Felipe Sicilia, “el casto” del PSOE, sustituirá de Espada


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Los primeros días de julio (tras la marcha de Madrid de los capitostes de la Otan y el viaje de las princesas de la izquierda a N.Y con selfis incluidos en sus grandes avenidas y pagado religiosamente el mismo con los impuestos de todos los ciudadanos) han sido moviditos dentro del Psoe que dirige Pedro Sánchez.

Las oscuras sombras que como golondrinas llegaron a Moncloa y a la sede de Ferraz en la noche del pasado diecinueve de junio, se habían quedado aposentadas en los despachos de los socialistas a la espera del descorrer de las cortinas. Y el gran Pedro ha entrado en la labor de descorrerlas.

Un hombre vinculado sentimental y amorosamente a estas tierras, Antonio Hernando, parece haberse ganado de nuevo el cariño de su presidente. Los amores nunca mueren, dicen los poetas, como el picón, digo yo, en el que siempre queda algo de rescoldo bajo las cenizas y con la badila, y en su momento oportuno, pueden volver a aparecer las brasas del amor. Y es lo que ha ocurrido entre Hernando y Sánchez. Ha renacido ese amor que ocultaban las cenizas y que removidas en su momento hace resurgir la pasión entre ellos. Es hermoso el amor.

Me tengo que dedicar a escribir sobre el amor, satisface más, hace felices a más familias y nos hace sentirnos a todos un poco mejores, más buenos, generosos.

Es como cuando escribimos sobre navidad, que nos volvemos de un tierno que empalaga. Debe ser el turrón.

¡Ay, Navidad dulce y generosa Navidad!

Uno se alegra de las cosas buenas que le ocurren a la gente que comparte la misma tierra y el amor por ella. Enhorabuena al Hernando del Psoe. Pero no era a Antonio Hernando al que quería dedicar estas letras. Estaba previsto acercarme a un hombre que ya estuvo por este rincón hace tiempo, Felipe Sicilia “el casto”. Su compañeros de Jaén, nació en tierras de verdes olivas y centenarios olivos, le pusieron lo de “casto” por haber anunciado que había que acabar con la prostitución en las calles, con los puticlubs y con las luces rojas en las carreteras de Andalucía, que tan mala imagen daban a esta tierra ¡madre mía! y a los que a ellas venían de visita. Le falto decir lo de la tierra de María Santísima, y “el casto” Felipe del Psoe habría cerrado el círculo.

Se anunció que bajaría a hacerse cargo del Psoe andaluz, pero todo dependía del resultado logrado por Juan Espadas, y como este no ha dado los escaños que esperaba el jefe de Moncloa, todo apunta a que “el casto” Felipe ha encargado los billetes para aparecer en fechas próximas por la sin par “campana sevillana”.

No me pregunten. No se ha dado a conocer si llegará en el Ave, en el falcon o por carretera. Si mi entero será ustedes los primeros en saberlo. Hombre, ¿no es una patada en el culo a Espadas lo que le hacemos? Pedro.

No hay que ponerse en esa situación, Felipe, él lo entenderá, y ya verás como no levanta su mano contra el que le ofrece un trozo de pan en la vida.

Vale, está bien lo que dices, pero lo que parece es que le damos una patada el culo, no me digas que no.

Bueno, sí, lo parece, pero no hay que darle esa importancia ante la prensa. No hay que hacerle mucho daño a Juan, lo el invitable.

Qué bueno eres, Pedro, te van a llamar el bendecido por los curas vascos, aquellos que escondían a los etarras en las sacristías, hasta el “curica Arzallus” debe andar pidiendo en las alturas que te canonicen. Y seguro que lo consigue, era un experto en que otros movieran los nogales y el dedicarse a recoger las nueces.