En la provincia hay en la actualidad 750 cotos de caza, de los que unos 60 se destinan principalmente a la caza mayor y el resto a la menor
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| Las monterías atraen cada vez más a un turista cinegético no local |
ALMERÍA HOY / 29·09·2014
Se espera que más de un millar de cazadores participen en las jornadas de caza en la sierra de Los Filabres, una actividad que en sus tres modalidades de rececho, montería y aguardo, aportan unos ingresos estimados de unos 120.000 euros a las arcas públicas, fondos que revierten al medio natural con la realización de labores de gestión y vigilancia, mejora de hábitats y otras actuaciones para la gestión de los espacios acotados. En la provincia hay en la actualidad 750 cotos de caza, de los que unos 60 se destinan principalmente a la caza mayor y el resto a la menor. En los de caza mayor, las especies emblemáticas son la cabra montés y el ciervo, mientras que en los de caza menor, las predominantes son el conejo y la perdiz.
Aportación a la economía local
Medio Ambiente valora especialmente el potencial cinegético de la provincia, donde la caza se se ha consolidado como una de las actividades más concurridas de las zonas rurales en los meses de otoño e invierno. La provincia tiene unas 655.000 hectáreas acotadas -el 75% de la superficie provincial-, y cuenta con unas 21.000 personas que practican la caza.
La caza, según fuentes de Medio Ambiente, contribuye al aprovechamiento racional y sostenible del espacio natural, al control de las poblaciones y a una correcta proliferación de las especies de caza, y su gestión se convierte en un motor que permite el mantenimiento de la fauna cinegética e incluso ayuda a la evolución de las especies protegidas. Pero más allá de esta aportación, desde la Consejería se subraya asimismo la contribución de la oferta de caza al desarrollo del denominado turismo cinegético, del que se benefician los municipios rurales.
Si bien la caza menor está más ligada a cazadores locales, en las últimas décadas se está registrando un auge de la caza mayor de cabra montés, ciervo y jabalí, que está consiguiendo atraer cada vez a más cazadores españoles y extranjeros, en busca de los trofeos de calidad que proporcionan las poblaciones almerienses.
Aunque no es fácil cifrar la aportación de la actividad cinegética a la economía del medio rural, un trofeo de cabra montés puede valer 6.000 euros, uno de ciervo 3.000, y un grupo de amigos cazadores puede pagar hasta 5.000 euros por el disfrute del periodo de reclamo de perdiz en un coto atractivo, según las mismas fuentes. Pero más allá de estas cifras, hay que considerar el gasto indirecto que trae consigo la caza en los municipios con cotos, en sectores como la hostelería, la restauración, guardería, armerías, cría de perros o taxidermia.
Aportación a la economía local
Medio Ambiente valora especialmente el potencial cinegético de la provincia, donde la caza se se ha consolidado como una de las actividades más concurridas de las zonas rurales en los meses de otoño e invierno. La provincia tiene unas 655.000 hectáreas acotadas -el 75% de la superficie provincial-, y cuenta con unas 21.000 personas que practican la caza.
La caza, según fuentes de Medio Ambiente, contribuye al aprovechamiento racional y sostenible del espacio natural, al control de las poblaciones y a una correcta proliferación de las especies de caza, y su gestión se convierte en un motor que permite el mantenimiento de la fauna cinegética e incluso ayuda a la evolución de las especies protegidas. Pero más allá de esta aportación, desde la Consejería se subraya asimismo la contribución de la oferta de caza al desarrollo del denominado turismo cinegético, del que se benefician los municipios rurales.
Si bien la caza menor está más ligada a cazadores locales, en las últimas décadas se está registrando un auge de la caza mayor de cabra montés, ciervo y jabalí, que está consiguiendo atraer cada vez a más cazadores españoles y extranjeros, en busca de los trofeos de calidad que proporcionan las poblaciones almerienses.
Aunque no es fácil cifrar la aportación de la actividad cinegética a la economía del medio rural, un trofeo de cabra montés puede valer 6.000 euros, uno de ciervo 3.000, y un grupo de amigos cazadores puede pagar hasta 5.000 euros por el disfrute del periodo de reclamo de perdiz en un coto atractivo, según las mismas fuentes. Pero más allá de estas cifras, hay que considerar el gasto indirecto que trae consigo la caza en los municipios con cotos, en sectores como la hostelería, la restauración, guardería, armerías, cría de perros o taxidermia.


