En España, cinco jefes de gobierno asesinados en 103 años


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ADOLFO PÉREZ

Verdaderamente sorprende saber que en tiempos próximos de la historia de España, siglos XIX y XX, se han producido cinco magnicidios sobre otros tantos presidentes del Gobierno asesinados en el ejercicio de su función gubernativa. Efectivamente, cinco han pagado con la muerte los atentados que han sufrido en ciento tres años, entre 1870 y 1973, tres de ellos en veinticuatro años, de 1897 a 1924, así como cuatro fueron asesinados en Madrid.

Las cinco víctimas de los atentados fueron: Juan Prim i Prats (1870). Antonio Cánovas del Castillo (1897). José Canalejas Méndez (1912). Eduardo Dato Iradier (1921) y Luis Carrero Blanco (1973).

Juan Prim i Prats. Presidente del Consejo de Ministros. El 27 de diciembre de 1870 anochecía cuando el general Prim salió del palacio de las Cortes, subió a su carruaje y con su ayudante se dirigió a su domicilio. Al llegar a la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas) dos carruajes cerraban el paso, salieron de ellos tres facinerosos que con armas de fuego hirieron al general, que llegó malherido al palacio de Buenavista (sede de la presidencia del Gobierno) donde tres días después falleció a causa de una grave infección (septicemia) imposible de atajar, sin que se pudiera averiguar quiénes fueron los autores del magnicidio a pesar de las sospechas que hubo. Prim tenía entonces 56 años.

El general Prim, marqués de los Castillejos y vizconde del Bruch, nació en Reus el 6 de diciembre de 1814. Casado con Francisca Agüero González con la que tuvo dos hijos. Como general y político fue uno de los principales actores del siglo XIX. Como militar participó en las guerras carlistas y en la guerra de Marruecos. Asimismo, fue capitán general en Puerto Rico y dirigió una expedición militar de intervención en México. Participó activamente en la política nacional de su tiempo desde las ideas liberales, siendo cabeza indiscutible del progresismo. Fue el artífice de la conspiración que desembocó en la revolución de septiembre de 1868 que destronó a Isabel II, tras lo cual su política se hizo un poco más moderada, hecho que le restó popularidad entre sus partidarios.

Destronada Isabel II, las Cortes encargaron al general Prim que buscara un rey para España, cuyas gestiones comenzó de inmediato. Después de ofrecer la Corona a personajes extranjeros, a los dos años de afanarse en la misión y de vencer múltiples dificultades e incomprensiones el general consiguió que aceptara la corona Amadeo de Saboya, miembro de esa dinastía italiana, el cual llegó a España el mismo día que murió el general Prim (30 de diciembre). El nuevo rey entró en Madrid el 2 de enero de 1871 y fue directo a la basílica de la Virgen de Atocha a rezar ante el cadáver de su patrocinador, de allí se dirigió a las Cortes a jurar la Constitución.

Antonio Cánovas del Castillo. Presidente del Consejo de Ministros. En el verano de 1897 estaba pasando unas cortas vacaciones en el balneario de Santa Águeda de Mondragón (Guipúzcoa). El 8 de agosto, cuando el señor Cánovas descansaba en el porche del balneario se le acercó el terrorista y con un revolver mató al presidente del Gobierno. El autor del magnicidio era un tal Michele Angiolillo (26 años), un italiano que se hospedaba en el mismo balneario en calidad de corresponsal de prensa, el cual fue detenido, juzgado y ejecutado. Justificó que su crimen se deba a la venganza por la muerte de unos anarquistas ejecutados en Barcelona. Cánovas tenía 68 años.

