Jericó


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JUAN LUIS PÉREZ TORNELL

“Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal”
  Mateo 5:37

Ante la ola de puritanismo y mojigatería que nos invade, cualquier día prohibirán el Antiguo Testamento , daos prisa pues,queridos niños, en estudiar Historia Sagrada antes de que la censuren, o peor, que la reescriban,eliminando pasajes inadecuados para mentes poco preparadas: está llena de aventuras, amén de sodomías, onanismos,masacres, torturas e inconveniencias políticas de todo tipo. No aparecen los Derechos Humanos por ninguna parte, y está todo lleno de patriarcas y delitos de odio. En fin, una vergüenza.

A mi sin embargo,siendo yo tierno infante de marina,me marcó profundamente el conocido episodio de la caída de los poderosos muros que defendían a la antiquísima ciudad de Jericó.

Los israelitas, siempre obedeciendo a Jehová, no podían entran en Jericó por las buenas ni por las malas, ni con catapultas (que no se habían inventado) ni con diálogo, ni fomentando la convivencia. Ni siquiera con resiliencia o consultas democráticas (que tampoco se habían inventado)

Visto lo cual, y ahora copio literalmente del Libro de Josué 6.:

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.

3 Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días.

4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.

5 Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.

6 Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca de Jehová".

Desde que me explicaron este pasaje comprendí que la fe, la perseverancia,la igualdad de género y aguantar seis días a unos fulanos tocando el cuerno, pueden con todo y ni siquiera los muros más sólidos resisten tanta tabarra. Efectivamente como Jehová pronosticó, los muros cayeron al séptimo día:

“Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.” “Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron".

No hay nada que el pueblo predilecto de Dios no consiga con sus unánimes gritos. Y ahora viene la parte de violencia injustificada, tolerable solo por mentes muy formadas:

“Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos". (Este abrupto final fue omitido por la piadosa monja que nos explicaba la historia. Tampoco hizo referencia alguna a la ramera salvada)

Nota: solo se salvó en Jericó Rahab, la ramera, que era un poco colaboracionista.

No se porqué me viene todo esto a la cabeza, si en lo que estaba pensando era en Cataluña y en sus nueve sacerdotes indultados y en sus cuernos de carnero.