Las normas de derecho positivo que dicta el Estado para regular las relaciones de los hombres y para vivir mejor en sociedad, rigen para todos nosotros, son temporales y no deberían ser contrarias a la Constitución y mucho menos a los principios del derecho natural que son su base y fundamento
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CLEMENTE FLORES
Hace cuarenta años este país se dotó a sí mismo de una Constitución que marcaba y recogía las reglas de juego y los principios democráticos por los que tenían que regirse las relaciones sociales y todo el conjunto de leyes en vigor. La Constitución se redactó dando prioridad al Derecho natural, tal como se recoge en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y sin abandonar, porque es imposible, otros principios, también considerados por los juristas fuente del derecho natural.Estos últimos principios están grabados en la conciencia de los hombres y son fruto de su educación, su ideología y su cultura.
Las normas de derecho positivo que dicta el Estado para regular las relaciones de los hombres y para vivir mejor en sociedad, rigen para todos nosotros, son temporales y no deberían ser contrarias a la Constitución y mucho menos a los principios del derecho natural que son su base y fundamento.
La Constitución en su artículo 14 dice: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social». ¿Es posible que cuarenta años después de promulgada la Constitución haya, todavía, leyes machistas que estén vigentes? ¿Es compatible la aprobación de leyes machistas en un congreso que siempre ha contado con suficiente presencia femenina, incluso en su presidencia, y se hayan producido tan pocas denuncias de inconstitucionalidad a la hora de aprobarlas?
Acabar hoy con las leyes machistas es algo que está al alcance de las mujeres y anularlas forma parte de la lucha de toda la sociedad por regirse de acuerdo con los derechos civiles.
¿Es suficiente acabar con las leyes machistas para acabar con las discriminaciones sexistas? Rotundamente ¡No! A juzgar por la situación actual.
A veces hacemos de lo accesorio, la razón fundamental para atajar un problema y no tenemos en cuenta los verdaderos motivos y bases que siendo en principio de menor importancia se transforman en las únicas razones «fundamentales» de que nos valemos para intentar superarlo.
Comenzamos diciendo que «de acuerdo con los juristas» también son fuente del derecho natural valores universales y eternos que se muestran en la conciencia de los hombres.De entre las fuentes más cercanas a esta teoría está la costumbre que emana de la misma sociedad, mediante una repetición continuada de ciertas conductas que de tanto repetirse, acaban imponiéndose como si fuesen leyes naturales.
Personalmente fui niño en un pueblo, Mojácar, donde las mujeres no salían a la calle sin un pañuelo en la cabeza con el que se tapaban parte de la cara cuando se cruzaban con hombres. A cada edad dela mujer, correspondía un color de pañuelo que también variaba en función del lugar al que acudían. Lo que más llamó mi atención es que las críticas cuando algunas mujeres comenzaron a abandonar esas costumbres venían de las propias mujeres que, con sus comentarios maliciosos coadyuvaban a mantener el control social que significaba el uso del pañuelo.
Creo que en la actualidad, muchos problemas del feminismo español tienen su origen en el control social que se ha ejercido durante siglos sobre las mujeres y del que muchas de ellas no han podido e incluso no han querido liberarse. El control social sobre la mujer, fruto del inmovilismo cultural, económico y social, se ha perpetuado a base de utilizar la religión, la fuerza, la sexualidad, la política, las costumbres y siempre la ley para perpetuar el estatus quo que la ha mantenido atada en casa. Hoy no es de recibo que existan leyes antifeministas con la Constitución que tenemos y las mujeres disponen de recursos para que desaparezcan. ¿pueden las mujeres salirse de la norma?
Salirse de la norma ha conllevado para cualquier ciudadano, y no sólo en el caso de las mujeres, cuando poco, situarse en una disidencia excluyente, socialmente peor admitida cuanto más conservadoras e inmovilistas son las élites dominantes de la sociedad.
Sólo cambiando desde la primera educación, y la familiar es fundamentalmente cosa de mujeres, se podrá erradicar la discriminación de la mujer. La historia en este caso es una losa demasiado pesada. No es fácil erradicar la discriminación pero hay mucho recorrido hecho y se va por buen camino. Los españoles de hoy no se parecen en nada a los de ayer y están colaborando como era imposible hace unos años imaginar.
Frente a la Política,las mujeres españolas están sustituyendo, a marchas forzadas, a los hombres, militando en una disidencia constanteque es el movimiento actual de militancia activamás importante y esperanzador que tenemos. Su última manifestación, que no se bien por qué, me recuerda al 15-M, ha cogido de improviso al partido conservador que gobierna e incluso a las mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en él.