Don Antonio Cánovas del Castillo, licenciado en Derecho, nació en Málaga el 2 de febrero de 1828. Casado en segundas nupcias con Joaquina Osma Zavala. Fue uno de los políticos de más sólida formación de su tiempo, además de buen historiador. Artífice de la subida al trono del rey Alfonso XII. Como jefe del partido conservador estableció con el liberal Práxedes Mateo Sagasta la alternancia de los partidos en el poder (turnos de Cánovas y Sagasta). La Constitución de 1876 fue obra personal suya ayudado por tres colaboradores. Esta Constitución duró hasta 1931, año de la implantación de la segunda República. Don Antonio desempeñó seis veces el cargo de presidente del Consejo de Ministros.

José Canalejas Méndez. Presidente del Consejo de Ministros. En la mañana del 12 de noviembre de 1912 iba el señor Canalejas por la Puerta del Sol camino del ministerio de la Gobernación para celebrar Consejo de Ministros; se detuvo ante el escaparate de una librería y en aquel momento, un hombre joven, que vestía zamarra clara, pantalón azul marino y sombrero flexible negro, se acercó al presidente, y casi apoyándose en su hombro, le disparó tres tiros con una pistola Browning, siendo mortal el que le entró en la región occipital, con entrada por detrás de la oreja izquierda y salida por el oído derecho, que le ocasionó la muerte antes de llegar a la sede del ministerio. El magnicida trató de huir pero fue detenido por la policía, resultando ser Manuel Pardiñas, un anarquista que se suicidó con la misma arma del crimen. El hecho de que el terrorista llegara con facilidad al señor Canalejas se debía a que era reacio a llevar escolta, que mantenía alejada o incluso eludía. No se pudo saber la razón del atentado. Una vez más un fanático cambió el curso de la historia de España. Canalejas tenía 58 años.

Don José Canalejas, doctor en Derecho y en Filosofía y Letras, nació en El Ferrol el 31 de julio de 1854. Casado en segundas nupcias con María Purificación Fernández Cadenas con la que tuvo seis hijos. Antes de ser jefe del Gobierno ocupó varias carteras ministeriales. Fervoroso republicano, se dice que, ganado por la simpatía de Alfonso XIII, llegó a ser monárquico convencido. Para el escritor Torcuato Luca de Tena Canalejas fue el mejor hombre de Estado de España en el primer tercio del siglo XX. Y el historiador José Mª Jover Zamora dijo de él que tenía un gran talento, profunda formación humanística y templada energía. Con tales virtudes renovó el partido liberal del que fue líder, con el ferviente deseo de remozar a fondo la política española, lo que no se consiguió. Mérito suyo fue percatarse de que la democracia sólo es posible con gobiernos fuertes, que hagan respetar la ley. Es famosa su “Ley del Candado”, que condicionaba el desarrollo de las órdenes religiosas a la aprobación del Gobierno hasta que se aprobara una Ley de Asociaciones, de ahí que lo tacharan de anticlerical cuando en realidad era muy creyente. Su oponente político en su tiempo fue don Antonio Maura, presidente del partido conservador. De ambos podía esperarse una renovación eficaz y a fondo de la política española en la que ambos coincidían, respetando las instituciones fundamentales, pero se fue al traste con el crimen.

Eduardo Dato Iradier. Presidente del Consejo de Ministros. Al anochecer del día 8 de marzo de 1921 volvía del Senado el señor Dato camino de su casa cuando al llegar a la plaza de la Independencia una moto con sidecar montada por tres individuos se colocó detrás del coche del presidente y de inmediato los terroristas dispararon al vehículo a mansalva con sus pistolas Mauser en busca de matar al presidente al que alcanzaron con ocho disparos, tres de ellos mortales. Cuando don Eduardo llegó a la casa de socorro había fallecido. El magnicidio causó gran pesar entre la población. El entierro fue presidido por el rey Alfonso XIII. Los asesinos eran los anarquistas Pedro Mateu, Luis Nicolau y Ramón Casanellas. Los disparos partieron de los dos primeros. Como resultado de las pesquisas policiales Pedro Mateu fue detenido en su domicilio para el que el fiscal pidió la pena de muerte. Los otros dos lograron huir al extranjero. Luis Nicolau fue detenido en Alemania con la que hubo problemas para la extradición, finalmente se logró con la condición de no condenarlo a muerte, lo que era un conflicto para el fiscal pidiendo la pena de muerte para Mateu y no para Nicolau, razón por la que se optó en condenarlos a cadena perpetua. Casanellas, huido a Francia y declarado en rebeldía, también fue condenado a cadena perpetua. Al proclamarse la República en 1931 fueron amnistiados. Declararon que el atentado se debió a la represión del Gobierno. Dato tenía 64 años.

