Un equipo de iInvestigadores de las Universidades de Almería y Granada ha estudiado y confirmado las propiedades del gazpacho para prevenir el cáncer de colon, y en ese equipo está María Jesús Aznar, una ingeniera agrónoma que, además, es primer teniente de alcalde de Antas.
María Jesús Aznar |
ALMERÍA HOY / 17·08·2019
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Para prevenir el cáncer de colon como ustedes han confirmado, ¿sirve
cualquier receta de gazpacho o sólo una en concreto?
- No
es necesario elaborar siempre una receta exacta para beneficiarse de
sus beneficios en la prevención del cáncer de colon. En nuestro
trabajo sí lo preparábamos siempre de igual manera para mantener
constantes las variables que estábamos estudiando pero, en la vida
real fuera del laboratorio, que cada cual lo haga como más le
guste.
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Es decir, que cualquier receta es buena.
- Efectivamente.
El gazpacho es bueno sí o sí. A fin de cuentas, se trata de un
alimento real en un mundo que también es real, que es el lugar en
el que se sitúa la enfermedad.
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¿Y cómo se les ocurre a ustedes la idea de someter esas células
cancerígenas a los efectos del gazpacho?
- En
realidad, en un principio sometimos a las células cancerígenas a
una digestión de tomate. A partir de ahí, fuimos añadiendo a ese
modelo de ensayo inicial los demás ingredientes que se utilizan
para elaborar el gazpacho para comprobar si mejoraba los resultados
que ya habíamos obtenido al principio de la investigación. Se
trata de productos que están siempre presentes en la alimentación
básica mediterránea.
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¿Qué resultados encontraron?
- Comprobamos
que las células cancerígenas se inhibían cuando les aplicábamos
la digestión de tomate primero y de gazpacho después. Dejaban de
crecer.
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¿Los efectos que ustedes observaban sobre las células cancerígenas
eran iguales ante cada uno de los ingredientes del gazpacho por
separado o, por el contrario, eran mayores estando todos juntos?
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Pudimos comprobar que el poder inhibidor era sensiblemente mayor en
presencia de la digestión del gazpacho que ante el ajo, el tomate y
demás componentes de manera individual.
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Porque ustedes no echaban gazpacho directamente encima de las
células, sino que simulaban cómo llegaría hasta ellas una vez
digerido y experimentado los efectos de los ácidos del aparato
digestivo, ¿no?
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Así es. Se trata de simular el efecto real que puede tener y, para
eso, es preciso que el gazpacho llegue a las células cancerígenas
como lo haría en la vida real, es decir, completamente digerido. Si
no lo hiciéramos así, no estaríamos comparando sus verdaderos
efectos. En nuestro proceso de investigación, los alimentos llegan a
cada una de las células exactamente igual que lo hacen cuando se
ingieren en la vida real.
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Dígame, ¿cómo llega usted a ese equipo de investigación que
dirige el profesor Pablo Campra?
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Mi trabajo de fin de carrera ya tenía que ver con este asunto. Lo
elegí por una cuestión personal, porque mi abuelo murió
precisamente por un cáncer de colon. Sentí la necesidad de trabajar
en algo que pudiera ayudar a prevenir una enfermedad que había
causado un daño irreparable en mi familia, como en tantas otras.
Quise aportar mi granito de arena y el profesor Campra me dio la
oportunidad de hacerlo.
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Concretamente, ¿cuál ha sido su labor en este equipo?
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Yo he realizado todos los ensayos que requería el trabajo. Desde el
cultivo de las células hasta la digestión del gazpacho, pasando por
los distintos análisis necesarios para el proyecto.
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En cualquier caso, supongo que no basta con atiborrarnos de gazpacho
todos los días para desechar la posibilidad de sufrir cáncer de
colon.
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Por supuesto que no. Es preciso llevar una vida saludable, con
ejercicio y algo muy importante, que es comer siempre comida real.
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Cuando habla de comida real, ¿quiere decir que debemos descartar el
gazpacho que nos venden en los supermercados?
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No necesariamente, pero que sea nuestra segunda opción. Primero
siempre el casero, pero, después, podemos recurrir a uno envasado
siempre que no sea pasteurizado.
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¿Comemos muy mal?
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Nos estamos acostumbrando, desgraciadamente, a comer productos
ultraprocesados. Alimentos muy elaborados, con mucha harina, azúcares
y aceites refinados, ingredientes todos ellos que debemos evitar
porque disparan todos los niveles de alerta y son la alfombra roja de
entrada para todo tipo de enfermedades.
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¿En qué reside la importancia del producto fresco frente al
elaborado?
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Cada proceso de calentamiento significa pérdida de nutrientes y
vitaminas que restamos a nuestra alimentación.
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Mejor, entonces, un zumo de naranja recién exprimido que uno
industrial.
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Y mucho mejor comerse la naranja directamente en todo su conjunto,
porque al convertirla en zumo le estamos quitando toda su fibra.
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Y, siguiendo con su trabajo, ¿todas las variedades de tomatesson
igual de buenas para prevenir el cáncer, o las hay mejores y peores?
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Todos tienen propiedades similares en ese sentido, aunque nosotros
manteníamos constante tanto la variedad como las condiciones y su
estado de maduración durante todo el experimento. En cualquier caso,
cuanto más maduro esté, mejor.
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¿Está ya cerrado este proyecto de investigación?
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La verdad es que nos gustaría avanzar más, pero eso no depende de
nosotros, sino de que haya dinero disponible para seguir en ello. Aún
queda trabajo por hacer, como llevarlo a la vida real. Trabajar con
personas que sufran la enfermedad para comprobar en ellas los
resultados que hemos obtenido en el laboratorio con cultivos de
células. .
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¿En qué anda investigando María Jesús ahora?
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Ahora estoy en una línea totalmente diferente, como es el alimento
de los peces. Buscamos optimizar la alimentación de los que se crían
en piscifactorías.
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¿También se trata de un estudio conjunto entre las universidades de
Almería y Granada?
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Comprenda que se trata de un trabajo todavía en fase confidencial y
no puedo darle muchas pistas, pero sí le diré que hay varias
universidades implicadas en él.