Tras 15 meses de calvario el SAS le da cita 10 minutos después de contar su caso en RADIO ACTUALIDAD

“Se me cayó el alma a los pies cuando me dijeron en el Hospital que la espera para los pacientes preferentes era de año y medio”




ALMERÍA HOY / 17·07·2018

Un menisco roto hace casi año y medio continúa sin arreglo. Desde entonces, el paciente ha sufrido un largo camino por ventanillas y consultas del Servicio Andaluz de Salud que le mantienen postrado con la rodilla envuelta en hielo. Pero un burofax y una entrevista en RADIO ACTUALIDAD han acelerado las cosas. El lesionado ya tiene una nueva cita con el traumatólogo.

La vida dio un brusco e inesperado giro el 27 de marzo del año pasado para Álvaro Ramos, portavoz de Izquierda Unida en Garrucha y agente de Medio Ambiente. Ese día, sufrió un accidente de trabajo mientras recorría los montes de nuestra comarca cerca de Sorbas, con la poca fortuna de romperse el menisco de la rodilla derecha.

En ese momento comenzó lo que el afectado califica como “un verdadero calvario” en el que prevalecían, sobre todo, largas esperas. La última de ellas terminó el pasado 28 de junio cuando, diez minutos después de contar su caso en RADIO ACTUALIDAD, y un día después de enviar un burofax con el relato de los hechos al delegado de Salud, recibía una llamada del fax dándole cita para que el traumatólogo valore el 9 de julio una resonancia que le hicieron casi tres meses antes.


LOS HECHOS

Todo comenzó, como hemos señalado, el 27 de marzo de 2017. Álvaro patrullaba zonas rurales del área de trabajo que tenía asignada como agente de Medio Ambiente cuando paró su todo terreno en un paraje cerca de Sorbas y puso pie en tierra con tan mala suerte que, al pisar una irregularidad del terreno, torció la pierna, cayendo al tiempo que oía un chasquido a la altura de la rodilla.

Pero aún tuvieron que pasar dos meses y medio para que fuera operado el 5 de junio del año pasado de la rotura del menisco de la rodilla derecha que había revelado una resonancia magnética realizada en una clínica concertada de Huércal Overa.

“Se trata de algo leve –cuenta el paciente lesionado-.Según me dijeron los médicos, el éxito de la recuperación depende fundamentalmente de un rápido tratamiento de rehabilitación. Sin embargo, 4 meses y veinte días después de la operación tuve que llamar al Centro de Salud porque todavía no me habían dado cita con el fisioterapeuta. Se me cayó el alma a los pies cuando me dijeron que el tiempo de espera para los pacientes preferentes, como era yo por el carácter de mi lesión, era de año y medio”. Pero Álvaro reaccionó rápidamente, registró una reclamación y el 25 de octubre comenzó la rehabilitación.

“La rehabilitación fue un verdadero calvario –recuerda-. Primero porque las instalaciones de Vera, que cubren a casi toda la comarca, están saturadas. Después, porque, no sólo no mejoraba, sino que iba empeorando entre dolores insoportables a medida que pasaban los días de ejercicio. Sin embargo, como cada mes cambiaban al fisioterapeuta, dicen que para mover la bolsa de empleo del SAS, no podían ver mi evolución”.


“SUFRIMIENTO ATROZ”

“El sufrimiento era atroz. Tuve que acudir en dos ocasiones al servicio de Urgencias del Hospital de La Inmaculada con la rodilla superinflamada, pero allí me decían que no podían hacerme una resonancia porque no tenían aparatos. Sí me hacían radiografías, pero esa prueba no registra posibles roturas de menisco porque se trata de un cartílago, es decir, tejido blando, y se limitaban a prescribirme medicamentos bastante fuertes contra el dolor y la inflamación. Así llevo más de un año”.

“Como no avanzaba –continúa Ramos-, tuve que acudir a un fisioterapeuta de pago que me decía que algo no iba bien, porque la pierna no se estiraba del todo. Casi al año de la intervención, decidí ponerme una infiltración de colágeno y ácido hialurónico en una consulta privada porque el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se negaba a prescribírmela. Era muy caro. Lo hice y me alivió muchísimo, hasta el punto que solicité el alta y me reincorporé a mi puesto de trabajo creyendo que tenía el problema resuelto”.

“Pero nada más lejos de la realidad. La infiltración solamente enmascaró la lesión, que continuaba a pesar de haber sido operada. Viendo que no había avanzado volví al Hospital y, entonces, un año y un mes después de la operación, me prescribieron el 7 de marzo una resonancia en un centro concertado”.

“El centro me la hizo el 4 de abril pasado y emitió un informe, pero el SAS no me comunicó el resultado de la prueba hasta el 18 de junio, dos meses y medio después.Ese día, el médico me confirmó que padecía una refractura del menisco con restos meniscales en el interior de la articulación. Es decir, que el ligamento seguía roto y había fragmentos dentro de la rodilla”.

“Aunque lo más grave del caso es que el SAS sabía desde hacía dos meses y medio que mi menisco estaba roto y que yo estaba trabajando en esas condiciones. Mi trabajo implica conducir, andar por montes y correr delante del fuego cuando hay incendios. Ahora, un año y tres meses después de comenzar este calvario, estoy de nuevo en lista de espera para que el traumatólogo valore la resonancia. Todo apunta, según mi médico de cabecera, a una nueva operación”.

“Todavía no me han llamado para darme cita, así que le he enviado un burofax al delegado de salud y espero que se pongan las pilas. No sólo por mí, sino por todo el pueblo andaluz que paga sus sueldos”.

Y diez minutos después de acabar esta conversación en el informativo diario de RADIO ACTUALIDAD, Álvaro Ramos nos enviaba un mensaje en el que nos comunicaba que acababan de llamarle para darle cita con el traumatólogo “para valorar el resultado de la resonancia”.


“El SAS es cómplice de la quiebra de la Seguridad Social”

“La actitud negligente del SAS es cómplice de la quiebra de la Seguridad Social, no sólo el Gobierno de España. Por una falta de recursos o una mala gestión, yo estoy cobrando una baja en lugar de estar cotizando. Tendrían que procurar volver a hacernos productivos lo antes posible”, afirma rotundo Álvaro Ramos.

“Me entra cólera cuando se difunden noticias acerca de lo que cobran los directivos y jefes de área del SAS en concepto de productividad por el ahorro sanitario. Es decir, porque no se invierta en máquinas para hacer resonancias o prescribir ácido hialurónico a quien lo necesite. Son rácanos con la salud de los ciudadanos para repartirse un botín a nuestra costa”.