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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
El nombre de Óscar Liria de nuevo a la palestra política. Miren ustedes por dónde llevamos más de un año sin saber nada del contencioso abierto por la cuestión de las mascarillas, las comisiones y los coches de alta gama comprados, según denuncia, a algunos de sus familiares por parte del que fuera diputado provincial del PP, y que llegó a una de sus muchas vicepresidencias.
El que de nuevo aparezca el nombre de Óscar y sus líos de mascarillas llega en el momento oportuno. Estamos en tiempos de ¡carnaval, carnaval!
¿Pero creen ustedes que ha sido el carnaval lo que ha puesto en el candelero las mascarillas de Óscar Liria y sus coches? Que en el carnaval se usan máscaras viene siendo una realidad desde los años de María Castaña en que se celebra. Hubo un tiempo en el que se prohibió, como tantas otras cosas se le prohibieron a la sociedad, pero la máscara volvió por su fueros, y cuando se hizo mascarilla por aquello de la pandemia, los hubo listos, pillos, pícaros y hasta chorizos.
Los chorizos se ha dicho siempre que son rojos, pero en lo tocante a las mascarillas, algunos de otros colores, azules, verdes, naranjas o blancos se han dado a conocer. Y entre ellos uno de estas tierras: Óscar Liria, que nos lo encontramos de nuevo en el ruedo y sin muleta con la que defenderse. Eso sí, con unos coches, según denuncia, de alta gama y unos dineros que le habían regalado unos familiares.
Pero no es el carnaval lo que hace famoso en estas fechas al casi olvidado Óscar Liria. Liria se convierte en un ariete en la campaña electoral que está a punto de comenzar, si no se ha iniciado ya. Las mascarillas de la Diputación han entrado en campaña, y lo que se temen en el PP es que no sea solo Óscar el que salte a la gran pantalla, algún otro nombre del que se ha venido hablando en algún momento y que busca la cabeza principal del partido y de la Institución.
Comprendo la preocupación del doble presidente del PP, partido y Diputación, don Javier Aureliano. Tras el nombre de Óscar el suyo puede ser el próximo en aparecer, y hacerlo en días de campaña no es un favor a agradecer. A tres meses, día más o menos, del 28 de mayo, la decisión de alguna jueza sobre las mascarillas y sus derivas puede tener una gran importancia para el nombre de algunos candidatos.
Lo que no sé es si el interés de que aparezcan ahora estas investigaciones y nombres vinculados a las mascarillas y a la Diputación vienen desde las filas del PSOE, a los que puede beneficiar, eso es indiscutible en unos momentos muy complicados para ellos con la imagen de Sánchez y sus últimas tonterías en lo que a leyes se refiere, o quizás habrá que buscar si hay fuego amigo dentro del PP y contra uno de los sectores en la lucha por el poder provincial.
El tiempo nos irá descubriendo de qué lado vienen los tiros, pero mientras tantos, en algunos candidatos del PP comienza a cundir el pánico y sin mascarillas.
El que de nuevo aparezca el nombre de Óscar y sus líos de mascarillas llega en el momento oportuno. Estamos en tiempos de ¡carnaval, carnaval!
¿Pero creen ustedes que ha sido el carnaval lo que ha puesto en el candelero las mascarillas de Óscar Liria y sus coches? Que en el carnaval se usan máscaras viene siendo una realidad desde los años de María Castaña en que se celebra. Hubo un tiempo en el que se prohibió, como tantas otras cosas se le prohibieron a la sociedad, pero la máscara volvió por su fueros, y cuando se hizo mascarilla por aquello de la pandemia, los hubo listos, pillos, pícaros y hasta chorizos.
Los chorizos se ha dicho siempre que son rojos, pero en lo tocante a las mascarillas, algunos de otros colores, azules, verdes, naranjas o blancos se han dado a conocer. Y entre ellos uno de estas tierras: Óscar Liria, que nos lo encontramos de nuevo en el ruedo y sin muleta con la que defenderse. Eso sí, con unos coches, según denuncia, de alta gama y unos dineros que le habían regalado unos familiares.
Pero no es el carnaval lo que hace famoso en estas fechas al casi olvidado Óscar Liria. Liria se convierte en un ariete en la campaña electoral que está a punto de comenzar, si no se ha iniciado ya. Las mascarillas de la Diputación han entrado en campaña, y lo que se temen en el PP es que no sea solo Óscar el que salte a la gran pantalla, algún otro nombre del que se ha venido hablando en algún momento y que busca la cabeza principal del partido y de la Institución.
Comprendo la preocupación del doble presidente del PP, partido y Diputación, don Javier Aureliano. Tras el nombre de Óscar el suyo puede ser el próximo en aparecer, y hacerlo en días de campaña no es un favor a agradecer. A tres meses, día más o menos, del 28 de mayo, la decisión de alguna jueza sobre las mascarillas y sus derivas puede tener una gran importancia para el nombre de algunos candidatos.
Lo que no sé es si el interés de que aparezcan ahora estas investigaciones y nombres vinculados a las mascarillas y a la Diputación vienen desde las filas del PSOE, a los que puede beneficiar, eso es indiscutible en unos momentos muy complicados para ellos con la imagen de Sánchez y sus últimas tonterías en lo que a leyes se refiere, o quizás habrá que buscar si hay fuego amigo dentro del PP y contra uno de los sectores en la lucha por el poder provincial.
El tiempo nos irá descubriendo de qué lado vienen los tiros, pero mientras tantos, en algunos candidatos del PP comienza a cundir el pánico y sin mascarillas.
