ALMERÍA HOY / 08·10·2018
El Juzgado de lo Penal 5 de Almería ha condenado a Enrique J.C., español, sin antecedentes penales y vecino del barrio de La Cañada (Almería) como culpable de delitos de coacciones y amenazas en el ámbito de la violencia de género a penas que suman 80 días de trabajos comunitarios, privación del derecho a tenencia y porte de armas durante dos años, y una orden de alejamiento durante el mismo tiempo, así como el pago de las costas procesales.
La sentencia estima como hechos probados que desde 2017 se rompió la relación sentimental del condenado con la que era su pareja, y que inició en 2008; una relación de la que nacieron dos hijos, que en la fecha de los hechos tenían 19 y 9 años, viviendo éste último con el padre.
Así, desde la ruptura de la relación, «guiado por el ánimo de doblegar» a la víctima, se le ha acercado en reiteradas ocasiones diciéndole «puta, zorra», y a pesar de lo cual la ha llamado continuamente para pedirle que vuelva con él, enviándole asimismo varios mensajes en ese sentido.
En enero de este año, estando la víctima en su lugar de trabajo con el hijo menor presente, el condenado se presentó allí y la insultó, y ya el pasado mes de agosto, entró en la vivienda de ella volviéndola a insultar al percatarse de que hablaba por teléfono con su actual pareja, se marchó del lugar dando un portazo y golpeando con violencia los buzones comunitarios del edificio.
Además, «guiado por el propósito de amedrentarla», el condenado viene enviando mensajes telefónicos a la víctima en los que le manifiesta que va a ir a por su actual pareja, que lo va a acosar en su trabajo, con expresiones tales como «voy a ir a por él, dile que lo coja si tiene cojones».
La sentencia estima como hechos probados que desde 2017 se rompió la relación sentimental del condenado con la que era su pareja, y que inició en 2008; una relación de la que nacieron dos hijos, que en la fecha de los hechos tenían 19 y 9 años, viviendo éste último con el padre.
Así, desde la ruptura de la relación, «guiado por el ánimo de doblegar» a la víctima, se le ha acercado en reiteradas ocasiones diciéndole «puta, zorra», y a pesar de lo cual la ha llamado continuamente para pedirle que vuelva con él, enviándole asimismo varios mensajes en ese sentido.
En enero de este año, estando la víctima en su lugar de trabajo con el hijo menor presente, el condenado se presentó allí y la insultó, y ya el pasado mes de agosto, entró en la vivienda de ella volviéndola a insultar al percatarse de que hablaba por teléfono con su actual pareja, se marchó del lugar dando un portazo y golpeando con violencia los buzones comunitarios del edificio.
Además, «guiado por el propósito de amedrentarla», el condenado viene enviando mensajes telefónicos a la víctima en los que le manifiesta que va a ir a por su actual pareja, que lo va a acosar en su trabajo, con expresiones tales como «voy a ir a por él, dile que lo coja si tiene cojones».
