La Unión Rugby Almeriense elude el descenso directo de categoría y ahora debe esperar para saber si tiene que disputar la promoción
Alegría incontenible en las filas de la URA tras finalizar el partido de este domingo. |
ALMERÍA HOY / 03·04·2017
Había fallado todos los tiros a palos lanzados hasta el momento, pero quiso el último porque sabía que en su bota estaba la salvación. Juan Graciarena puso el oval sobre el rosco en el medio campo, las 1.500 personas de la grada se quedaron en silencio sepulcral, y el apertura argentino, esta vez sí, minuto 80 y nada más después de esa patada, transformó tres puntos para una ventaja final de 9. Se habían logrado los dos objetivos marcados: hacer cuatro ensayos y ganar por más de 7, por lo que se daba caza y se adelantaba a todo un Atlético Portuense en la clasificación. Éxtasis sobre el césped, celebración por todo lo alto y pasillo, cómo no, para el honor de un gran rival como el gaditano.
Con el final hay suficiente, pero todo lo previo fue parte de una victoria épica que escribe un nuevo capítulo de la nueva historia de los cruzados. Quedan en adelante muchos más, seguro, pero este era necesario en la semana en la que el Juan Rojas comenzó a buscar su nueva forma de campo de rugby. Lágrimas propias y ajenas, las de URA de alegría y las de El Puerto de pena, pero así es el deporte y con la calidad de los de Cádiz, si es que finalmente se consume su descenso a Primera Regional, aún no definitivo, les conducirá de nuevo a la categoría nacional. Tampoco está asegurada para Almería a falta de que por arriba logre mantenerse Ciencias o asciendan Liceo Francés o CRC Pozuelo.
Con retraso de media hora sobre el primer horario previsto de las 12.00 horas, el choque comenzó con los cruzados muy metidos en su papel, tanto como que en el minuto dos y medio Varas fue inalcanzable desde propio campo tras robar una melé. El primer ensayo no se adornó con transformación, como tampoco el segundo, obra del talentoso Tom Armstrong en una jugada de enganche de varias fases y que llegó tras una touch propia. El juego a la mano de Portuense, de una calidad enorme, comenzó a hacerse peligroso al jugar en campo propio, pero se defendió con uñas y dientes en línea de 5 metros y casi sobre la raya de marca. Se anuló un ensayo visitante por obstrucción.
Se estaba muy bien en el ruck, con los dos equipos dejándose la vida en cada lance del juego, pero se sufría demasiado. Justo cuando parecía que se había controlado el empuje gaditano, en una jugada de ataque se cometió error en el pase, interceptado y con autopista hacia el ‘try’. Llegó Armstrong a placar justo antes de la línea, pero el señor Santoro interpretó ensayo de castigo y sacó del campo al australiano con amarilla. De la Cueva no perdonó y se creció muy mucho Portuense, sobre todo por los nervios locales. Una gran jugada por la derecha culminó con el segundo ‘try’ esta vez de Piña, infrautilizado hasta ese momento. De nuevo De la Cueva estuvo acertado y dio la vuelta al marcador.
Antes del descanso hubo otro error de pase en una apertura dentro de línea de 22 cuando Alastrué tenía vía libre para ensayar, y con esa jugada acabó una primera parte de las que hacen afición. No fue así el comienzo de la segunda, puesto que los nervios y la presión pudieron más que otro cosa. Balones al suelo, errores de decisión, recepciones malas… URA tenía que sufrir y encima De la Cueva tuvo una patada que erró. Jaime García pedía a sus compañeros reactivar la grada, y así fue. Se rozó el tercer ensayo en dos ocasiones, una con la mala fortuna de que a Armstrong se le escurrió el balón justo cuando iba a volar a la zona de marca. Después Mwale se quedó a escasos centímetros.
