Los acusados, junto a un tercer individuo que se encuentra en paradero desconocido, huyeron del domicilio de la víctima con una bolsa que contenía unos 60 gramos de esta hierba
EUROPA PRESS / 01·05·2016
El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado las penas de cinco años de prisión impuestas a dos hombres residentes en Vera que apuñalaron a un vendedor minorista de marihuana después de mantener una pelea por «desavenencias» durante la compraventa.
Con posterioridad, según recoge la sentencia, sustrajeron una bolsa con unos 60 gramos del popular estupefaciente, que arrojaron bajo un vehículo estacionado en la calle durante su huida.
El Alto Tribunal desestima el recurso de casación interpuesto por ambos, y confirma el fallo de la Audiencia Provincial de Almería que les condenó a penas de un año y diez meses de prisión como autores de un delito de robo con violencia en grado de tentativa, y de tres años y dos meses de prisión por un delito de lesiones agravadas.
La resolución recoge como probado que ambos acusados, de «común acuerdo» con una tercera persona que se encuentra en paradero desconocido, se dirigieron al domicilio de la víctima con «el propósito de adquirir marihuana», donde surgieron «desavenencias» durante la compraventa.
Así, con el propósito de obtener «un beneficio patrimonial ilícito», se apoderaron de la marihuana tras asestarle uno de ellos una puñalada en el pecho con un cuchillo, tras lo que huyeron con la bolsa, que contenía 58,62 gramos de esta hierba.
Los acusados mantuvieron en el acto de juicio oral que acudieron a comprar marihuana, en concreto diez euros, pero que, al surgir discrepancias, discutieron «y se marcharon». Admitieron, asimismo, haber tenido la bolsa con la droga y que la tiraron bajo un vehículo.
Como consecuencia de la cuchillada, la víctima presentaba una herida a nivel gástrico con derrame pleural derecho en el tórax, sufriendo secuelas funcionales consistentes en algia costo-esternal y neuralgias intercostales esporádicas. Los dos acusados deberán indemnizarle, de forma conjunta y solidaria, con 2.250 euros por las lesiones, y 5.208 euros por las secuelas.
La bolsa fue finalmente hallada por los agentes bajo el vehículo, en el interior de una caja manchada de sangre. El vendedor, en cambio, negó en todo momento que se dedicara al comercio minorista de este estupefaciente.
Con posterioridad, según recoge la sentencia, sustrajeron una bolsa con unos 60 gramos del popular estupefaciente, que arrojaron bajo un vehículo estacionado en la calle durante su huida.
El Alto Tribunal desestima el recurso de casación interpuesto por ambos, y confirma el fallo de la Audiencia Provincial de Almería que les condenó a penas de un año y diez meses de prisión como autores de un delito de robo con violencia en grado de tentativa, y de tres años y dos meses de prisión por un delito de lesiones agravadas.
La resolución recoge como probado que ambos acusados, de «común acuerdo» con una tercera persona que se encuentra en paradero desconocido, se dirigieron al domicilio de la víctima con «el propósito de adquirir marihuana», donde surgieron «desavenencias» durante la compraventa.
Así, con el propósito de obtener «un beneficio patrimonial ilícito», se apoderaron de la marihuana tras asestarle uno de ellos una puñalada en el pecho con un cuchillo, tras lo que huyeron con la bolsa, que contenía 58,62 gramos de esta hierba.
Los acusados mantuvieron en el acto de juicio oral que acudieron a comprar marihuana, en concreto diez euros, pero que, al surgir discrepancias, discutieron «y se marcharon». Admitieron, asimismo, haber tenido la bolsa con la droga y que la tiraron bajo un vehículo.
Como consecuencia de la cuchillada, la víctima presentaba una herida a nivel gástrico con derrame pleural derecho en el tórax, sufriendo secuelas funcionales consistentes en algia costo-esternal y neuralgias intercostales esporádicas. Los dos acusados deberán indemnizarle, de forma conjunta y solidaria, con 2.250 euros por las lesiones, y 5.208 euros por las secuelas.
La bolsa fue finalmente hallada por los agentes bajo el vehículo, en el interior de una caja manchada de sangre. El vendedor, en cambio, negó en todo momento que se dedicara al comercio minorista de este estupefaciente.
