Otra en la frente de La Chanca


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PABLO REQUENA

Decía Juan Goytisolo que La Chanca —un barrio que debería ser a Almería lo que el Albaicín a Granada o Triana a Sevilla— cayó en el olvido, sobre todo en la posguerra española, allá por los años 40. No es que anteriormente hubiera sido el epicentro del trasiego social, político y económico del mundo occidental, pero aquello, los años más duros tras la Guerra Civil, fueron tiempos malditos para La Chanca. Claro que los que vivimos de un tiempo a esta parte...

Corría el año 2011 cuando más de uno publicábamos aquello de que La Chanca debatía la propuesta para iniciar el proceso para la declaración de la barriada como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Lo que pasa es que desde entonces hemos visto de todo menos dicha declaración; torreones de más de mil años de antigüedad perforados por tuberías de aguas fecales, derrumbes en la cueva de la Campsa, mierda a raudales en Barranco Caballar, viejas casas que se tiran pero cuyos escombros continúan 'embelleciendo' el barrio per secula seculorum, canteras califales que si no fuera por los propios vecinos seguirían haciendo las veces de cuadra para ganado caprino, familias desalojadas de sus viviendas por derrumbes... todo mientras la célebres gacelas del CSIC aguardan aún su «traslado inminente» a El Alquián, o 'aparecen' escudos de la ciudad abandonados y semienterrados en una mediana del barrio.

Así las cosas, ahora vamos y nos topamos con una montaña de cascotes junto a la Avenida del Mar, principal vía de acceso a Pescadería, que al parecer lleva meses redecorando el barrio, escritos enviados al Ayuntamiento de por medio, sin que nadie hasta ahora haya movido un dedo. Bueno, seamos justos; este tipo de cosas vienen genial para que el mundo del cine se fije en La Chanca como decorado natural para realizar rodajes que simulen lugares de guerra como Iraq. No es una broma: ya ocurrió en 2014 con la producción 'Rescatando a Sara' emitida por A3TV y protagonizada por Carmen Machi.

Lo que pasa es que en Almería, si vamos sobrados de algo —amén de hortalizas y políticos sin vergüenza alguna— es de paisajes y 'platós' naturales. Aquí no necesitamos hacer pedazos el barrio con más historia de la ciudad para atraer rodajes. De hecho, no sería de extrañar que vinieran más películas aún si tuviéramos La Chanca como de verdad se merece. Vale que tal vez no serían rodajes del género bélico, o post apocalíptico, pero siempre tendríamos alguna estrella del celuloide rondando por nuestras calles. ¡Si casi los tenemos ya con nuestro casco histórico hecho trizas! ¿Se imaginan si las cosas se hicieran (sólo un poquito) mejor?