Delante había un gran rival que también sabe defender, pero que comenzó a sufrir en el contacto con el último arreón de los cruzados. Era a vida o muerte más que nunca, y el trabajo de Alfredo Fernández en la preparación física dio su fruto con un último tanque de gasolina que se gastó hasta la última gota. Juan Graciarena, todavía peleado con los palos pero dando todo lo que llevaba dentro y con el hombro descolgado por una lesión que no fue suficiente para apartarlo de la batalla, hizo el tercero de los ensayos que abría de nuevo la esperanza en la remontada ‘total’, lo que se quedó muy cerca con Armstrong, que se quitó la espinita haciendo el cuarto ‘try’, el segundo de su cuenta particular, pletórico de fuerza y calidad.
El 20-14 era el reflejo de mucho esfuerzo, de un mérito que merecía tener su recompensa, pero no había modo de meter un golpe de castigo. Nacho de Luque tampoco pudo acertar con el primero que se tuvo, pero había que seguir ‘empujando’ y después de pelear ‘a sangre’ por el último balón se pitó un segundo golpe sobre el minuto 80, a reloj parado por varias interrupciones. El rugby había llenado la grada del Emilio Campra y había sobrepasado las dos de la tarde dando un tremendo espectáculo que no dejó moverse a nadie. Juan Graciarena miró a Nacho De Luque, Nacho De Luque miró a Juan Graciarena, y los dos sabían que esta vez entraba. Así fue y así se hizo justicia con una temporada de sufrimiento y lucha, de superación al fin y al cabo.
Así lo leyó un emocionado Pablo Jiménez, al que varios de sus jugadores sometieron a ‘placajes’ en toda regla cuando accedió al césped para dar rienda suelta a toda la tensión acumulada, ya convertida en una gran alegría. Sus palabras fueron para descubrirse ante sus jugadores, «auténticos héroes; cuando pase algo más de tiempo quedará más clara la trascendencia de lo que hoy se ha hecho». Sin necesidad de rebuscar más palabras, el preparador, gran artífice de la permanencia habló de «algo histórico», y quiso dedicar el partido a su pareja, «a Chantal, que es la que aguanta en casa, es el mayor apoyo y se lo merece todo». Como no, en su memoria en ese momento también estuvieron sus padres.
En el otro partido con un implicado por detrás, lo previsto. Ganó el que se jugaba algo, Ingenieros Industriales Las Rozas, al que se ha ganado este año tanto en casa como fuera, pero que queda salvado de todo peligro un puesto por delante de los unionistas. El 24-41 daba un punto bonus por cuatro ensayos a los locales y cinco con bonus ofensivo para los visitantes. La tabla clasificatoria dice que Unión Rugby Almería se queda a seis puntos de la séptima plaza, un lugar que habría sido más acorde a lo que se tenía previsto al principio de temporada. Pero se ha sabido sufrir y se ha hecho una enorme demostración de coraje y honestidad.
FICHA TÉCNICA
URA (23): Biya, Mwale, Pisapia, Padilla, Cuadrado, Joaquín Pérez, Luis Vergel, Lucas Melián, Nacho de Luque, Graciarena, Ismael Varas, Tom Armstrong, Gaspani, Rafa Alastrué y Antonio Manchón. También jugaron Quintana, Rubí, Juan Jiménez y Pufo.
Atlético Portuense (14): Arana, Rosa, Emilio García, Viñas, Fernández, Zamacola, Mera, Lojo, Garrido, Antonio González, Piña, Gaztelu, De la Cueva, Vicente González y Martín. También jugaron Alberto García, Galán, Gandullo, Eko González, Suano y Medina.
Árbitro: Joaquín Santoro. Expulsó temporalmente a Armstrong (min. 31) por parte de URA, así como a Viñas (min. 64) por parte de Atlético Portuense.
Tanteo: (5-0) min. 2, ensayo de Ismael Varas. (10-0) min. 10, ensayo de Tom Armstrong. (10-7) min. 31, ensayo de castigo transformado por De la Cueva. (10-14) m. 36, ensayo de Piña transformado por De la Cueva. DESCANSO. (15-14) m. 66, ensayo de Graciarena. (20-14) m. 71, ensayo de Armstrong. (23-14) min. 80, golpe de castigo transformado por Graciarena. FINAL.
