¡Agua pasada no mueve molino!


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PASEO ABAJO/ JuanTorrijos

Copio el titular (le pido disculpas por ello) de un artículo del jefe del PSOE en Almería, Juan Antonio Lorenzo, publicado hace unos días en la prensa local.

El agua que se ha perdido este año, y en anteriores, en la desembocadura del Ebro tras las riadas e inundaciones producidas en tierras aragonesas no ha movido molino alguno en otras zonas secas del país, como es la nuestra. ¡Qué cierto es!

¿Cuántos molinos por el sureste de España se podrían haber movido si el Plan Hidrológico Nacional estuviera en marcha? Pero claro, el agua pasada no mueve…Parece que al jefe de los socialistas almerienses se le olvida el nombre de la persona, el partido al que pertenecía y el cargo que ostentaba en el Gobierno de España cuando derogó el que los molinos del sureste español no se movieran con el agua del Ebro.

¿O fue mentira, señor Lorenzo, que lo hizo un personaje llamado José Luis R. Zapatero, que mandaba en el PSOE y en el Gobierno de España? ¿Se le puede seguir llamando España, o han logrado Rufián y Urkullo que Sánchez le haya cambiado el nombre?

Ya no es que mientan con total descaro, es que se olvidan de lo que dijeron ayer, de lo que hicieron antes de ayer y de lo que acaban de prometer hoy. Y así lo escriben.

¡Estos políticos!

Los regantes agrícolas que tuvieron esperanzas ante aquel Plan Nacional, los de Alicante, Murcia y Almería, se manifestaron ayer en la vecina Murcia, y tienen previsto para el veinte darse una vuelta por los leones de la Cortes. Más fieros tendrían que ser ante tanto gañan como entra y sale por esa puerta con buenos sueldos pagados con los impuestos de los ciudadanos.

Están dejando secos nuestros campos, están dejando morir nuestras ilusiones, están mandando a nuestros hijos al paro y a estos pueblos en unos años a la miseria. No solo cerraron las esperanzas en el agua del Ebro, ahora la del Tajo la están planificando y no están teniendo en cuenta a los técnicos, y menos, como se pueden ustedes imaginar a los agricultores.

Tienen los regantes, y no les falta razón, la mosca tras la oreja. Y es que de los políticos de este país poco bueno para el campo se puede esperar. Del Negratín no hablemos. Y doña Carmen Crespo, la de las pasarelas agrícolas, pidiendo una mesa nacional de la sequía. ¿Creen ustedes que le van a hacer caso?

¡Ay, Carmen, Carmen!

¿Tiene algo que decir a estos regantes el jefe de los socialistas almerienses? Vamos, hombre, dígales algo. Invíteles a unas “tapicas” de jamón de su pueblo (Serón es tierra de buenos jamones y mejores embutidos y eso se sabe en medio mundo) y convénzalos de que el agua del Ebro no era necesaria para regar sus campos, como tampoco lo es la del Tajo, ni la del Negratín, que los naranjos, las lechugas, los tomates y los pimientos, pasando por las berenjenas y otras lindezas de nuestras tierras se pueden regar con vino, que al paso que lleva el precio del agua va a ser más barato.

Tampoco hablar muy alto los señores del PP. Sí, es cierto, Aznar lo intentó y tenía el presupuesto pactado con Europa, pero llegó Zapatero, que mejor se hubiera quedado poniendo medias suelas a las botas de los líderes de Venezuela, y cortó el grifo, pero con la llegada de Rajoy, ¡oh, Rajoy! No se volvió a hablar del Plan. El gallego, no sabemos por qué, desistió de la gran reivindicación de los campos del sureste español. Esos del sureste, se diría, ¿quiénes son? ¿Son españoles? No “falan galego”, no son de los nuestros.

Y nos quedamos sin que las aguas del Ebro muevan los molinos del campo que corre por la cuenca mediterránea. Pero ustedes sigan contando sus medias verdades.