Una injusta y fea acción municipal en Cantoria


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ALMERÍA HOY / 20·09·2019

Como conocen bastantes cantorianos, el 22 de agosto último registré en el Ayuntamiento de Cantoria un escrito dirigido a la alcaldesa referido al hecho de haberle suprimido a la calle Álamo el nombre de mi tío, el médico Adolfo López Jiménez, el cual creo que ha tenido buena acogida en las personas que lo han leído, lo que me congratula pues pone de manifiesto el sentir de la gente ante la injusta y fea acción municipal. El escrito lo redacté pensando en lo que debía decirle a la alcaldesa sobre el asunto en cuestión sin omitir nada de interés, con la intención de que ella asumiera la realidad del acuerdo adoptado el 1º de agosto último, cuyo texto dice: “Aprobar el cambio de denominación de la actual Calle Doctor Adolfo López Jiménez por el de Calle Álamo, ubicada en el Núcleo de Cantoria”.

Cambio de nombre que la alcaldesa justifica en su escrito al pleno de la Corporación municipal por las “importantes connotaciones históricas de la calle Álamo”, lo que parece una broma.

En el escrito resalto la figura de Adolfo López Jiménez, lo mismo en el plano personal que en el de su función médica a lo largo de tantos años atendiendo enfermos. Pienso que no habrá familia en Cantoria que no recibiera sus servicios en algún momento. Otra cuestión era poner de manifiesto en el escrito la injusticia cometida con el cambio de nombre y la alucinante sesión del pleno municipal donde la nota predominante fue el silencio, como lo reflejan el borrador del acta y vídeo publicados. De modo que una vez leída por el secretario la propuesta de la alcaldesa se votó sin que nadie la justificara ni debatiera, con un gobierno municipal incapaz de decir una palabra amable sobre una persona ejemplar. Y uno se pregunta: Cómo es posible que hace pocos años la Corporación municipal, por unanimidad de populares y socialistas, honraran la memoria del médico Adolfo López poniéndole su nombre a la calle donde nació y vivió siempre y ahora sean los propios socialistas los que estén satisfechos de haberle borrarle el nombre a la calle, olvidando que su compañero Baltasar Fernández Cuéllar, personalmente, pidió firmas para que se le pusiera a la calle Álamo el nombre acordado por aquella Corporación.

Llama mucho la atención que el día primero de agosto último se celebrara un pleno extraordinario para tratar los asuntos de un orden del día que no contenía nada apremiante que aprobar. Asuntos que bien podían esperar a la segunda quincena de septiembre como tienen estipulado para los plenos ordinarios. El orden del día del pleno era el siguiente: 1: Aprobación del acta de la sesión anterior. 2: Constitución del grupo popular del Ayuntamiento. 3: Concretar la periodicidad de las sesiones ordinarias de la Junta de Gobierno Local. 4: Cambio de nombre a la calle Álamo. 5: Nuevo nombre para la calle Estación. 6: Ponerle a una calle el nombre de una señora. 7: Subsanar un error en el acta de la sesión de 09.07.2019. 8: Aprobación del asunto urbanístico de un particular, cuyo expediente se tramitaba desde agosto de 2017; o sea: dos años. Como se ve se trataba de un orden del día de asuntos que podían esperar a la celebración del pleno ordinario de septiembre, pues para hacerse una idea los ocho puntos se los ventilaron en veinte minutos, de las once a las once y veinte de la mañana, según consta en el borrador del acta.

Ni que decir tiene que el 4º era el punto caliente del pleno, el cambio de nombre de la calle Álamo, que despacharon en menos de tres minutos. Como en política no suele darse la inocente casualidad, creo que el asunto estaba decidido desde hace tiempo, solo era cuestión de esperar el momento. La realidad es que esta Corporación tomó posesión el 15 de junio último. Que el expediente del cambio de nombre de la calle se inició trece días después, el 28 de junio. Que dicho cambio se ha llevado a un pleno extraordinario el 1º de agosto, con las fiestas en puertas y después la gente a la playa. Lo lógico es pensar que se haya intentado que el acuerdo municipal pase inadvertido entre la opinión pública, dado que su nombre popular sigue siendo el de calle Álamo.

Cuesta trabajo asimilar que se maltrate el nombre del médico Adolfo López por razones que desconocemos, aunque se maneja alguna verosímil, por supuesto nada de las connotaciones históricas de la alcaldesa, que es una tomadura de pelo. No entiendo que la alcaldesa se haya metido en ese jardín a liderar un asunto que tanto va a afectar a su imagen política; y es que los errores políticos están al alcance de todos, los cuales, en su momento, tienen coste electoral. Según mis noticias son bastantes los votantes del PSOE que reprochan y no comprenden tan injusta y fea acción, así es que ellos verán si pueden presumir del atropello. En la mañana de su toma de posesión (15.06.2019), desde el balcón del Ayuntamiento, la alcaldesa le dijo a los presentes en la plaza: “Quiero aprovechar este momento para daros las gracias por volver a confiar en mí y en mi Equipo de Gobierno para seguir trabajando por nuestro Pueblo”. La confianza otorgada por el pueblo, de la que presumía la alcaldesa en el balcón, sirvió para que un mes y medio después arremetieran contra la figura de una persona que tanto bien hizo por el pueblo en que nació. La cuestión es que sale dañada la buena imagen del Ayuntamiento, donde ahora se guarda silencio.

La parte final de mi escrito a la alcaldesa está dedicada a lo que entiendo por política municipal, lo que vale hacer y lo que no. Dadas las circunstancias, me he visto en la necesidad de decirle a esta señora que en mis muchos años de alcalde de Garrucha jamás le hubiera quitado a una calle el nombre de un hijo/a de Garrucha, pues si estaba puesto sería por sus merecimientos, claro que igual hubiera actuado con un no nativo. Como le digo en mi escrito: ¿Quién era yo para arrebatarle a una persona su merecido galardón? Además, le preguntaba a la alcaldesa si con quitarle a la calle Álamo el nombre del Doctor Adolfo López Jiménez está segura de contar con el aplauso de la mayoría de la población. Y es que un Ayuntamiento no es quién para empañar caprichosamente la memoria de nadie sin causa que lo justifique, como es el caso. Es de sentido común que un alcalde/sa y su equipo de gobierno son elegidos para promocionar su municipio y mejorar la vida de sus ciudadanos, no para pisarles el callo (valga el vulgarismo).

Una afrenta municipal hacia la figura de una de las personas más relevantes que ha dado Cantoria, y aunque no les guste, su recuerdo perdurará por mucho tiempo en la memoria de los cantorianos, recuerdo que ya perdura en la coleccionable revista anual ‘Piedra Yllora’, editada en Cantoria, que nos acerca a la historia de nuestro pueblo: personajes, hechos, tradiciones, usos y costumbres, más un sinfín de fotos. Ahora la dirección de la revista ha tenido el acierto de publicar un video sobre Ana María López Peregrín, la mujer de mi tío Adolfo. Se trata de una serie de fotos en su recuerdo de gran cantoriana, estupenda maestra y excelente colaboradora en las actividades locales para las que se le requería. Un matrimonio en el que ambos son merecedores del entrañable recuerdo de la gente de su pueblo. Tanto el director como los colaboradores de la revista merecen nuestro elogio y gratitud por su loable labor.

Y ahora qué hacer. Pienso que esto no debe quedar así. Si buena parte del pueblo está en contra de lo hecho en el Ayuntamiento, que empaña la memoria del médico Adolfo López, existen acciones sencillas que se pueden hacer para intentar remediar el atropello sin que nadie se violente.