Incidencias: Vigésimo segunda jornada y última de División de Honor B en su grupo C. Estadio de la Juventud ‘Emilio Campra’. Aproximadamente 1.500 espectadores. Se conmemoró el Día Mundial del Autismo con un pasillo de niños y padres a los jugadores de ambos bandos. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Miguel Naveros, fallecido esta misma semana.
Con el final hay suficiente, pero todo lo previo fue parte de una victoria épica que escribe un nuevo capítulo de la nueva historia de los cruzados. Quedan en adelante muchos más, seguro, pero este era necesario en la semana en la que el Juan Rojas comenzó a buscar su nueva forma de campo de rugby. Lágrimas propias y ajenas, las de URA de alegría y las de El Puerto de pena, pero así es el deporte y con la calidad de los de Cádiz, si es que finalmente se consume su descenso a Primera Regional, aún no definitivo, les conducirá de nuevo a la categoría nacional. Tampoco está asegurada para Almería a falta de que por arriba logre mantenerse Ciencias o asciendan Liceo Francés o CRC Pozuelo.
Con retraso de media hora sobre el primer horario previsto de las 12.00 horas, el choque comenzó con los cruzados muy metidos en su papel, tanto como que en el minuto dos y medio Varas fue inalcanzable desde propio campo tras robar una melé. El primer ensayo no se adornó con transformación, como tampoco el segundo, obra del talentoso Tom Armstrong en una jugada de enganche de varias fases y que llegó tras una touch propia. El juego a la mano de Portuense, de una calidad enorme, comenzó a hacerse peligroso al jugar en campo propio, pero se defendió con uñas y dientes en línea de 5 metros y casi sobre la raya de marca. Se anuló un ensayo visitante por obstrucción.
Se estaba muy bien en el ruck, con los dos equipos dejándose la vida en cada lance del juego, pero se sufría demasiado. Justo cuando parecía que se había controlado el empuje gaditano, en una jugada de ataque se cometió error en el pase, interceptado y con autopista hacia el ‘try’. Llegó Armstrong a placar justo antes de la línea, pero el señor Santoro interpretó ensayo de castigo y sacó del campo al australiano con amarilla. De la Cueva no perdonó y se creció muy mucho Portuense, sobre todo por los nervios locales. Una gran jugada por la derecha culminó con el segundo ‘try’ esta vez de Piña, infrautilizado hasta ese momento. De nuevo De la Cueva estuvo acertado y dio la vuelta al marcador.
Antes del descanso hubo otro error de pase en una apertura dentro de línea de 22 cuando Alastrué tenía vía libre para ensayar, y con esa jugada acabó una primera parte de las que hacen afición. No fue así el comienzo de la segunda, puesto que los nervios y la presión pudieron más que otro cosa. Balones al suelo, errores de decisión, recepciones malas… URA tenía que sufrir y encima De la Cueva tuvo una patada que erró. Jaime García pedía a sus compañeros reactivar la grada, y así fue. Se rozó el tercer ensayo en dos ocasiones, una con la mala fortuna de que a Armstrong se le escurrió el balón justo cuando iba a volar a la zona de marca. Después Mwale se quedó a escasos centímetros.
Delante había un gran rival que también sabe defender, pero que comenzó a sufrir en el contacto con el último arreón de los cruzados. Era a vida o muerte más que nunca, y el trabajo de Alfredo Fernández en la preparación física dio su fruto con un último tanque de gasolina que se gastó hasta la última gota. Juan Graciarena, todavía peleado con los palos pero dando todo lo que llevaba dentro y con el hombro descolgado por una lesión que no fue suficiente para apartarlo de la batalla, hizo el tercero de los ensayos que abría de nuevo la esperanza en la remontada ‘total’, lo que se quedó muy cerca con Armstrong, que se quitó la espinita haciendo el cuarto ‘try’, el segundo de su cuenta particular, pletórico de fuerza y calidad.
