El edil independiente tomará este miércoles el relevo del exregidor, que cumple, desde el pasado día 20, un año de inhabilitación por negar información a la oposición
ALMERÍA HOY / 14·05·2018
El relevo de Salvador Hernández (Gicar) al frente de la Alcaldía de Carboneras será su segundo teniente de alcalde y portavoz del equipo de gobierno, Felipe Cayuela. Hernández ha sido forzado a cesar en su puesto al frente de la Corporación como consecuencia de la denuncia que interpuso contra él el portavoz socialista en el Ayuntamiento, José Luis Amérigo.
El recorrido judicial de la querella ha concluido en la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería de 2 de abril, que ratificaba la emitida por el nº 1 de lo Penal, aunque rebajaba la condena desde los tres años de inhabilitación para cargo o empleo público que se dictó en primera instancia, a solamente uno, lo que permitirá a Salvador Hernández comparecer a los próximos comicios municipales de mayo de 2019.
La Audiencia basa la reducción de la pena en un «vicio» de la sentencia inicial, pues el juez del nº 1 de lo Penal impuso la máxima condena estipulada para el delito «sin razonamiento alguno que sustente tal fijación». Más aún, los magistrados firmantes del fallo en firme señalan entre sus consideraciones que ese error del togado «podría generar la nulidad» de su fallo, sin embargo, añaden que «no procede declararla de oficio al no haberla interesado la parte recurrente».
El fallo concluye que el ya exalcalde «mantuvo una conducta renuente y obstaculizadora del ejercicio del derecho de acceso» a 26 expedientes por parte del portavoz de la oposición, una conducta «presidida por el dolo, ya que el acusado conocía su obligación de permitir el acceso a la información, a pesar de lo que obstaculizó tal derecho con su actitud».
Los magistrados de la Audiencia llegaron a esa conclusión, como ya hiciera el juez de lo Penal, tras otorgar «credibilidad a la declaración del demandante» José Luis Amérigo, y desestimar el testimonio del secretario y el coordinador general del Ayuntamiento porque «no hacen sino ratificar lo declarado por el acusado».
Cronología del relevo
Hernández registró su dimisión en el Ayuntamiento a última hora del 20 de abril, poniendo en marcha el cronómetro de los tiempos para su sucesión. Así, antes del 3 de mayo tendrá que celebrarse el primero de los tres plenos extraordinarios que habrán de tener lugar. En ése, se dará cuenta del cese del ya exalcalde.
A continuación, y en un plazo de 10 días, habrá de convocarse otra sesión para que tome posesión de su acta el siguiente candidato en la lista de GICAR a fin de cubrir la vacante dejada por el exalcalde y, finalmente, durante un tercer pleno, tendrá lugar la investidura del nuevo alcalde.
Si no hay sorpresas, la vara de mando pasará a manos de Felipe Cayuela, como ha dejado por escrito el propio alcalde y corroborado a RADIO ACTUALIDAD el portavoz del Grupo Popular y primer teniente de alcalde Salvador Alarcón, que gobierna en coalición con GICAR el consistorio carbonero desde el mandato anterior.
«Nosotros somos gente seria —afirma Alarcón—. Suscribimos al inicio del mandato un pacto con GICAR que, en tanto que ellos cumplen puntualmente, nuestro grupo también lo hará». «Además —añade—, nosotros sabemos que nunca ha existido intención por parte de ningún miembro del equipo de gobierno de ocultar información alguna. Sí es cierto que ha podido haber retraso en ciertas ocasiones porque los medios con cuenta nuestro Ayuntamiento son los que son, pero la Justicia ha hablado y todos tenemos que acatar su veredicto».
«Salvador Hernández volverá a ser alcalde»
En sus primeras palabras tras su nominación como sucesor de Salvador Hernández, Felipe Cayuela se refiere a su antecesor como ‘el alcalde’.
«El alcalde sigue contando con mi total apoyo y el de todos y cada uno de los miembros de GICAR. Yo guardaré y defenderé lo mejor que pueda su cargo hasta que Salvador Hernández vuelva de nuevo a ejercerlo al frente de nuestra candidatura en mayo de 2019».
