El placer de la vida fuera de casa


..
ALMERÍA HOY / 04·04·2019

Hubo un tiempo cercano en el que se aventuró la profecía de que, generalizados los instrumentos informáticos, muchos trabajadores podrían desempeñar sus tareas en los respectivos domicilios. Fue el mito del teletrabajo. Por lo mismo, el resto de la población tampoco necesitaría salir mucho de casa. Ahora se puede comprar cualquier cosa sin moverse uno del domicilio. Sin embargo, a pesar de tales adelantos, los españoles necesitan patear la calle más que nunca. No veo que hayan cerrado muchos bares; antes bien, muchos de ellos amplían el local con una terraza cubierta donde se permite fumar. Donosa invención. Siempre se ha dicho que el clima benigno facilita la tendencia extravertida o callejera, pero no varía mucho de Almería a Oviedo, con climas tan diferentes. Lo que cuenta es el clima social, esto es, los usos establecido por la cultura nacional.

A los extranjeros les maravilla el rito de las procesiones de Semana Santa en España. No se contentan con hacerlas dentro de los recintos eclesiásticos, como en otros países, sino que resulta imprescindible cerrar el tráfico callejero para que circulen con tranquilidad los pasos y procesiones. Nadie diría que, durante las últimas décadas, en España ha decaído el rito de las procesiones de Semana Santa. Al contrario, la sociedad se habrá secularizado, pero las procesiones siguen más vivas que nunca. No son un ritual propiamente de la iglesia sino del vecindario y de diversos cuerpos representativos (ediles, militares y naturalmente las cofradías o hermandades).

Es posible que haya decaído la institución del paseo dominical, pero ahora se disponen otros muchos circuitos para que la gente salga de casa y se solace en los centros comerciales o en los espectáculos al aire libre, que cada vez proliferan más. Se incluyen los mítines de los partidos, que no han decaído a pesar de la televisión.

Hay que ver los esfuerzos que despliegan los españoles para adquirir una vivienda y hacerla confortable. Pero luego inventan todos los pretextos posibles para salir de ella. Se ha dicho que en la calle Fuencarral de Madrid (una de tantas) hay más bares que en Finlandia. Es una broma, claro está, pero lo cierto es que en España hay más bares por kilómetro cuadrado que en ningún otro país. En casi todos los bares del mundo se sirven comidas, pero en los de España está en que el “menú del día” suelen variar los platos y además hay varias opciones del primero, el segundo y el postre. Vamos, que en la casa de uno no le dan tantas facilidades. El atractivo de bar para comer, beber y platicar está en que por un momento se sale de casa. Pueden hacerlo los amigos, los cónyuges y la familia entera. Pasó el tiempo en el que las tabernas eran solo para varones. Son muchas las personas que prefieren ver el partido de fútbol en la tele del bar que en la de casa. También es un lugar óptimo para celebraciones de todo tipo y para concluir negocios y chalaneos diversos.