“Sin investigación arqueológica nunca habríamos sido aceptados por la Unesco”

Bartolomé Ruiz González impulsó el yacimiento de los Dólmenes de Antequera hasta obtener la protección de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Un trabajo que podría ser un espejo en el que mirarse para alcanzar esa meta para El Argar o Los Millares.


Al arqueoastrónomo Michael Hoskin –en el centro-, miembro de la Universidad de Cambridge y especializado en túmulos prehistóricos, le llevó meses comprobar que las enormes moles de piedra de Antequera no estaban orientadas a la salida del sol, como el 99% de las construcciones megalíticas encontradas en el arco mediterráneo. Sus constructores prefirieron que miraran hacia la Peña de los Enamorados y la montaña de El Torcal. 

ALMERÍA HOY / ANTONIO RUBIO / 17·03·2019

El de los Dólmenes de Antequera es un conjunto arqueológico formado por sepulcros de origen muy antiguo. Abarcan desde el neolítico hasta la Edad del Cobre o calcolítico. Aunque los primeros escritos que hacen referencia a estos singulares monumentos datan del siglo XVI, las investigaciones científicas de la necrópolis no llegan hasta 1847. En 2016 fue declarado por la Unesco Patrimonio de Humanidad. La fórmula para conseguir la deseada distinción podría ser aplicada en la comarca de cara al gran reto de rescatar para el presente los remotos yacimientos del Argar.

- La impresión que tenemos es que a los Dólmenes de Antequera les tocó la lotería con el técnico que llegó para ocuparse de la dirección del complejo.

- (Sonríe) Yo vine para hacer un trabajo que jamás se podría haber hecho sin reunir a un equipo excepcional. Esa es la verdad.

- ¿Cómo fue esto? ¿Llega Antequera por una querencia a la tierra Málaga como malagueño que es usted?

- Yo estaba en Sevilla, llegaba veintitantos años en la Consejería de Cultura en diferentes niveles políticos y técnicos. En la última fase era director del Conjunto Monumental de la Cartuja de Santa María de las Cuevas. En un momento dado, con la incorporación del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en dicho Conjunto Monumental, decidí que quería volver a mi provincia, a mi ciudad, a Málaga. Así lo plantee en la Consejería, y fue el director de Bienes Culturales el que me sugirió que me quedara en Antequera por la mucha relación que tenía con la ciudad. Yo soy de Casabermeja, una población muy cercana a Antequera por eso conozco la población perfectamente, siempre he mantenido una relación muy estrecha con Antequera y su patrimonio, con las cofradías y con el conjunto de la vida cultural del municipio. De hecho, en los años 80 tuve que ver con los primeros preparativos de la candidatura de los Dólmenes para que fuesen declarados Patrimonio de la Humanidad, pues por aquellos tiempos, entre junio de 1983 hasta 1988, era director general de Bienes Culturales. Como le decía, en esa época ya puse en marcha el expediente. Mantuvimos una reunión en el año 86 con el entonces director general de la Unesco, el senegalés Amadou-Mahtar M'Bow, e hicimos las primeras gestiones, el expediente, el encargo del edificio del museo de sitio, etc., pero cesé en el 88 y aquel expediente no tuvo continuidad en el tiempo.

- ¿Contó para ello con el respaldo del Ayuntamiento de Antequera y de otras instituciones?

- Sí porque la sintonía política era completa. El Ayuntamiento de Antequera, la Diputación de Málaga y la Junta de Andalucía estaban gobernadas por el PSOE, y el Gobierno Central también con gobiernos de Felipe González. Entonces el director general de la Unesco nos dijo que los Dólmenes de Antequera tenían el valor universal excepcional suficiente como para incorporarlos a la lista del Patrimonio Mundial, aunque nos advirtió de que era necesario emprender importantes trabajos que no eran otros que la elaboración del expediente del sitio y crear la infraestructura necesaria para dar respuesta al incremento del número de visitas que se iba a producir con la declaración. Aquel hombre sabía de lo que hablaba porque ese incremento de turistas se ha producido. En el año 2015, en plena fase de tramitación del expediente por parte de la Unesco, superamos las 100.000. Ahora que los Dólmenes son Patrimonio Mundial se han superado las 107.000 a fecha de agosto de 2016.

- ¡Es formidable! ¿Queda alguna tarea pendiente de todas las que les impuso la Unesco?

- En una reunión que mantuvimos en París, la Unesco nos dijo que había constatado el V.U.E., es decir, el valor universal excepcional de los Dólmenes, pero que el sitio requería una serie de modificaciones. Nuestra delegación, formada por representantes del Gobierno de España, la Junta y el Ayuntamiento, intentó responder allí mismo a esos requerimientos, pero ellos nos dijeron que la reunión era para que escucháramos y que teníamos dos meses para dar una respuesta. Así que nos vinimos con un papel en la mano que recogía una serie de deberes y nos pusimos a trabajar en ellos. El resultado fue un documento que presentó el Gobierno de España, que es el interlocutor válido, a la Unesco. La reunión en París fue en diciembre de 2015 y el documento respuesta que preparamos estaba en París el 28 de febrero de 2016.

