“Soy trasvasista convencido”

Ha sucedido al frente de Aguas del Almanzora a Javier Serrano, “un gran profesional que ha desarrollado una magnífica labor”. Caparrós defiende los trasvases y ha aceptado la responsabilidad de “garantizar” agua a los agricultores del Levante almeriense. Un asunto difícil, como todos los grandes retos



ALMERÍA HOY / 04·06·2022

- Si le parece, nos situamos primero. ¿De qué hablamos cuando nombramos en el Levante almeriense la palabra ‘agricultura’?
- Si me pide números, podría decirle que de cerca de 30.000 hectáreas; 11.000 regantes que a veces son su propio puesto de trabajo, pero que en el caso de Primaflor son 2.300 empleos directos o 900 en Peregrín. Pero las cifras son muy frías. Mucho más que los 1.800 millones que factura la agricultura en el Levante de Almería, me importan las miles y miles de personas que hay detrás. Eso es lo verdaderamente sustancial.
- ¿Le proponen la Presidencia de Aguas del Almanzora y usted qué piensa?
- Lo primero que me vino a la cabeza fue la enorme responsabilidad que conlleva el puesto. Podría haberme negado, porque tengo otras obligaciones importantes, sin embargo, no soy dado a ponerme de perfil, así que acepté.
- ¿Su nombramiento es el resultado de un pacto o de una mayoría?
- No había nada pactado, aunque ha sido un relevo tranquilo. Mi antecesor, Javier Serrano, posee un gran perfil profesional y ha desarrollado una magnífica labor al frente de la empresa. Ya llevaba un tiempo manifestando su intención de dejar la Presidencia por cuestión de edad. Durante una reunión del Consejo de Administración que tuvo lugar a primeros de abril, alguien propuso mi nombre como sucesor y fue aceptado por unanimidad.
- Usted dirige una compañía de seguros en Pulpí. ¿Cuál es su relación con la agricultura?
- Sí, formo parte de una empresa familiar aseguradora, pero, además, siempre he estado vinculado al campo. Formo parte del Consejo de Administración de Primaflor y pertenezco a la Comunidad de Regantes de Pulpí.
- El objetivo de Aguas del Almanzora es encontrar recursos hídricos para nuestra agricultura a buen precio. Se oyen rumores sobre una importante rebaja del agua desalada, ¿está en condiciones de confirmarlos?
- De momento, no. Nadie puede asegurar que el agua desalada va a bajar de los 0,45 euros/m3 actuales. Existe un Real Decreto que establece ese precio para 2022. Ahora estamos pensando que después ha de llegar 2023 y los hombres del campo tenemos que planear nuestros movimientos a más largo plazo. Sobre el precio, no nos conformamos con el actual; continuamos negociando con el Ministerio por medio del Sindicato de Comunidades de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS). No podemos olvidar que la razón de ser de Aguas del Almanzora consiste en mejorar la garantía de agua para nuestros comuneros. En ese sentido seguimos queriendo tener una desaladora propia y hacer lo posible para reanudar el trasvase del Negratín, cerrado desde hace cerca de un año.
- Buscar agua, el gran asunto… La desaladora que quieren construir aportará unos 20 Hm3/año, pero llegar hasta ahí requiere armarse de paciencia para superar una barrera de trabas administrativas.
- Ya tengo algo de experiencia en el trato con las instituciones del Estado. Formo parte del Consejo de Administración de Aguas del Almanzora desde hace 12 años y 17 en la junta de la Comunidad de Regantes de Pulpí. Algún hábito para la pelea he adquirido en ese tiempo, si se me permite la metáfora.
- Tratándose de la Administración, el término ‘pelea’ es más real que metafórico.
- Tendremos que seguir bregando con todas las administraciones que detenten alguna responsabilidad o competencia que nos afecte. Da igual las siglas de quienes las dirigen: Todas trabajan a una velocidad distinta a la del mundo real. Estamos obligados a tratar con las instituciones, pero, al final, uno habla con personas a las que tiene que convencer y sensibilizar.
- ¿Cree que es posible sensibilizar a una Administración que adopta decisiones contrarias a los intereses de los agricultores pensando en un mundo utópico y feliz? Véanse, por ejemplo, los fundamentos para recortar el Tajo-Segura.
- Yo soy partidario de convencer antes de llegar a la confrontación. Es cierto que parece imponerse una suerte de religión que quiere convertir el campo en un parque temático a visitar por turistas de ciudad. Sin embargo, la agricultura es otra cosa. No somos negacionistas. Sé que el cambio climático existe y es un grave problema a largo plazo, pero nosotros no somos los culpables, sino una parte importante de la solución. Aunque pueda parecer una perogrullada, tenemos que convencer a todo el mundo de que la agricultura es fuente de alimentos. Ése es, también, uno de los aspectos de nuestro trabajo.
- Aunque acaba de llegar, permítanos preguntarle qué le gustaría dejar cuando abandone el puesto.
- No me he propuesto grandes cambios. Javier Serrano ha hecho mucho y muy bien. Si me pregunta por mi objetivo, quiero garantizar, en el plazo de cuatro o cinco años, el 70% del agua necesaria para el campo de nuestra comarca. De esa manera, los agricultores podrán planificar las campañas sin miedo a no poder regar.
- Hay quienes ponen el foco en un aumento excesivo y constante de la superficie a regar, ¿es preciso ordenar ese crecimiento de cultivos?
- No creo que se esté produciendo ningún incremento desmedido de superficie cultivable. Además, es imposible, porque el agua es un derecho inherente a la tierra, y no puede aumentar el regadío sin que existan recursos hídricos. El problema no es ése, sino garantizar que los derechos consolidados desde hace décadas sobre el agua sigan siendo realidad. Yo soy trasvasista convencido, y entiendo que la desalación debe ser un complemento, no un sustituto.
- ¿Augura un buen futuro para nuestra agricultura?
- Sí. Hemos pasado por momentos muy difíciles y siempre los hemos superado. Sirva como ejemplo que, durante la pandemia, hemos funcionado como un reloj y no han faltado frutas ni hortalizas en los estantes de las tiendas, aunque parece que algunos ya lo han olvidado o, tal vez, nunca se dieron cuenta. Es cierto que tendremos que modificar hábitos y cultivos. Buscaremos aquellos que proporcionen mayor valor añadido para poder pagar el precio del agua.