momento, con el voto de todos los partidos a favor (Dios los cría y a la hora de subirse el sueldo todos se ponen de acuerdo), para algunos raya en la ignominia.
Los sindicatos ponen el grito en el cielo por el salario mínimo, que ronda los mil euros, y el paro de esta secretaria de estado es siete veces superior a lo que gana ese trabajador que ha visto como se ha perdido su puesto de trabajo. ¿Han oído ustedes quejarse a los sindicatos de este paro, de esta barbaridad? Cómo se van a quejar sin forman parte del mismo cuerpo que le saca el dinero del bolsillo a los ciudadanos.
A lo largo de esos dos años la señora Vera ha cobrado de la caja única, la de todos los españoles (bueno, no todos, los españoles-vascos tienen su cupo, que no deja de ser un engaño, una estafa, un robo al resto de los que se asoman a hacienda cada mes de junio), ciento cuarenta y ocho mil novecientos ochenta y tres euros (148.983) ¡Vaya con la cifra!
¿Cuánto tiempo, qué tiene que hacer un trabajador medio para lograr en dos años y sin trabajar una cifra parecida? Compadre, es que es mucho dinero para estos políticos de medio pelo. Se pagan un piso en dos años. Y se quedan tan felices viendo la cara que se nos queda a los pobres ciudadanos que pagamos sus sueldos.
Lo cierto es que son cifras que marean, cifras que hablan de injusticias, cifras que hablan de políticos haciendo las leyes solo para ellos y sus allegados, cifras que parecen robos injustificados que les hacen estos granujas a los bolsillos de los hombres y mujeres de una España cada día un poco más cansada.
Plasta de país que están haciendo estos jetas.
El nombre de la beneficiada, que indudablemente no es el único, ha aparecido en medios oficiales, por lo que su nombre no se ha ocultado en ningún momento, aunque imagino que no le haya gustado, ni poco ni mucho a la señora Vera, que se haya hecho notoria la cantidad cobrada.
Supongo que, si mañana es cesado el almeriense don Fernando Martínez López como secretario de estado, cosa que no le deseo, cobrará la misma o parecida cantidad que la secretaria que se ha conocido en estos días. La señora en cuestión ha cobrado a lo largo de los veinticuatro meses una cantidad que ha rondando los siete mil trescientos y pico euros (7.306) mensuales.
Cada mes, compadre, cada mes cobrando siete mil trescientos euros de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Más o menos lo mismo que cobra cualquier otro español de los que se levantan a las siete de la mañana para ir a trabajar. ¡Qué granujas son!
El paro cobrado por esta señora y que sale de los impuestos que pagamos todos, y que es legal, ya lo decidieron los políticos-legisladores en su momento, con el voto de todos los partidos a favor (Dios los cría y a la hora de subirse el sueldo todos se ponen de acuerdo), para algunos raya en la ignominia.
Los sindicatos ponen el grito en el cielo por el salario mínimo, que ronda los mil euros, y el paro de esta secretaria de estado es siete veces superior a lo que gana ese trabajador que ha visto como se ha perdido su puesto de trabajo. ¿Han oído ustedes quejarse a los sindicatos de este paro, de esta barbaridad? Cómo se van a quejar sin forman parte del mismo cuerpo que le saca el dinero del bolsillo a los ciudadanos.
A lo largo de esos dos años la señora Vera ha cobrado de la caja única, la de todos los españoles (bueno, no todos, los españoles-vascos tienen su cupo, que no deja de ser un engaño, una estafa, un robo al resto de los que se asoman a hacienda cada mes de junio), ciento cuarenta y ocho mil novecientos ochenta y tres euros (148.983) ¡Vaya con la cifra!
¿Cuánto tiempo, qué tiene que hacer un trabajador medio para lograr en dos años y sin trabajar una cifra parecida? Compadre, es que es mucho dinero para estos políticos de medio pelo. Se pagan un piso en dos años. Y se quedan tan felices viendo la cara que se nos queda a los pobres ciudadanos que pagamos sus sueldos.
Lo cierto es que son cifras que marean, cifras que hablan de injusticias, cifras que hablan de políticos haciendo las leyes solo para ellos y sus allegados, cifras que parecen robos injustificados que les hacen estos granujas a los bolsillos de los hombres y mujeres de una España cada día un poco más cansada.
Plasta de país que están haciendo estos jetas.