- Teniendo en cuenta que ustedes inician los trámites en el año 1986, ¿por qué se dilata tanto este proceso?

- Bueno en el año 86 yo asumí otras responsabilidades, los trabajos no habían concluido y los nuevos equipos no priorizaron la candidatura de el Sitio de los Dólmenes. La lista del Patrimonio Mundial se crea en el año 1972, España se adhiere a dicha convención en 1982, 10 años más tarde, una década que nosotros empleamos en pasar de una dictadura a una democracia, elaborar una constitución y consolidar la democracia. En el 82 pasamos a ser miembros de la Unesco y dos años más tarde, en el 84, el Reino de España incorpora sus primeros bienes. Fueron la Alhambra, el Generalife y la Mezquita de Córdoba. En el 86 recibimos la visita del secretario general de la Unesco, pero la labores que encarga a España dirigidas a los Dólmenes no se concluyen y aquella intentona quedó en nada. Cuando me incorporo directamente al proyecto en 2004 tengo el encargo expreso del director general de Patrimonio de la Junta de retomar el expediente que yo mismo había iniciado en 1986. Y hasta este 2016 no ha sido posible terminar la tarea.

- ¿Cuál es el valor que tienen los Dólmenes este Antequera?

- Lo que la Unesco valora es que es un sitio de memoria funeraria desde el 4.000 antes de nuestra era hasta hoy. Es un lugar de memoria funeraria de 6.000 años. Su valor, desde el punto de vista arqueológico, es el de las orientaciones excepcionales de dos de los tres monumentos prehistóricos.

El 99,99% de las construcciones megalíticas tienen su eje orientado hacia la salida del sol, bien en los equinoccios o bien en los solsticios, es decir, tienen orientaciones solares. Y muy pocas construcciones megalíticas tienen orientaciones distintas. Eso hace diferentes a los Dólmenes de Antequera. Miran hacia espacios donde existen pinturas rupestres, hacia paisajes que aquellas comunidades consideraban mágicos o sagrados, todo ello sin olvidar el enorme valor monumental, especialmente el Dolmen de Menga, que no tiene paralelo en Europa, y el del Tholos del Romeral. Esto significa que el sitio de los Dólmenes de Antequera representa en este momento a todo el continente europeo, pues la lista del Patrimonio Mundial hasta 2016 recoge sólo cuatro sitios megalíticos neolíticos y éstos se encuentran fuera de la plataforma continental europea. Los más antiguos son los templos neolíticos de la isla de Malta. Más tarde se declara Stonehenge en Inglaterra, después los círculos de piedra y los túmulos de las Islas de Orkney en Escocia, y por último se declara el conjunto megalítico de Newgrange en Irlanda. Todos de carácter insular, en el continente europeo no había nada declarado hasta que se ha incluido Antequera.

- Más allá de los monumentos ¿hay intención de hacer un museo?

- Sí. Las cinco recomendaciones que nos hacía Unesco se podrían resumir en dos: uno era el del impacto en el paisaje porque el conjunto de monumentos se encuentra en las proximidades del polígono industrial y el parque empresarial de Antequera. Éste era, probablemente, el problema más complejo de todos, puesto que polígono y parque se interponen entre la Peña de los Enamorados y los dólmenes de Menga y de Viera.

Eso es competencia del Ayuntamiento y habría que elaborar un plan especial de protección, que comporta la desclasificación de 115 hectáreas de suelo industrial. Por efecto de la crisis económica, esos suelos calificados en 2010 no se han desarrollado. El propio plan establece que si permanecen inalterados vuelven a la calificación anterior. Por tanto las 115 hectáreas se convierten automáticamente en suelo agrícola. Por otro lado, para aislar los dólmenes de lo que es propiamente la ciudad de Antequera, el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga plantarán más de un millón de árboles que ocultarán las edificaciones del entorno, dando al ‘sitio’ una aspecto natural y bien separado de las construcciones modernas. La Consejería de Cultura, por su parte, ha hecho un reajuste al proyecto de museo eliminando una planta para reducir el impacto paisajístico.

- ¿Cómo han podido conseguirse todo esto?

- La palanca fundamental es la investigación arqueológica. Si no hay investigación, no hay tutela patrimonial efectiva. Hay que justificar la necesidad de inversiones públicas y su rentabilidad cultural y económica. En este caso hemos logrado la colaboración coordinada entre las universidades de Granada, Sevilla, Málaga, Alcalá de Henares y La Laguna, que a su vez han trabajado con las inglesas de Shouthampton y Cambridge. Esta conjunción es la que nos ha permitido fundamentar correctamente con solvencia el expediente para conseguir la inscripción en la lista del Patrimonio Mundial. Esta lista no es cuantitativa sino cualitativa. Tienes que demostrarles a los expertos de la Unesco la singularidad del bien que tú presentas.

