Una plataforma ciudadana llevará al Defensor del Pueblo los ruidos nocturnos del centro de Almería

Vecinos de la zona centro señalan la «pasividad del Ayuntamiento» a la hora de hacer cumplir las normas sobre contaminación acústica


Detalle del logo de la plataforma '#DerechoADormir'.
ALMERÍA HOY / 20·04·2015

La plataforma almeriense'#DerechoADormir' pedirá la mediación del Defensor del Pueblo Andaluz por los ruidos que se generan cada fin de semana en las inmediaciones de la calle Marqués de Comillas, en el centro de Almería. Esta decisión viene motivada, según aclaran desde el colectivo ciudadano, «tras 13 años de intentos para hacer entrar en razón al Ayuntamiento de Almería respecto al cumplimiento de las normas sobre contaminación ambiental y los ruidos generados por locales de alterne», ya que «es precisamente la pasividad del Ayuntamiento de Almería la que ha provocado que estos locales no cumplan con la normativa de ruidos».

Esta asociación nació en Almería por las molestias que cada fin de semana «genera una discoteca» en la calle Marqués de Comillas de la capital, en concreto la antigua Cibeles, hoy conocida como sala COCÓ. «Creemos que el Defensor del Pueblo es una figura lo suficientemente asentada como para que se tenga en cuenta su imparcialidad en la lucha por los derechos de los ciudadanos, ya que no hablamos de un enfado puntual, sino de trece años de chunda, chunda de jueves a sábado, desde las once de la noche hasta las siete de la mañana. Y ya está bien», afirman desde la plataforma de afectados.

Las víctimas de esta situación han acordado acelerar su modelo de actuación debido a que «todo indica que la propiedad del local ha iniciado un proceso de traspaso en la titularidad o gestión del negocio», por lo que la plataforma pide al alcalde de Almería y candidato a la reelección por el PP «que aproveche esta situación para corregir aquello que su ex concejal de Urbanismo, Pablo Venzal no solucionó».

En ese sentido, desde la plataforma explican que «hay que recordarle al Ayuntamiento que, tras su clausura en 2013 porque no tenían licencia de actividad y ya llevaban diez años funcionando, apenas tardaron tres meses en darles todas las licencias, firmadas en un mismo día, a los mismos propietarios que sólo habían cambiado los tonos de la decoración y el nombre de la sociedad. Pero la culpa no es de esos propietarios, sino de un concejal que estaba advertido de las deficiencias estructurales y nos engañó a todas las partes, a ellos por hacerles creer que todo estaba correcto y a nosotros al asegurarnos que todo se había solucionado».

Desde '#DerechoADormir' aseguran que los ruidos de este local afectan a casi un millar de personas, por lo que apelan al «sentido común» del alcalde de Almería. «Entendemos que nos asiste el derecho», sentencian.