Carta a los carboneros de Salvador Hernández
«Estimados vecinos:
Tras ser notificado el pasado 12 de abril por la Audiencia Provincial de la inhabilitación de un año para ser alcalde, el pasado día 18 de abril presenté mi renuncia voluntaria para cumplir la sentencia. Siendo certificada por el secretario del Ayuntamiento al día siguiente y presentado por un servidor ante el secretario del juzgado el día 20. Lo he hecho discretamente y con naturalidad, como debe ser. Naturalidad y sencillez con las que he procurado actuar durante los años que he tenido la satisfacción de ser alcalde del que sin duda es, dicho sea sin ánimo de menospreciar a nadie, el mejor pueblo de España, Carboneras.
Conviene recordar a este punto que mi antecesor en el cargo fue condenado e inhabilitado junto con su hermana, a la sazón madre del actual portavoz del PSOE, y estuvieron aferrados al sillón hasta que les aseguraron el indulto, concedido solo nueve días después de su dimisión. En un alarde de soberbia el hombre fue condenado después dos veces más, por injuriar al denunciante y por calumniar al juez que lo había condenado. Los carboneros no merecíamos asistir ni repetir ese lamentable espectáculo ni pasar esa vergüenza.
He evitado en todo momento, en los casi siete años que he tenido el honor de ejercer como alcalde de Carboneras, convertir las lógicas discrepancias políticas en un espectáculo desagradable para mis conciudadanos, ellos no se merecen eso. Bastante han pasado ya. A la vista está que no lo he logrado, ni siquiera en este compás de espera, por las trapazas y maldades de los representantes locales de los EREs, los fraudes en los cursos de formación y los liquidadores de la Justicia, la Educación y la Sanidad públicas de Andalucía.
Dejo el gobierno en buenas manos. El compañero Felipe Cayuela Hernández, concejal del GICAR y actual concejal de Hacienda, será investido alcalde en las próximas semanas. No me cabe duda, de que tendrá todo el apoyo de los compañeros y el mío propio para llevar a buen puerto todos los proyectos que están en marcha. El sentido común y un gobierno cercano a los carboneros seguirá siendo la metodología de trabajo.
Aprovecho este comunicado para agradecer públicamente a mis vecinos y compañeros la confianza en mi depositada durante estos años. Pueden estar completamente seguros que ni les he fallado, ni les fallaré. Es hora de cumplir con la ley, como siempre hemos hecho, aunque estemos descontentos con su resultado. Ahora que descansaré del despacho, nos veremos en las calles.
Un fuerte abrazo a todos».
El recorrido judicial de la querella ha concluido en la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería de 2 de abril, que ratificaba la emitida por el nº 1 de lo Penal, aunque rebajaba la condena desde los tres años de inhabilitación para cargo o empleo público que se dictó en primera instancia, a solamente uno, lo que permitirá a Salvador Hernández comparecer a los próximos comicios municipales de mayo de 2019.
La Audiencia basa la reducción de la pena en un «vicio» de la sentencia inicial, pues el juez del nº 1 de lo Penal impuso la máxima condena estipulada para el delito «sin razonamiento alguno que sustente tal fijación». Más aún, los magistrados firmantes del fallo en firme señalan entre sus consideraciones que ese error del togado «podría generar la nulidad» de su fallo, sin embargo, añaden que «no procede declararla de oficio al no haberla interesado la parte recurrente».
El fallo concluye que el ya exalcalde «mantuvo una conducta renuente y obstaculizadora del ejercicio del derecho de acceso» a 26 expedientes por parte del portavoz de la oposición, una conducta «presidida por el dolo, ya que el acusado conocía su obligación de permitir el acceso a la información, a pesar de lo que obstaculizó tal derecho con su actitud».
Los magistrados de la Audiencia llegaron a esa conclusión, como ya hiciera el juez de lo Penal, tras otorgar «credibilidad a la declaración del demandante» José Luis Amérigo, y desestimar el testimonio del secretario y el coordinador general del Ayuntamiento porque «no hacen sino ratificar lo declarado por el acusado».
Cronología del relevo
Hernández registró su dimisión en el Ayuntamiento a última hora del 20 de abril, poniendo en marcha el cronómetro de los tiempos para su sucesión. Así, antes del 3 de mayo tendrá que celebrarse el primero de los tres plenos extraordinarios que habrán de tener lugar. En ése, se dará cuenta del cese del ya exalcalde.
