El primer edil alhameño recuerda que el plan de reforestación de la Sierra de Gádor se ha quedado en «agua de borrajas»
EUROPA PRESS/ 13·04·2015
El alcalde de Alhama de Almería, Cristóbal Rodríguez (PP), ha lamentado que se haya quedado en «agua de borrajas» el plan de reforestación de la Sierra de Gádor que la Junta de Andalucía preveía ejecutar a fin de regenerar las más de 2.800 hectáreas de terreno que quedaron calcinadas hace un año a causa de un incendio.
Así lo ha asegurado el primer edil, matizando que, a pesar de que sobre octubre y noviembre del año pasado sí acudieron 14 peones y seis motosierras para realizar labores de limpieza, «ni se han realizado en profundidad ni se han cumplido las expectativas». En este sentido, ha precisado que «trabajaron de 40 a 80 hectáreas» de las 2.800 que se calcinaron por las llamas en marzo del año pasado, insistiendo en que el Ayuntamiento ha enviado varios escritos para que se pongan en marcha planes de regeneración sin que se sepa «nada más».
Con respecto al terreno, Rodríguez ha explicado que «el bajo monte está empezando a rebrotar pero sigue habiendo mucho pinar afectado», por lo que ha defendido la necesidad de llevar a cabo planes que salven aquellas zonas «que todavía no están del todo perdidas».
La Junta no cumple
En este contexto, cabría recordar que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía anunció, en el mes de enero, su previsión de concretar su plan de actuación para regenerar las más de 2.800 hectáreas de terreno que quedaron calcinadas el pasado año en la Sierra de Gádor a causa de un incendio, y en base a un informe final mediante el que se evalúa la regeneración natural del terreno.
Fuentes del Gobierno andaluz explicaron que el informe final se obtendría a partir del mes de abril. Así, se pretendía analizar la capacidad del terreno para regenerarse por sí solo y contrarrestarlo con el informe de daños existente en la zona. «Será entonces cuando se verán las actuaciones necesarias que se desarrollarán, no antes», apuntó la Consejería.
Según la Junta, en una primera fase y tras haber analizado la zona, no se dieron los condicionantes técnicos para la declaración de emergencia puesto que «no existían riesgos graves o inminentes para las personas, los bienes o las infraestructuras». No obstante, las actuaciones que se tuvieran que desarrollar, según explican, conllevarían fundamentalmente dos fases: una corrección hidrológica en verano, y una posible reforestación que tendría lugar a partir de octubre.
Así lo ha asegurado el primer edil, matizando que, a pesar de que sobre octubre y noviembre del año pasado sí acudieron 14 peones y seis motosierras para realizar labores de limpieza, «ni se han realizado en profundidad ni se han cumplido las expectativas». En este sentido, ha precisado que «trabajaron de 40 a 80 hectáreas» de las 2.800 que se calcinaron por las llamas en marzo del año pasado, insistiendo en que el Ayuntamiento ha enviado varios escritos para que se pongan en marcha planes de regeneración sin que se sepa «nada más».
Con respecto al terreno, Rodríguez ha explicado que «el bajo monte está empezando a rebrotar pero sigue habiendo mucho pinar afectado», por lo que ha defendido la necesidad de llevar a cabo planes que salven aquellas zonas «que todavía no están del todo perdidas».
La Junta no cumple
En este contexto, cabría recordar que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía anunció, en el mes de enero, su previsión de concretar su plan de actuación para regenerar las más de 2.800 hectáreas de terreno que quedaron calcinadas el pasado año en la Sierra de Gádor a causa de un incendio, y en base a un informe final mediante el que se evalúa la regeneración natural del terreno.
Fuentes del Gobierno andaluz explicaron que el informe final se obtendría a partir del mes de abril. Así, se pretendía analizar la capacidad del terreno para regenerarse por sí solo y contrarrestarlo con el informe de daños existente en la zona. «Será entonces cuando se verán las actuaciones necesarias que se desarrollarán, no antes», apuntó la Consejería.
Según la Junta, en una primera fase y tras haber analizado la zona, no se dieron los condicionantes técnicos para la declaración de emergencia puesto que «no existían riesgos graves o inminentes para las personas, los bienes o las infraestructuras». No obstante, las actuaciones que se tuvieran que desarrollar, según explican, conllevarían fundamentalmente dos fases: una corrección hidrológica en verano, y una posible reforestación que tendría lugar a partir de octubre.