ALMERÍA HOY / 01·12·2018
La sección tercera de la Audiencia Provincial de Almería acoge el 5 de diciembre el juicio contra C.G.G., acusado de un delito de abusos sexuales por el que la fiscalía solicita para él seis años de cárcel, inhabilitación especial para sufragio pasivo, orden de alejamiento, libertad vigilada, y el pago a la víctima de una indemnización de 6.000 euros por daños morales.
El escrito de acusación sostiene que el acusado, condenado por abusos sexuales hasta en tres ocasiones, al tener amistad con el padre del denunciante, nacido en 2005, se puso en contacto con la familia para hacerles una visita en su domicilio, ubicado en la capital almeriense, para pasar con ellos un fin de semana.
El acusado llegó a Almería el 19 de mayo de 2017 y una vez alojado, esa misma noche, cuando el menor se estaba duchando el acusado entró en el baño. El menor le pidió que le pasara un estropajo, pero el acusado se quedó mirando sus partes íntimas. A los pocos minutos, cuando cuando el menos se estaba secando, volvió a entrar el acusado, según el fiscal, y le quitó la toalla para pasársela por todo el cuerpo.
Al día siguiente, estando ambos en el sofá viendo una película, el acusado le habría metido la mano por el interior del pantalón masturbándole. Igualmente, el acusado pidió al menor que le tocara sus partes, a lo que la víctima accedió. Ese mismo día, por la noche, en el mismo sofá, el acusado volvió a meter la mano por debajo de la ropa del menor.
Además, cuando el menor estaba dormido en su cuarto, el acusado se introdujo en su cama, volviendo de nuevo a meterle la mano por debajo, masturbándole, dándole varios besos en la boca a modo de despedida.
El escrito de acusación sostiene que el acusado, condenado por abusos sexuales hasta en tres ocasiones, al tener amistad con el padre del denunciante, nacido en 2005, se puso en contacto con la familia para hacerles una visita en su domicilio, ubicado en la capital almeriense, para pasar con ellos un fin de semana.
El acusado llegó a Almería el 19 de mayo de 2017 y una vez alojado, esa misma noche, cuando el menor se estaba duchando el acusado entró en el baño. El menor le pidió que le pasara un estropajo, pero el acusado se quedó mirando sus partes íntimas. A los pocos minutos, cuando cuando el menos se estaba secando, volvió a entrar el acusado, según el fiscal, y le quitó la toalla para pasársela por todo el cuerpo.
Al día siguiente, estando ambos en el sofá viendo una película, el acusado le habría metido la mano por el interior del pantalón masturbándole. Igualmente, el acusado pidió al menor que le tocara sus partes, a lo que la víctima accedió. Ese mismo día, por la noche, en el mismo sofá, el acusado volvió a meter la mano por debajo de la ropa del menor.
Además, cuando el menor estaba dormido en su cuarto, el acusado se introdujo en su cama, volviendo de nuevo a meterle la mano por debajo, masturbándole, dándole varios besos en la boca a modo de despedida.
