«Juan Asensio se sentaba en el despacho del comisario y la Policía con él nunca resolvía nada»

Lo cuenta el periodista Joaquín Abad tras presentar su libro 'Descubriendo a Juan Asensio'




ALMERÍA HOY / 22·07·2018

«Juan Asensio se sentaba en el despacho del comisario y la Policía con él nunca resolvía nada». Lo dice Joaquín Abad, exdirector de La Crónica y escritor de 'Descubriendo a Juan Asensio. De cómo un mafioso logró mantener un estado de miedo y silencio en todas las instituciones durante casi dos décadas', quien fue entrevistado por ALMERÍA HOY el día en el que presentaba su obra en una librería de la capital almeriense.

«Entraba en la comisaría como si fuera un policía más y se sentaba en el despacho del comisario, y la Policía con él nunca resolvía nada. Le tenían mucho miedo. A cambio Juan les ayudaba en algunos casos», asegura.

Entonces, Abad recordaba, resumidamente, quién fue Juan Asensio. «Juan Asensio era el jefe de una camorra tipo napolitana que se implantó en Almería, y que manejaba los bajos fondos, prostitución, oro robado, droga... Primero actuaba solo, después se asoció con Giuseppe D'amico, y tenía un poder en Almería que era horroroso. Basó ese poder en el miedo, era muy violento, y no le importaba nada. Tenía un ejército de 20 sicarios, gente que mataba, de hecho a mí me intentaron matar varias veces. Y él mismo mató al dueño de la discoteca Maxime, un belga que sabía hacer bombas, y que de hecho había hecho bombas para Asensio. Era un personaje siniestro».

En ese sentido, apunta que «era muy temido por todos. En la justicia, en la comisaría... Los únicos que no le tenían miedo eran los de la Guardia Civil, que lo tenían enfilado y hasta que no acabaron con él no pararon».

Sobre la relación de Asensio con D'amico, relata que «cuando llega la mafia italiana para manejar aquí la coca, él se hace socio de ellos porque los italianos necesitaban una estructura como la que tenía él en Almería, de manera que Juan Asensio tenía que meterse en ese tema de la droga porque las otras drogas que manejaba, como el hachís, estaban peor vistas. Fue una asociación obligada. Además, Juan Asensio tenía una relación muy buena con la Policía. De hecho, en su ficha policial habrá 90 casos no resueltos. Cuando el tema era en Almería, en la capital, era muy difícil que se resolviera. Se resolvía si acaso si el asunto era de fuera de Almería porque lo llevaba la Guardia Civil. De hecho, fue la Guardia Civil quien le detuvo».


Mario Conde y Baltasar Garzón

En el libro de Joaquín Abad aparece el empresario Mario Conde. ¿Qué tiene que ver con todo esto? «Juan Asensio conoció a Mario Conde en la cárcel, cuando coincidieron en Alcalá Meco. En la cárcel son muchas horas las que hay que estar, y bueno, jugaban al dominó, hablaban y tal, hasta que Mario Conde le pidió ayuda en un momento dado. Le dijo que tenía miedo porque le habían soplado que iban a ir a matarlo, dado que conocía cosas del entonces rey de España, y parece que eso molestaba porque decía que tenía pruebas y cosas que no debía tener, y Juan le puso en contacto con la mafia rusa para que le protegiera. Juan había montado un casino en San Petersburgo y tenía contactos».

Aunque el 'enganche' más conocido que tuvo fue con el juez Baltasar Garzón, que en aquellos años ejercía en la capital almeriense. «Juan Asensio se presentó una tarde -narra- en el juzgado de guardia de Almería donde casualmente estaba por entonces Baltasar Garzón, y le dijo que iba a haber una conspiración en Motril (Granada), en la que yo, Joaquín Abad, estaba implicado, y le pedía que me detuviera. Garzón le dijo que se fuera a Motril y denunciara allí. El otro lo agarró de la 'pechuga' y le amenazó de muerte. Garzón se puso muy digno y le dijo a Asensio que le iba a procesar por atentado contra la autoridad y que lo iba a meter en la cárcel, y Asensio dijo: «¿Sí? A ver si es verdad», se despatarró en el sofá, y le dijo a ver si te atreves. Garzón mandó entonces a los funcionarios a que hicieran el atestado, y los funcionarios se negaron diciendo que no querían líos».