Un vecino destroza instalaciones de Endesa


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

No voy a decir que estoy de acuerdo con lo realizado por el ciudadano almeriense contra los transformadores de Endesa, como tampoco estoy contento con la subida que ha experimentado la luz en estos últimos meses. Ni siquiera intento justificar al vecino que se ha tomado la venganza por su mano.

Pero…Quisiera entender y comprender dentro de lo posible lo que ha llevado a este hombre a destrozar instalaciones de la compañía eléctrica que le presenta el recibo de la luz de su casa.

La factura que Endesa nos endosa cada mes se ha convertido en un factor más que limitante en el devenir de las familias. En días insoportables de calor como los que se han vivido en estos meses pasados, hay que entender a una familia que no puede poner un ventilador, ni soñar con el aire acondicionado que aún no ha llegado a su hogar, ante la factura que nos va a pasar la cía eléctrica y que puede llevarse un trozo de alegría tan necesaria en estos días para la familia.

A veces miramos nuestras nóminas y comprobamos que aún nos podemos apretar un poco más el cinturón. Pero eso no lo pueden hacer todas las familias. Y parece que los políticos de los cuatro mil euros al mes no piensan en ellos, o los jubilados con una pensión decente como es el caso de solo un trece por ciento.

Si mañana mi familia está pasando penurias, si no puedo poner el ventilador, si los veo pasar calor por culpa del precio de la energía eléctrica, no sé la reacción que tendría, aunque no es descabellado pensar que me gustaría apretarle el gaznate (metafóricamente hablando) a más de un político, o acabar con esas compañías que nos las están haciendo pasar canutas en estos días de insoportable verano.

Reitero que no estoy de acuerdo con el vecino y sus destrozos. Que no intento justificar lo que ha hecho en las instalaciones de Endesa, pero…que quieren que les diga, pienso en esas familias, en los calores de julio y agosto, en los fríos que se nos anuncian en meses venideros, en la pasividad de políticos, sindicatos y esas ong´s que andan viviendo de subvenciones, y pienso que algo tendríamos que hacer los ciudadanos ante esta situación.

De ellos no podemos esperar nada, eso está muy claro. Las empresas solo tienen una idea, ganar dinero. Los políticos sacarnos la pasta del bolsillo, los sindicatos vivir de esos billetes que nos birla el gobierno y las ong´s a seguir viviendo del cuento de unos impuestos cada vez más altos para el ciudadano.

Con un panorama semejante, y con una familia que las está pasando canutas, un vecino no tuvo otra ocurrencia que dedicarse a destrozar instalaciones de la empresa que le cobra un pastizal por el servicio eléctrico.

A veces, solo algunas veces, nos tendremos que pensar si nos tomamos la justicia por nuestra mano cuando vemos el maltrato que gobiernos y políticos les hacen a nuestras familias. Y como casi siempre ocurre, en este caso es una empresa la que paga por la incompetencia de los gobernantes que tenemos en este país. Pero la culpa no es de ellos, ojo, es de Putin, y cuando no del cambio climático, o del vecino del norte o del sur. Ellos vienen luchando por la sostenibilidad, que aseguran es la salvación del mundo. Tantos años por la sostenibilidad y la salvación la vemos cada día más fría y lejana.

Y la luz sigue subiendo. Un ole por los “cataplines” de nuestros gobernantes.