Cinco de febrero, huelga de tarjetas caídas


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Los viejos, perdón, los mayores, nos sentimos “puteados” por las entidades bancarias o de ahorros. No quieren atendernos en sus locales, somos muy pesados, vamos demasiadas veces, les creamos problemas con nuestras pamplinas, le hacemos perder tiempo al personal. Están de nosotros hasta las narices. Tienen y usan nuestro dinero como quieren y les da la gana, no nos dan ni un euro por ello, todo lo contrario, nos cobran comisiones por cualquier cuestión que les planteamos, y ahora andan empeñados en que seamos “carne de tarjeta”, sujetos controlados económicamente por los cajeros automáticos y el plástico.

¡Anda y que les den!

Los bancos y las cajas tienen importantes beneficios gracias al dinero que ustedes, nosotros les confiamos, y ellos, que hacen sus negocios con nuestros ingresos, no nos corresponden como debiera tratarse a un cliente. Son cada vez menos las ventanillas, y más lo cajeros, con el ahorro que ello conlleva para la entidad, no para los que les dejamos nuestra modesta pensión. El servicio que ofrecen a los usuarios es cada vez más precario, y si hablamos de los pueblos, a algunos solo un día a la semana aparece por allí un trabajador o una furgoneta para poder hacer alguna gestión. Comprenderán que estén los viejos (perdón, los mayores) de este país hasta los mismísimos de los bancos y de las entidades ahorradoras.

Y lo estamos, no crean, de ellos y de las normas que se filtran y que quieren los gobiernos de cara al futuro, que no son otras que hacer desaparecer el dinero físico. Dejemos las cuestiones de los gobiernos para otra historia, hoy quería pedirles, si están ustedes dispuestos a colaborar por una mejor vida para los mayores, que nos apoyen en la convocatoria que se ha lanzado a nivel nacional, y que no es otra que una huelga de plástico para el pasado día cinco de febrero, pero como voy con retraso (igualico, igualico que el Ave en Almería, pero este con años y años de tomadura de pelo a los ciudadanos), otro día también es bueno para hacerle la peineta la tarjeta de plástico del banco, en mi caso a la de Cajamar.

Algunos no estamos en contra de pagar con tarjeta de crédito, que quede claro, lo que no queremos es que se haga de esa práctica una obligación a todos aquellos que, por cualquier motivo, no quieran llevarla a cabo. El pasado cinco de febrero tuvimos la oportunidad de decirles a los bancos que estamos cansados de ellos, que nos tienen hasta las meninges, y no tiene usted que manifestarse en las calles, ni hacer sentadas en los bancos de los jubilados viendo trabajar a los demás, ni dejar de jugar su partida de dominó con los amigos, solo les pedimos que no paguen con tarjeta, que ese día, o cualquier otro, se la olvide en casa.

Si va usted a comprar algún producto a la hora de pagar no saque la tarjeta, busque en su monedero, en su cartera, en su bolsillo, y pague con dinero físico, con esos papelitos de colores que tan bonicos son y que los gobiernos quieren hacer desaparecer para controlarnos todavía un poco más.

El día cinco (he llegado un poco tarde) de febrerillo el loco huelga de plástico, nada de tarjeta de crédito, al rico billete. Y gracias por colaborar, los viejos, y dale con lo de viejos, los mayores se lo agradeceremos.