A continuación, y en un plazo de 10 días, habrá de convocarse otra sesión para que tome posesión de su acta el siguiente candidato en la lista de GICAR a fin de cubrir la vacante dejada por el exalcalde y, finalmente, durante un tercer pleno, tendrá lugar la investidura del nuevo alcalde.
Si no hay sorpresas, la vara de mando pasará a manos de Felipe Cayuela, como ha dejado por escrito el propio alcalde y corroborado a RADIO ACTUALIDAD el portavoz del Grupo Popular y primer teniente de alcalde Salvador Alarcón, que gobierna en coalición con GICAR el consistorio carbonero desde el mandato anterior.
«Nosotros somos gente seria —afirma Alarcón—. Suscribimos al inicio del mandato un pacto con GICAR que, en tanto que ellos cumplen puntualmente, nuestro grupo también lo hará». «Además —añade—, nosotros sabemos que nunca ha existido intención por parte de ningún miembro del equipo de gobierno de ocultar información alguna. Sí es cierto que ha podido haber retraso en ciertas ocasiones porque los medios con cuenta nuestro Ayuntamiento son los que son, pero la Justicia ha hablado y todos tenemos que acatar su veredicto».
«Salvador Hernández volverá a ser alcalde»
En sus primeras palabras tras su nominación como sucesor de Salvador Hernández, Felipe Cayuela se refiere a su antecesor como ‘el alcalde’.
«El alcalde sigue contando con mi total apoyo y el de todos y cada uno de los miembros de GICAR. Yo guardaré y defenderé lo mejor que pueda su cargo hasta que Salvador Hernández vuelva de nuevo a ejercerlo al frente de nuestra candidatura en mayo de 2019».
Carta a los carboneros de Salvador Hernández
«Estimados vecinos:
Tras ser notificado el pasado 12 de abril por la Audiencia Provincial de la inhabilitación de un año para ser alcalde, el pasado día 18 de abril presenté mi renuncia voluntaria para cumplir la sentencia. Siendo certificada por el secretario del Ayuntamiento al día siguiente y presentado por un servidor ante el secretario del juzgado el día 20. Lo he hecho discretamente y con naturalidad, como debe ser. Naturalidad y sencillez con las que he procurado actuar durante los años que he tenido la satisfacción de ser alcalde del que sin duda es, dicho sea sin ánimo de menospreciar a nadie, el mejor pueblo de España, Carboneras.
Conviene recordar a este punto que mi antecesor en el cargo fue condenado e inhabilitado junto con su hermana, a la sazón madre del actual portavoz del PSOE, y estuvieron aferrados al sillón hasta que les aseguraron el indulto, concedido solo nueve días después de su dimisión. En un alarde de soberbia el hombre fue condenado después dos veces más, por injuriar al denunciante y por calumniar al juez que lo había condenado. Los carboneros no merecíamos asistir ni repetir ese lamentable espectáculo ni pasar esa vergüenza.
He evitado en todo momento, en los casi siete años que he tenido el honor de ejercer como alcalde de Carboneras, convertir las lógicas discrepancias políticas en un espectáculo desagradable para mis conciudadanos, ellos no se merecen eso. Bastante han pasado ya. A la vista está que no lo he logrado, ni siquiera en este compás de espera, por las trapazas y maldades de los representantes locales de los EREs, los fraudes en los cursos de formación y los liquidadores de la Justicia, la Educación y la Sanidad públicas de Andalucía.
Dejo el gobierno en buenas manos. El compañero Felipe Cayuela Hernández, concejal del GICAR y actual concejal de Hacienda, será investido alcalde en las próximas semanas. No me cabe duda, de que tendrá todo el apoyo de los compañeros y el mío propio para llevar a buen puerto todos los proyectos que están en marcha. El sentido común y un gobierno cercano a los carboneros seguirá siendo la metodología de trabajo.
Aprovecho este comunicado para agradecer públicamente a mis vecinos y compañeros la confianza en mi depositada durante estos años. Pueden estar completamente seguros que ni les he fallado, ni les fallaré. Es hora de cumplir con la ley, como siempre hemos hecho, aunque estemos descontentos con su resultado. Ahora que descansaré del despacho, nos veremos en las calles.
Un fuerte abrazo a todos».