- ¿Esto habrá supuesto una inversión económica bastante importante por parte de la Junta de Andalucía?

- Efectivamente.

- Pues enhorabuena por su éxito con los Dólmenes de Antequera.

- Gracias. No sólo es un avance arqueológico sino también un logro económico. En cuanto nos despidamos entro a una reunión con empresarios antequeranos que están revolucionados por el importante incremento del número de visitantes y el crecimiento exponencial de la demanda de servicios turísticos que ya se está produciendo gracias a los Dólmenes.

“Sería justo que la Cultura Argárica se declarara Patrimonio de la Humanidad”

- En el Levante almeriense hay cierta inquietud social en torno a la declaración de la Cultura Argárica como parte de la Lista de Patrimonio Mundial. Desde la Mancomunidad de Municipios se ha intentado poner en marcha con poco éxito algún intento. ¿Usted cree que la Cultura Argárica tiene entidad suficiente como para poder obtener esta calificación de la Unesco?

- Yo creo que sí, y sería justa su inclusión para una cultura que tiene una definición territorial y cultural nítida y que podría formar parte, sin duda, del Patrimonio Mundial para su reconocimiento, promoción y difusión. Para ello habría que hacer un encargo a una persona, un director que a su vez coordinara un equipo, a diferentes corrientes de investigación, a las diferentes universidades andaluzas y españolas, y que como fruto de ese trabajo en equipo se pudiera fundamentar el expediente de carácter administrativo. No hay un expediente solvente si no se inicia con un proyecto de investigación.

- Como ha ocurrido en Antequera…

- En 2005 hicimos una excavación total en el Dolmen de Menga y descubrimos una estructura hidráulica que hasta ese momento no estaba registrada: un pozo con 3 metros y pico de agua y una profundidad de 19,50 metros, exactamente el largo de la cámara de Menga. Realmente sin la investigación no hay expediente solvente.

- ¿Usted considera que esta declaración sería genérica para todos los yacimientos argáricos o solo únicamente para el del Argar en Antas?

- Debería ser un territorio, no un único yacimiento. Como la mayor parte del territorio argárico está en Andalucía la impulsora debe ser la Comunidad Autónoma Andaluza, pero debería ir de la mano con las comunidades de Murcia, Valencia y Castilla-la Mancha. Finalmente, la candidatura la presentaría el Reino de España.

- Dada su amplia experiencia, ¿cuál es el primer paso que se debería de dar nuestra comarca?

- Identificar a un líder, identificar a un director, identificar a la persona que va ser el elemento clave para armonizar, para coordinar, para generar sinergias entre administraciones, entre universidades, entre equipos distintos. Es clave que este líder cree la plataforma, el espacio para que comiencen a actuar esas otras instancias que están en las universidades, que están en los institutos de investigación, y todo ello lógicamente con el visto bueno y con el consenso de las administraciones que están concernidas en este patrimonio, háblese del Gobierno de España, comunidad o comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. Y fíjese que en este último tramo de la candidatura de Antequera nuestra la sintonía política no ha sido fácil por ser partidos distintos los que gobernaban las administraciones competentes en el tema. La Junta PSOE, Gobierno Central Partido Popular, Diputación de Málaga Partido Popular y Ayuntamiento de Antequera Partido Popular. Pero ha sido importantísima la correcta coordinación, la armonía entre todas las administraciones públicas. No fue fácil, la procesión ha ido por dentro…

Cuevas, donde empezó todo

- Es curioso que la gestión arqueológica de Andalucía partiera de un Congreso de Homenaje a Luis Siret en Cuevas de Almanzora…

- ¡Ahí empezó todo! Siendo yo director general de Bienes Culturales, decreté un año sabático. Decidí que no se excavaba nada hasta que nos reuniéramos y decidiéramos qué es lo que queríamos de la ciencia prehistórica. Y para ello aprovechamos un evento que era el 75 aniversario de la muerte de Luis Siret, y organicé un Congreso de Homenaje en 1984, que vino a ser el primer congreso de prehistoria andaluza, que por cierto a los 25 años hemos celebrado un nuevo memorial con dos actos, uno en Cuevas de Almanzora otra vez y otro aquí en Antequera. Así se han constituido los Congresos de Prehistoria de Andalucía de carácter bianual. Llevamos tres ediciones y estamos preparando para este año el cuarto. Cada dos años reunimos a toda la comunidad científica española e internacional que trabaja sobre Andalucía, por supuesto en homenaje y reconocimiento a don Luis Siret.