El alcalde de la localidad, una de las pocas sin deuda viva con los bancos, explica que esto ocurre por la ley 'Montoro' que impone el techo de gasto
ALMERÍA HOY / 14·07·2018
Mario Padilla (PP) es alcalde de Tíjola y, según cuenta a ALMERÍA HOY, el ayuntamiento que dirige dispone de 2,6 millones de euros a plazo fijo de los que no puede hacer uso por culpa de la ley 'Montoro'. Se trata, en palabras del regidor, de una situación"paradójica", ya que el Consistorio tijoleño es de los pocos de la provincia que no tiene deuda viva con los bancos.
"Cuando llegamos al Ayuntamiento -cuenta el alcalde- adquirimos la deuda de la anterior Corporación. Luego, con trabajo, conseguimos quitarnos esa deuda, pero luego la normativa cambió y el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, introdujo la regla del techo de gasto. Al cabo de dos años tenemos más ingresos que gastos, pero no nos los permiten gastar hasta el ejercicio siguiente", lamenta.
El alcalde de Tíjola subraya la diferencia entre superávit y remanente. "Teniendo superávit, permiten que nos gastemos el de menor cuantía, es decir, entre ese superávit y el remanente, lo que suponga menos dinero es lo que podemos legalmente gastarnos", señala.
En cuanto a esos 2,6 millones de euros a plazo fijo, Mario Padilla explica que "en Tíjola tenemos necesidades que se podrían subsanar o aliviar con ese dinero". Y da ejemplos, como arreglar el campo de fútbol "que se nos ha hundido y no podemos meterle mano porque costaría 1,2 millones de euros, y otras cosas que nos interesaría hacer, como un gran centro de interpretación. Incluso tenemos ya el solar adquirido. Otra actuación sería ampliar la Casa Consistorial, pero no nos dan rienda suelta", se queja el primer edil.
Lo peor, señala Padilla, es que esa "paradójica" situación no tiene visos de cambiar a corto o medio plazo. "Los nuevos legisladores que han entrado (en referencia al Gobierno de Pedro Sánchez) dicen que quieren cambiar algo de todo esto, pero lo cierto es que se necesitan procedimientos largos para ello". Así las cosas, el alcalde sentencia que "ese dinero es de Tíjola, y tarde o temprano se gastará, aunque lo bueno sería que nos lo pudiéramos gastar los que hemos logrado ahorrarlo".
"Cuando llegamos al Ayuntamiento -cuenta el alcalde- adquirimos la deuda de la anterior Corporación. Luego, con trabajo, conseguimos quitarnos esa deuda, pero luego la normativa cambió y el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, introdujo la regla del techo de gasto. Al cabo de dos años tenemos más ingresos que gastos, pero no nos los permiten gastar hasta el ejercicio siguiente", lamenta.
El alcalde de Tíjola subraya la diferencia entre superávit y remanente. "Teniendo superávit, permiten que nos gastemos el de menor cuantía, es decir, entre ese superávit y el remanente, lo que suponga menos dinero es lo que podemos legalmente gastarnos", señala.
En cuanto a esos 2,6 millones de euros a plazo fijo, Mario Padilla explica que "en Tíjola tenemos necesidades que se podrían subsanar o aliviar con ese dinero". Y da ejemplos, como arreglar el campo de fútbol "que se nos ha hundido y no podemos meterle mano porque costaría 1,2 millones de euros, y otras cosas que nos interesaría hacer, como un gran centro de interpretación. Incluso tenemos ya el solar adquirido. Otra actuación sería ampliar la Casa Consistorial, pero no nos dan rienda suelta", se queja el primer edil.
Lo peor, señala Padilla, es que esa "paradójica" situación no tiene visos de cambiar a corto o medio plazo. "Los nuevos legisladores que han entrado (en referencia al Gobierno de Pedro Sánchez) dicen que quieren cambiar algo de todo esto, pero lo cierto es que se necesitan procedimientos largos para ello". Así las cosas, el alcalde sentencia que "ese dinero es de Tíjola, y tarde o temprano se gastará, aunque lo bueno sería que nos lo pudiéramos gastar los que hemos logrado ahorrarlo".
