“¿Deslocalización? No. Primaflor es de aquí y aquí seguirá muchos años”

Primaflor es el portaviones de la flota agrícola del Levante almeriense. Posee un mayor tonelaje, una gran tripulación de 2.500 empleados y se acerca a los 200 millones de facturación. Probablemente esa cifra la habría alcanzado este año sin el freno de la Covid. Hoy hablamos con Cecilio Peregrín, director corporativo de la compañía e hijo de uno de los fundadores


Para Cecilio Peregrín, “estar tan lejos y aislados despertó la iniciativa en los hombres del Levante almeriense. Por eso han surgido empresas que han prosperado a base de trabajo e ilusión”.


ALMERÍA HOY / 13·04·2021

La corporación, fundada en 1975 por Cecilio Peregrín y Lorenzo Belmonte, recibía recientemente un nuevo reconocimiento, el Premio a la Responsabilidad Social Empresarial otorgado por la Diputación. La distinción valora el vínculo de la empresa con la provincia, la riqueza y el empleo que aporta y el compromiso ético. Conversamos con uno de sus altos responsables.

- La crisis sanitaria y sus efectos sobre la economía acaban de cumplir un año, ¿algún comentario?
- Podría decir muchas cosas porque esta situación lo ha trastocado todo. Nuestro sector, por ejemplo, trata de aguantar las circunstancias actuales como buenamente puede, porque Primaflor también se ha visto afectada.
- ¿Mucho?
- Digamos que no está pasando desapercibida para nosotros.
- Quizá no tanto como para otros sectores, como la hostelería.
- Tenga en cuenta que bares y restaurantes son clientes nuestros. Es un segmento en el que acaba uno de nuestros canales de distribución. Si ellos no consumen la demanda de nuestros productos disminuye, aunque es cierto que, comparados con otras actividades, como la hostelería, estamos razonablemente bien.
- ¿Cómo valora las restricciones adoptadas por las autoridades para proteger la salud? ¿Es incompatible la actividad económica con el combate al virus?
- Yo creo que la salud es lo más importante, y hemos pasado por varias fases en las que el virus ha mostrado una cara amenazadora para la salud de las personas y el tejido empresarial. Es necesario cuidarnos y cuidar a quienes tenemos alrededor. Pero centrándome en las empresas, y más concretamente en Primaflor, la pandemia nos ha generado un importante sobrecoste en medidas de prevención para la plantilla y su transporte. Hasta tres tandas de análisis de antígenos han sido realizadas a los 2.500 empleados para asegurarlos a ellos y asegurarnos todos para poder continuar con la actividad.
- Usted es hijo de uno de los fundadores de la empresa y recibe de su padre una gran corporación consolidada, ¿cómo gestiona esta responsabilidad?
- Yo llevo constantemente a mi padre tanto en la cabeza como en el corazón. Él tuvo la suerte de encontrar a un socio como Lorenzo Belmonte. Los dos son responsables de lo que ha llegado a ser Primaflor y, por tanto, dos figuras cuyo ejemplo nos guía. Sobre todo, en su filosofía del trabajo y en cómo tenían siempre presentes a la gente, a la empresa, a su pueblo y a toda la comarca. La actitud de ambos y la manera de conducirse les ha convertido en referentes para quienes les hemos tratado, conocido o han sabido de su trayectoria. Por desgracia, mi padre ha fallecido, pero tenemos la fortuna de ver a Lorenzo entre nosotros y muy activo. El espíritu con el que pusieron en marcha a Primaflor y la hicieron grande se sigue manteniendo. Los que hemos tenido la suerte de trabajar con ellos intentamos transmitir el valioso legado ético, moral y material a las nuevas generaciones. Por eso, para nosotros Primaflor es algo más que una empresa, es una gran familia.
- Sin Peregrín y Belmonte sería imposible entender el desarrollo de todo el Levante almeriense. Lorenzo Belmonte lideró la lucha de los regantes por conseguir el agua que ha permitido avanzar a la agricultura, y no daba un paso sin contar con don Cecilio, a quien siempre anteponía el ‘don’, pese a ser socios.
- Hubo más personas en la comarca con la misma visión. Se dio una feliz coincidencia en el tiempo de personas jóvenes con ideas claras y propósitos firmes, de cuyo esfuerzo nos hemos beneficiado toda la comunidad. Pero es cierto que ellos dos jugaron un papel esencial apostando por su pueblo, porque ambos se consideraban muy pulpileños y muy de su tierra, de todo el entorno. Mi padre me recordaba que había creído en Pulpí durante toda su vida, pero que la gente de Pulpí, sus vecinos, le habían respondido siempre en la misma medida.
- Ha mencionado usted la expresión “feliz coincidencia” pero, ¿cómo ha sido posible que en un pueblo como Pulpí hayan emergido ocho o nueve empresas que facturan más de cien millones de euros al año?
- En Pulpí pasa como en todo el Levante y Norte de la provincia de Almería. Yo creo que estar tan lejos y aislados despertó la iniciativa en los hombres de la comarca. Por eso han surgido una serie de empresas que han prosperado a base de muchos sacrificios. El secreto no es otro: Trabajo… trabajo e ilusión.
- Y la valentía y fortaleza de encajar reveses y asumir riesgos. En el caso de Primaflor comenzaron plantando flores y más tarde tuvieron que reinventarse. Hoy han industrializado el proceso y no sólo producen, sino que venden ensaladas listas para comer.
- Efectivamente no ha sido un camino recto y llano, también se nos han quedado cosas por el camino. No hay rosas sin espinas, como en cualquier negocio. No todo ha sido un camino de flores. Precisamente por eso es tan importante el ejemplo de todos ellos: es primordial tener visión empresarial, capacidad de ver y aprovechar las oportunidades, y no perder nunca la ilusión para evitar venirse abajo. Creo que eso ha sido clave para el desarrollo y la creación de puestos de trabajo y riqueza que ha experimentado Pulpí, nuestra comarca y toda Almería, aún estando tan aislados durante mucho tiempo.
- Desde el punto de la crisis en qué ahora estamos, ¿cuál cree que será el escenario económico que viviremos durante los próximos meses?
- Lo más importante es que seamos capaces de prepararnos para lo que pueda venir. En ese sentido, y en lo que concierne al mundo agrícola, debemos seguir avanzando en el camino emprendido de la innovación y la digitalización. No podemos olvidar que tenemos muy cerca unos competidores con costes laborales y de producción mucho más baratos que nosotros. Eso significa que estamos obligados a ofrecer una calidad superior para vencer la desventaja desde la que partimos. Tenemos que seguir siendo garantía de seguridad alimentaria. Y para conseguirlo no hay otra que innovar e invertir constantemente. Es como montar en bicicleta. El día en que dejemos de pedalear, caeremos.
- ¿Contemplan la deslocalización de sus empresas instalando centros de producción en esos países competidores que señala?
- ¿Deslocalización? No. Nosotros no pensamos en irnos a otros países con mano de obra más barata. Estamos muy a gusto en Pulpí.
- Pero existe el factor costes que las empresas tienen muy en cuenta.
- No es nuestro caso. Hay otras factores que valorar también. Le recuerdo que mi padre me repetía que Pulpí había respondido siempre a su apuesta por el pueblo. Primaflor continúa ampliando sus instalaciones en Pulpí y en otras zonas de España. Somos de aquí y aquí seguiremos durante muchos años, si Dios quiere.