Don Eduardo Dato, abogado, nació en La Coruña el 12 de agosto de 1856. Casado con Mª del Carmen Barrenechea y Montegui con la que tuvo tres hijas. Siempre tuvo una precaria salud. Hombre de gran prestancia personal y elegante en sus maneras, buen orador, Inteligente y gran sentido de la justicia. Como jefe del partido conservador recogió la preocupación social que don Antonio Maura había querido imprimir al partido. A él se debió un importante avance en la mejora de las clases obreras. Ocupó varias carteras ministeriales, siendo tres veces presidente del Gobierno. Su suave y eficaz energía la ocultaba bajo un aspecto conciliador que le permitió mantener a España neutral en la Primera Guerra Mundial. Hubo de hacer frente a las graves revueltas de Cataluña y a la virulenta e interminable guerra de África.

Luis Carrero Blanco. Presidente del Gobierno. Gran conmoción se produjo en España la mañana del 20 de diciembre de 1973 cuando se supo que a las 9:36 horas el almirante Carrero Blanco, su chófer y un escolta habían muerto en Madrid víctimas de la banda terrorista ETA. El espectacular atentado tuvo lugar en la calle Claudio Coello cuando al coche del presidente le estalló bajo el suelo una potente carga explosiva que levantó por los aires - más de veinte metros - el coche presidencial que pasó por encima del edificio de seis plantas de la contigua residencia de los jesuitas hasta caer en una terraza interior de la planta tercera del mismo. El modus operandi del atentado fue así: una vez que el comando terrorista sabía que el almirante Carrero iba a oír Misa diaria a la iglesia de san Francisco de Borja (calle Serrano) y volvía a su domicilio pasando por la calle Claudio Coello, se hizo de un semisótano a la altura del número 104 y allí, durante casi un año excavaron un túnel hasta el centro de la calle donde colocaron la potente carga explosiva. El día del atentado un etarra, vestido con un mono para aparentar ser un operario, subido en una escalera a cierta distancia, esperó a que el coche del presidente pasara por el punto señalado al respecto a fin de activar la carga explosiva, la cual produjo un gran cráter en el centro de la calle. El comando que perpetró este magnicidio, que ellos llamaron ‘Operación Ogro’, lo componían seis etarras que nunca fueron juzgados por los tres asesinatos ya que el sumario no se acabó debido a que les alcanzó el beneficio de la amnistía de 1977. El almirante tenia 69 años

Don Luis Carrero Blanco, almirante de la Armada Española, nació en Santoña (Santander) el 4 de marzo de 1904. Casado con Carmen Pichot Villa con la que tuvo cinco hijos. Al menos ocupó nueve destinos en la Armada con la que participó en la guerra civil española de 1936, en el bando nacional. Al terminar la contienda se convirtió en persona de confianza de Franco. Ocupó diversos cargos en la administración del Estado hasta llegar a la presidencia del Gobierno el 9 de junio de 1973, seis meses antes de su muerte. Apoyó la opción de don Juan Carlos para rey de España. Hombre muy honesto, católico ferviente y leal a Franco, promovió la modernización de la economía y la administración del Estado, aunque dentro del marco del franquismo. Se decía de él que era el cerebro gris del régimen franquista. A título póstumo el general Franco le concedió el título de duque de Carrero Blanco.