El 20-14 era el reflejo de mucho esfuerzo, de un mérito que merecía tener su recompensa, pero no había modo de meter un golpe de castigo. Nacho de Luque tampoco pudo acertar con el primero que se tuvo, pero había que seguir ‘empujando’ y después de pelear ‘a sangre’ por el último balón se pitó un segundo golpe sobre el minuto 80, a reloj parado por varias interrupciones. El rugby había llenado la grada del Emilio Campra y había sobrepasado las dos de la tarde dando un tremendo espectáculo que no dejó moverse a nadie. Juan Graciarena miró a Nacho De Luque, Nacho De Luque miró a Juan Graciarena, y los dos sabían que esta vez entraba. Así fue y así se hizo justicia con una temporada de sufrimiento y lucha, de superación al fin y al cabo.
Así lo leyó un emocionado Pablo Jiménez, al que varios de sus jugadores sometieron a ‘placajes’ en toda regla cuando accedió al césped para dar rienda suelta a toda la tensión acumulada, ya convertida en una gran alegría. Sus palabras fueron para descubrirse ante sus jugadores, «auténticos héroes; cuando pase algo más de tiempo quedará más clara la trascendencia de lo que hoy se ha hecho». Sin necesidad de rebuscar más palabras, el preparador, gran artífice de la permanencia habló de «algo histórico», y quiso dedicar el partido a su pareja, «a Chantal, que es la que aguanta en casa, es el mayor apoyo y se lo merece todo». Como no, en su memoria en ese momento también estuvieron sus padres.
En el otro partido con un implicado por detrás, lo previsto. Ganó el que se jugaba algo, Ingenieros Industriales Las Rozas, al que se ha ganado este año tanto en casa como fuera, pero que queda salvado de todo peligro un puesto por delante de los unionistas. El 24-41 daba un punto bonus por cuatro ensayos a los locales y cinco con bonus ofensivo para los visitantes. La tabla clasificatoria dice que Unión Rugby Almería se queda a seis puntos de la séptima plaza, un lugar que habría sido más acorde a lo que se tenía previsto al principio de temporada. Pero se ha sabido sufrir y se ha hecho una enorme demostración de coraje y honestidad.
FICHA TÉCNICA
URA (23): Biya, Mwale, Pisapia, Padilla, Cuadrado, Joaquín Pérez, Luis Vergel, Lucas Melián, Nacho de Luque, Graciarena, Ismael Varas, Tom Armstrong, Gaspani, Rafa Alastrué y Antonio Manchón. También jugaron Quintana, Rubí, Juan Jiménez y Pufo.
Atlético Portuense (14): Arana, Rosa, Emilio García, Viñas, Fernández, Zamacola, Mera, Lojo, Garrido, Antonio González, Piña, Gaztelu, De la Cueva, Vicente González y Martín. También jugaron Alberto García, Galán, Gandullo, Eko González, Suano y Medina.
Árbitro: Joaquín Santoro. Expulsó temporalmente a Armstrong (min. 31) por parte de URA, así como a Viñas (min. 64) por parte de Atlético Portuense.
Tanteo: (5-0) min. 2, ensayo de Ismael Varas. (10-0) min. 10, ensayo de Tom Armstrong. (10-7) min. 31, ensayo de castigo transformado por De la Cueva. (10-14) m. 36, ensayo de Piña transformado por De la Cueva. DESCANSO. (15-14) m. 66, ensayo de Graciarena. (20-14) m. 71, ensayo de Armstrong. (23-14) min. 80, golpe de castigo transformado por Graciarena. FINAL.
Incidencias: Vigésimo segunda jornada y última de División de Honor B en su grupo C. Estadio de la Juventud ‘Emilio Campra’. Aproximadamente 1.500 espectadores. Se conmemoró el Día Mundial del Autismo con un pasillo de niños y padres a los jugadores de ambos bandos. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Miguel Naveros, fallecido esta misma semana.