Cambios en lo referente a sueldos, horarios, discriminaciones, acosos serán temas ineludibles e irrenunciables cuyos resultados se verán pronto. Torpes serán los empresarios y políticos si no se ponen manos a la obra evitando ser arrastrados por el tsunami.
Es una gran suerte llegar a mi edad y poder decir ¡Cómo me gustan las mujeres!
Las normas de derecho positivo que dicta el Estado para regular las relaciones de los hombres y para vivir mejor en sociedad, rigen para todos nosotros, son temporales y no deberían ser contrarias a la Constitución y mucho menos a los principios del derecho natural que son su base y fundamento.
La Constitución en su artículo 14 dice: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social». ¿Es posible que cuarenta años después de promulgada la Constitución haya, todavía, leyes machistas que estén vigentes? ¿Es compatible la aprobación de leyes machistas en un congreso que siempre ha contado con suficiente presencia femenina, incluso en su presidencia, y se hayan producido tan pocas denuncias de inconstitucionalidad a la hora de aprobarlas?
Acabar hoy con las leyes machistas es algo que está al alcance de las mujeres y anularlas forma parte de la lucha de toda la sociedad por regirse de acuerdo con los derechos civiles.
¿Es suficiente acabar con las leyes machistas para acabar con las discriminaciones sexistas? Rotundamente ¡No! A juzgar por la situación actual.
A veces hacemos de lo accesorio, la razón fundamental para atajar un problema y no tenemos en cuenta los verdaderos motivos y bases que siendo en principio de menor importancia se transforman en las únicas razones «fundamentales» de que nos valemos para intentar superarlo.
Comenzamos diciendo que «de acuerdo con los juristas» también son fuente del derecho natural valores universales y eternos que se muestran en la conciencia de los hombres.De entre las fuentes más cercanas a esta teoría está la costumbre que emana de la misma sociedad, mediante una repetición continuada de ciertas conductas que de tanto repetirse, acaban imponiéndose como si fuesen leyes naturales.
Personalmente fui niño en un pueblo, Mojácar, donde las mujeres no salían a la calle sin un pañuelo en la cabeza con el que se tapaban parte de la cara cuando se cruzaban con hombres. A cada edad dela mujer, correspondía un color de pañuelo que también variaba en función del lugar al que acudían. Lo que más llamó mi atención es que las críticas cuando algunas mujeres comenzaron a abandonar esas costumbres venían de las propias mujeres que, con sus comentarios maliciosos coadyuvaban a mantener el control social que significaba el uso del pañuelo.
Creo que en la actualidad, muchos problemas del feminismo español tienen su origen en el control social que se ha ejercido durante siglos sobre las mujeres y del que muchas de ellas no han podido e incluso no han querido liberarse. El control social sobre la mujer, fruto del inmovilismo cultural, económico y social, se ha perpetuado a base de utilizar la religión, la fuerza, la sexualidad, la política, las costumbres y siempre la ley para perpetuar el estatus quo que la ha mantenido atada en casa. Hoy no es de recibo que existan leyes antifeministas con la Constitución que tenemos y las mujeres disponen de recursos para que desaparezcan. ¿pueden las mujeres salirse de la norma?
Salirse de la norma ha conllevado para cualquier ciudadano, y no sólo en el caso de las mujeres, cuando poco, situarse en una disidencia excluyente, socialmente peor admitida cuanto más conservadoras e inmovilistas son las élites dominantes de la sociedad.
Sólo cambiando desde la primera educación, y la familiar es fundamentalmente cosa de mujeres, se podrá erradicar la discriminación de la mujer. La historia en este caso es una losa demasiado pesada. No es fácil erradicar la discriminación pero hay mucho recorrido hecho y se va por buen camino. Los españoles de hoy no se parecen en nada a los de ayer y están colaborando como era imposible hace unos años imaginar.
Frente a la Política,las mujeres españolas están sustituyendo, a marchas forzadas, a los hombres, militando en una disidencia constanteque es el movimiento actual de militancia activamás importante y esperanzador que tenemos. Su última manifestación, que no se bien por qué, me recuerda al 15-M, ha cogido de improviso al partido conservador que gobierna e incluso a las mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en él.
Cambios en lo referente a sueldos, horarios, discriminaciones, acosos serán temas ineludibles e irrenunciables cuyos resultados se verán pronto. Torpes serán los empresarios y políticos si no se ponen manos a la obra evitando ser arrastrados por el tsunami.
Es una gran suerte llegar a mi edad y poder decir ¡Cómo me gustan las mujeres!
