¿La mascarilla como bandera ideológica? ¡Mascarillas, si, mascarillas, no!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

La semana anterior nos dice el Gobierno de Sánchez que hay que salir a la calle y, por obligación, con las dichosas mascarillas. El pasado martes, en ese enorme, mayúsculo consejo de ministros de 23 con el que nos gobierna Pedro I “el molón”, decidió que nos podemos dejar las mascarillas en los bolsillos a partir de hoy jueves, que podemos pasear y tomar el sol y el aire en nuestras caras, pero que, si decidimos entrar en un bar u otro establecimiento, la mascarilla deberá volver a tapar nuestras bocas.

Tapar bocas. Para boca tapada la del “molón” presidente que tenemos, que ya no quiere ni que le pregunte la prensa. Lo entiendo. El hombre no quiere mentir más de lo que lo hace, y para ello lo mejor es que no le pregunten. Estuvo en Almería, y si le preguntan por el AVE los colegas, ¿qué hubiera dicho el “molón” presidente? Mejor que se callen, mejor que guarden silencio, mejor que no pregunten.

¡Viva la transparencia!

¡Viva la libertad de expresión!

¡Viva el “molón” hablador!

¡Viva la mentira hecha política!

Esta España….

Si usted piensa, espero que así sea, llegará a conclusión de que este gobierno nos ha venido tomando el pelo con la historia de la mascarilla. Han jugado con nosotros desde aquel día, lejano ya, en el que señor Simón nos dijo que uno o dos casos de covid, como mucho, llegarían a España. Después nos dijeron que las mascarillas no eran necesarias, Illa, sic. Se supo después que no habían hecho acopio de las mismas, que de previsores nada tenían estos guripas de la política, y para ello había que engañar de nuevo a los ciudadanos: No hacían falta las mascarillas.

¡Qué tontos fuimos, qué tontos estamos siendo y qué tontos seremos en el futuro!

Llegaron las mascarillas y con ellas las comisiones para los políticos, algunos tan cercanos, tan vivos y tan almerienses como el señor Liria, diputado del PP en la Diputación de Javier Aureliano García (ya veremos lo que pasa con el hombre que habla con Dios en Diputación, que anda también en medio de la investigación que se lleva a cabo. Un inciso, les tengo que contar un día de estos el magnífico pregón que dedicó al Prendi hace unos días), y con las mascarillas en el país y las comisiones en los bolsillos, nos dijo “el molón” de presidente que tenemos que había obligación de usarlas.

Ahora, ante la situación que se está viendo en otros países del entorno, con una sociedad levantada cada vez más contra una política errónea y de miedo, en la que se ha usado la imposición por bandera, en una semana rectifica el gobierno y nos vuelve a quitar la mascarilla de nuestras bocas.

¡Joder, menuda tropa!

Pero no se olviden ustedes del “mollete” que nos gobierna en Sevilla. Si por el fuera, la mascarilla seguiría siendo obligatoria en las tierras de María Santísima, pero como por ahora manda más “el molón” de los madriles, el “mollete” se tiene que plegar y solo nos recomienda que tengamos cuidado, y que nos protejamos con la mascarilla, sobre todo en lugares donde se pueda dar afluencia masiva de personal.

Creo que a la mascarilla la están convirtiendo entre todos los partidos políticos en una bandera ideológica. No sé lo que pensaran ustedes.