Noemí y Carlos se verán las caras en Diputación


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

En este país en el que nos ha tocado vivir el que no llora no mama, el que no se arrodilla no recibe el agua bendita y la bendición, el que no se pliega a los deseos del amado líder no aparece en la foto.

No sé si ustedes se han visto en algún momento en esa situación, pero los políticos que no tienen futuro fuera de ella saben de lo que estoy escribiendo, y se han tenido que plegar a lo que les ha dicho el jefe de turno para poder seguir llevando a casa un sueldo, que miren ustedes por donde, sale de los bolsillos de los de siempre, los silentes ciudadanos que pagamos los impuestos sin levantar la voz, y sin exigir con nuestro voto a los mamelucos de turno. No deja de ser una pena que no tengamos un Napoleón que derrote a estos mamelucos que tantos años nos llevan gobernando.

Noemí y Carlos, Cruz y Sánchez, se verán de nuevo las caras, todo apunta que en la diputación provincia. Ella quiso verse en la plaza Vieja, o de la Constitución, o de las Cañas, pero no tuvo esa suerte. En aquel momento, lo que es la política, no se conocía al tito Berni y sus ramales almerienses, y Adriana no estaba entonces por la labor de apoyar a la ejecutiva provincial del Psoe. Noemí se tuvo que conformar con la promesa de Juan Antonio Lorenzo, de que tendría una puerta abierta en la Diputación de Javier Aureliano. Primero fue como asesora.

Mi amigo de hace años, mi querido Diego López, nos podría hablar de lo que supone ser asesor de la institución provincial.

De cara al 28 de mayo a doña Noemí sus jefes del Psoe le han buscado un puesto en Castro de los Filabres. Ella ha prometido, si gana el ayuntamiento, llevar el mar Mediterráneo hasta las puertas del pueblo y hacer la playa más grande del municipio. Pero lo que tiene de verdad en la mochila es un puesto de diputada provincial y un sueldo que le firmará el presidente del Pp, si revalida su cargo, que dicen las encuestas que lo hará.

Noemí, ya estás colocada. Tranquila. La familia bien. El sueldo seguro y a seguir disfrutando de esta democracia que nos ofrecen los partidos políticos y los ciudadanos con sus votos y sus impuestos.

Junto a ella nos vamos a encontrar a otro gran conocido de la política local almeriense, Carlos Sánchez. Muchos años en el ayuntamiento de la capital, pero algo le ha debido ocurrir cuando María del Mar le ha dicho, o alguno de su equipo, que no contaban con él para la nueva corporación.

Qué descaro, qué ignominia, cómo se puede dejar a un hombre de la valía de Carlos fuera de la política. El grito en el cielo, cuentan que pusieron los amigos de Carlos y las bases del Pp que lo apoyan. No hay derecho, le gritaban una noche ante la ventana de la casa de Javier Aureliano, presidente del partido. Y Javier, que sabe de los conocimientos de Carlos, se dijo aquella mañana al despertar, hay que buscar una solución.

Cuenta con un vicepresidente que mira a las alturas, don Fernando Jiménez, hombre versado en hacer milagros, y en unas horas había pan y peces para el futuro de Carlos. En Huércal de Almería, para que no se tenga que desplazar mucho, va a tener más suerte que Noemí, el amigo Carlos Sánchez ha encontrado un lugar que lo va a llevar a disfrutar de los mencionados panes y peces para que su familia no pase necesidades en el futuro, por lo menos durante cuatro años más.

Falta por saber qué va a ocurrir con Juan José Alonso. ¿No van a tener caridad con él? ¿No va a hacer Fernando ningún milagro con este hombre que tantos años lleva desviviéndose por el Partido Popular? Vamos, Fernando, otro milagro.