Defensa del bulo


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JUAN LUIS PÉREZ TORNELL

Vayamos a las fuentes en primer lugar: “Quizá del caló bul 'porquería'.1. Noticia falsa propalada con algún fin “(DRAE edición del Tricentenario, 2019, antes de la Pandemia).

Seguimos investigando. “Propalar”: del latín “propalare”, divulgar algo oculto”.

El gobierno estudia como castigar este hecho, que en las guerras – estamos en guerra no lo olvidemos – se solía castigar con la muerte , puesto que debilitaba la moral de combate.

En otro caso, de no ser cierto, según el bulo que se está difundiendo -a lo mejor no es un bulo, pero se esta difundiendo - se pretende castigar con cinco años de cárcel (o confinamiento) a quien sea hallado reo de este delito.

Los bulos pueden divulgarse individualmente, en los bares o en los patios de vecindad, ese inmenso patio de vecindad que son las redes sociales, o bien de forma institucional y organizada, como hacen la extrema derecha y el Centro de Investigaciones Sociológicas.

En ambos casos hay que defender al bulo, ahora que los cazadores de bulos se han profesionalizado y obtienen ventajosos contratos, como el Santo Oficio, por enseñarnos a discernir lo verdadero de lo falso. El bulo es socialmente beneficioso si es florido y literario, frente a la áspera aridez de la verdad.

El bulo sirve, en tiempos de turbación como los presentes, para disipar las dudas que nos corroen, y sustituirlas por mentiras que nos consuelan. Y si nos alarman, luego, al saberlas falsas, también nos consuelan. Es el equivalente al mito griego, que daba una explicación absurda pero suficiente a un fenómeno real. ¿Para qué, si no, sirven las religiones? Y nadie quiere penalizarlas.

Por lo menos las propias. Por ejemplo, si yo digo que la pandemia es el producto de la exhumación del cadáver Franco,cuya profanación removió determinadas maldiciones inscritas con caracteres rúnicos en la cripta, o divulgo “urbi et orbe” desde “Almeríahoy” que este es un virus que precede al ataque de unos invasores del espacio exterior. O que es imposible que proceda de la ingesta de murciélagos, o que la Tierra es redonda ¿a quién hago daño con eso?.

El paso del mito al logos en los griegos, no deshizo los bellos mitos que explicaban el origen del mundo o la germinación de las semillas que pasaban el invierno en el Hades para volver, como Perséfone, en primavera. ¿Cómo puede un alma sencilla soportar el rayo imprevisible o el trueno aterrador sin que alguien le explique, mediante un bulo hermoso y rotundo, su origen?. No podemos soportar el silencio ante el misterio ni dormir tranquilos con la incertidumbre.

Necesitamos los bulos como necesitamos a los cuñados, que nos inician en los más insondables misterios, y nos instruyen deleitándonos en tantas y tantas cosas. Los cuñados, precisamente mediante bulos, nos explican lo que no quieren explicarnos nuestros gobiernos. Creo en verdad que los gobiernos están celosos de nuestros omniscientes cuñados y quieren apoderarse del fuego prometeico de la verdad, cuyo monopolio hasta la fecha retienen impunemente los cuñados en “Twitter”.

No se puede vivir en el erial de la verdad como no se puede mirar directamente al sol. La razón es tan aburrida que el mito siempre persistirá, como siempre persistirá la lotería, ese bulo con el que el estado rebaña nuestros bolsillos con el señuelo de una engañosa esperanza.

Por otra parte, no podemos olvidar la figura teórica del “agente provocador”. ¿Quién nos demuestra que los bulos generados por ese robot de Putin, no son un producto del mismo gobierno que crea el bulo para descubrir públicamente su falsedad, afrentar a sus enemigos, y que volvamos a adormecernos con la verdad oficial?. ¿Sería acaso la primera vez que esto se hace?. ¿Qué uniforme llevaban los secuestradores de Andreu Nin?. ¿Dónde está Andreu Nin?¿En Burgos o en Berlín?.