Más de 2.000 tortugas moras mueren "por negligencia" de la Junta, según Ecologistas en Acción

Se trata de una especie protegida catalogada en peligro de extinción



ALMERÍA HOY / 2·03·2021

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha tardado más de un año en contestar al requerimiento de Ecologistas en Acción en relación con el destino de las tortugas moras recogidas en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) “Las Almohallas” de Vélez Blanco. Los Ecologistas tenían indicios de que un elevado número de tortugas de esta especie protegida han muerto por negligencia en la gestión y, como argumenta José Ignacio Domínguez, abogado del colectivo de ecologistas, "sorprende que se impongan multas a ciudadanos por cogerles con una tortuga, y que se le mueran más de 2000 por falta atenciones y negligencia, de las que están a su cargo", en alusión a la Junta de Andalucía. La respuesta ha llegado, tarde pero ha llegado y "es desoladora", según los ecologistas, ya que miles de tortugas moras han muerto en este centro, donde se supone se estaban siendo recuperadas para su reintroducción en el medio natural.

En enero del año pasado, Ecologistas en Acción remitió a la Delegación Territorial de Almería de la CAGPyDS una solicitud de información ambiental pero no hubo contestación, incumpliendo el plazo de un mes que estipula la normativa que regula el derecho de acceso a la información medioambiental. "Tampoco tuvimos respuesta a la reclamación presentada en el mes de julio", argumentan. Hasta que un año después "se nos aporta la información solicitada y, en total, entre 2011 y 2020, el CREA Las Almohallas ha recibido 6.840 tortugas moras, teniendo un pico en el año 2015, cuando se recibieron 3.203 tortugas, debido al efecto de la nueva legislación penal, que tipifica como delito la posesión ilegal de especies protegidas. Muchas personas se deshicieron de sus mascotas”.

3.798 -algo más de la mitad- han sido liberadas, en su mayoría en la Sierra de Cabrera. 390 fueron trasladadas a otros CREA de Huelva y Granada, sin que se especifique su destino final. 157 fueron sacrificadas por padecer rinitis, enfermedad que se desencadena, entre otras causas, por el hacinamiento y el estrés. Pero el dato en el que Ecologistas en Acción pone el foco es en las 2.043 tortugas que murieron, "un 30% del total, sin que se nos hayan aclarado las causas de esta enorme mortandad". La Tortuga mora es una especie protegida, catalogada en peligro de extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía. También está incluida en la Lista Roja de la IUCN de especies amenazadas de extinción, protegida por la Convención de Berna, e incluida en la Convención CITES contra el comercio de especies amenazadas y en la directiva 1332/2005 de la Comunidad Europea, de forma que está absolutamente prohibida la captura de ejemplares salvajes. Es una especie perimediterránea cuya distribución presenta una disyunción entre poblaciones orientales (Balcanes, Turquía, Oriente Medio) y occidentales (Magreb y sur de España). En Andalucía, las tortugas moras tienen su área de distribución natural en el Parque Nacional de Doñana y en el Levante almeriense.

Entre las principales amenazas con que se encuentra esta especie está la alteración de su hábitat, los incendios forestales y el comercio ilegal. En Almería, esta protección estricta no ha evitado que se haya permitido la destrucción de su hábitat por cambios de uso del suelo y roturaciones masivas en el Levante, a causa de la ganadería industrial, la agricultura intensiva, los proyectos urbanísticos y las infraestructuras viarias, especialmente en Vera. Ecologistas en Acción de Almería ha denunciado en varias ocasiones a la Fiscalía estas roturaciones ilegales, existiendo un procedimiento judicial en el juzgado de Vera por una de estas roturaciones.

Ecologistas en Acción exige a la Junta de Andalucía que proteja esta especie, así como que se lleve a cabo una investigación sobre las causas de esta desastrosa gestión de las tortugas moras en el CREA Las Almohallas, lugar donde se supone que deberían encontrar las tortugas decomisadas o depositadas por los ciudadanos un santuario, y se ha convertido en un cementerio.