Fascinada por la figura de su bisabuelo Juan de la Cierva, Laura ha emprendido la tarea de reivindicar su figura
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- ¿Cómo es posible que un
personaje tan relevante como el inventor del autogiro haya sido
prácticamente borrado de la Historia de España?
- Porque a mi bisabuelo quisieron
achacarle que fue colaborador de Franco. Concretamente, le acusan de
haberle mandado el Dragón Rapide para trasladarlo a Marruecos con
el fin de iniciar la rebelión en el 36.
- ¿Y no lo hizo?
- En absoluto. Fueron los March, que
pusieron 2.000 libras, y Luca de Tena, quien a través de Luis Bolín
se dirigió a mi bisabuelo para pedirle consejo sobre algún avión
para alquilar. Juan De la Cierva se limitó a informarles sobre los
que había disponibles, pero sin saber que las intenciones que
tenían, como después se ha conocido, eran las de recoger a Franco
en Canarias para llevarlo a Tetuán el 16 de julio de 1936 y
emprender desde allí el levantamiento contra el gobierno de la
República.
- Entonces, según usted, con su
bisabuelo alguien se ha pasado de frenada en el asunto de la memoria
histórica.
- Y no es el único caso. Al capitán
Haya también le han quitado calles en Madrid porque dicen que abrió
el espacio aéreo al Dragon Rapide. No tiene sentido borrar a dos
grandes nombres de la aviación española por ‘desmemoria’. Ellos
eran muy trabajadores y hoy les acusan de colaborar con un golpe de
estado en el que no participaron. ¡Cómo iba a ser un golpista Juan
de la Cierva, que construyó un montón de autogiros para la
República! Él nunca quiso entrar en política.
- Y usted sostiene que no participó
en la rebelión militar de 1936.
- Sin datos no hay Historia, y en ese
sentido tengo que decir que no existe ningún documento o papel
firmado por mi bisabuelo ni por nadie que pueda probar su implicación
en el golpe del general Franco, y no es justo que quieran ensañarse
con él por algo que no hizo.
- ¿Por qué ese empeño que usted
asegura ver en manchar y ocultar figuras como la de su bisabuelo?
- Porque quieren destrozar una Historia
de la que nos sentimos orgullosos y dilapidar un legado. A nivel
internacional no dan crédito a que se quite el nombre de uno de los
más importantes pioneros de la aviación de las calles de ciertos
municipios. Primero fue en Coslada, y luego han seguido el ejemplo
otras ciudades como Barcelona. Mientras tanto, yo he recibido
mensajes de apoyo desde todas partes. La figura de mi bisabuelo es
muy valorada, por ejemplo, en Washington, donde existe un espacio
dedicado a él en el Museo de la Aviación, y ya me han encargado una
réplica del C-30, el autogiro que estoy construyendo.
- ¿En qué radica la importancia de
Juan de la Cierva para la Historia de la Aviación?
- En que inventó la nave más segura
que se ha construido jamás. Su obsesión era evitar a toda costa
cualquier posibilidad de pérdida de vidas humanas.
- Y, paradójicamente, murió en un
avión.
- En efecto. La aviación era su vida,
sin embargo, una ironía del destino quiso que su muerte se produjera
al estrellarse el DC-2 de línea regular en el que viajaba, un
aparato de ala fija. Juan de la Cierva nació ingeniero. Estudió
Caminos porque en aquella época no existía la especialidad de
Aeronáutica, pero a él siempre le interesó construir aviones, como
el carguero trimotor más grande de su tiempo.
- El autogiro inventado por su
bisabuelo comenzó a fabricarse en el Reino Unido, ¿es que no
despertó interés en España?
- El primer modelo se fabricó en
Londres porque los inversores eran de allí. En España sí encontró
apoyo, pero la inversión llegó desde el Reino Unido, y allí se
fabricaron una serie de autogiros para la Royal Air Force [RAF,
división aérea del ejército británico].
- Y, ahora, es usted quien se
interesa por fabricar de nuevo el autogiro De la Cierva ¿lo hace por
convicción o como reivindicación de la figura de su bisabuelo?
- Por ambos motivos. Yo me metí en el
mundo del autogiro, que me había interesado mucho desde niña. Quise
entrar en la cabeza de mi bisabuelo. Después, he tenido la suerte de
encontrarme con grandes profesionales que me han formado y llevado a
conocer los entresijos de la pasión de Juan de la Cierva. Por otra
parte, es cierto que ha existido un desinterés generalizado. Sin
embargo, el proyecto ha despertado una gran expectación, sobre todo
en el Reino Unido y EEUU, y lo vamos a llevar a cabo.
- ¿En pleno siglo XXI hay un
espacio para el autogiro?
- Por supuesto que sí. El autogiro que
vamos a fabricar presenta grandes ventajas. Su coste es cinco veces
menor al de cualquier aeronave y, sin embargo, es cinco veces más
seguro; tiene una autonomía de entre 2 y 3 horas y sólo necesita 20
metros para aterrizar. Es una alternativa al helicóptero muy
atractiva en tareas de rescate, control de tráfico, fumigación…
Para mí supone un orgullo que el invento de mi bisabuelo aún siga
teniendo un espacio en el mundo de la aviación.
- Si continúa siendo una idea
actual, ¿qué supuso cuando lo ideó, hace ya casi cien años?
- A Juan de la Cierva le dijeron que
sus ideas habían supuesto un avance de 60 años en el mundo de la
aviación. Murió demasiado joven, con apenas 41 años. De haber
vivido 20 más, seguro que estaríamos hablando de otros logros y
avances que no somos capaces ni tan siquiera de imaginar.