«La desaladora de la vergüenza continúa averiada cuatro meses después de las movilizaciones»

Entrevista a Javier Serrano, presidente de Aguas del Almanzora




ALMERÍA HOY / 11·03·2018

Este significado portavoz de los regantes advierte una vez más sobre la situación desesperada que vive el campo en la comarca por falta de recursos hídricos y la actitud de los políticos. «Es urgente un pacto por el agua que nos ofrezca garantías y seguridad. En pleno siglo XXI no podemos estar pendientes del cielo. Hay muchos miles de puestos de trabajo en juego».

- Las recientes lluvias en España han mejorado los niveles de agua embalsada tanto en el embalse del Negratín como en la cuenca del Guadalquivir. Eso abre unas expectativas positivas ¿no?

- La situación continúa siendo mucho más que complicada. Desesperada. Que nos acerquemos a los umbrales mínimos que deben embalsar el pantano del Negratín y la cuenca del Guadalquivir para allanar el camino a nuevos trasvases desde el Negratín, no significa que el agua vaya a llegar. Es preciso superar esos límites con holgura para que nos autoricen nuevas transferencias. Podemos decir que vivimos una calma tensa, porque se están aproximando la primavera y el verano, es decir, las estaciones secas, y mucho nos tememos que no va a llover lo necesario.

-Pero algo recibirán. Ya queda muy poquito para cumplir con la capacidad que exige la ley para empezar a pensar en nuevos trasvases.

- De todos modos, tampoco vamos a recibir 40 ó 50 Hm3. El Negratín ha subido muy poco, ahora tiene 207 Hm3 y el límite para poder trasvasar está fijado en 210, y la cuenca del Guadalquivir contiene el 28% de su capacidad, y ha de estar al 30%. Es apenas un 2%, pero significa mucha agua.

- ¿Se aplican con tanto rigor los números pese a una situación de excepción? Ustedes tienen contratos con otras comunidades de regantes fuera de Almería por los que les ceden agua...

- Si llueve tendremos más fuerza para que los contratos de cesión de derechos de otras comunidades se pongan en marcha, pero no hay soluciones para asegurar el agua que necesitamos. La desaladora de la vergüenza [la de Palomares] continúa sin reparar cuatro meses después de las movilizaciones que reunieron a 6.000 personas. Necesitamos medidas que nos permitan regar durante los dos o tres años que quedan para que esa desaladora se arregle y se ponga en marcha.

- ¿Se han dejado sin cultivar muchas hectáreas a causa de la sequía?

- La situación es engañosa. La gente ve los campos sembrados, pero no sabe que están regados con agua mala. Se ha dejado de plantar entre un 20% y un 30% de la tierra.

- ¿Cómo afecta eso a la producción?


- Al principio, como la tierra está sana y en perfecto estado, la planta lo soporta, pero la sal se va acumulando en la tierra y acaba llegando a las hortalizas y a los árboles cada vez en mayor proporción, provocando importantes problemas muy difíciles y costosos de erradicar. Nos estamos agarrando a un clavo ardiendo.

- ¿Tendremos que sacar a los santos en procesión, como se hacía antiguamente?

- Si el tiempo no está por llover, es mejor dejar a los santos en paz. Llueve por naturaleza, no por rogativas. El camino a seguir no es el de la procesión con un hacha de cera, sino el trabajo, la técnica y la política pensando juntas en resolver los problemas. Necesitamos sentido común y almacenar agua para cuando no llueve. Hace 40 años, en España regábamos la cuarta parte de la superficie que ahora. Eso es fruto de decisiones que han adoptado los políticos. Hoy, los políticos se pelean por las competencias y por buscar responsabilidades que reprochar al adversario, pero no resuelven los problemas que existen. Es urgente un pacto por el agua que nos ofrezca garantías y seguridad. En pleno siglo XXI no podemos estar pendientes del cielo. Hay muchos miles de puestos de trabajo en juego.

- ¿Tan mal les tratan los políticos?

- El campo no recibe lo que da. Nunca se ha hecho justicia con el agricultor del Almanzora, que tanto aporta a la economía de la Nación y tan poco recibe. No se nos escucha ni se nos deja hacer y, ésa, es una actitud muy negativa para que podamos seguir creando riqueza. Nos están empujando a subir el precio del agua porque tenemos que sufragar unos gastos que son idénticos haya más o haya menos para repartir. Ya no sabemos qué hacer. Todos nos dicen que nuestras reivindicaciones son justas, pero seguimos igual que antes.

- Y eso que ustedes sólo piden permisos, que si llegan a pedir cuartos...

- Nosotros estamos acostumbrados a pagar. Ya lo hacemos con el trasvase del Negratín, que costeamos aunque no venga ni un litro de agua. En cuanto al Tajo-Segura, hasta ahora contribuíamos en función del agua trasvasada pero han fijado, precisamente cuando no nos llega ni una gota, una tarifa fija, vengan o no sus recursos.

- ¿Y qué opina de los políticos de la zona que mantienen aquí un discurso sobre el agua pero se salen del hemiciclo para no verse obligados a romper la disciplina del partido, como han hecho recientemente dos del PP?

- Al político le da vergüenza. Tendría que ponerse en la piel del agricultor que lo está pasando mal.

- ¿Qué parte de culpa tienen las comunidades autónomas en que no se resuelvan problemas por el lío de competencias?

- Los recursos hídricos deberían ser una cuestión de Estado. Se habla mucho sobre el pacto del agua, pero se hace poco y, mientras tanto, los agricultores estamos en medio pagando los platos rotos. Ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno de España nos atienden adecuadamente. Tendrían que conocer y entender nuestras necesidades, pero también trabajar para resolverlas. Por desgracia, estamos acostumbrados a lo contrario. Hemos de tenerlo en cuenta a la hora de ir a votar. Que las competencias estén repartidas entre los gobiernos central y autonómico supone un problema añadido. Sin unión para marcarse y superar objetivos, toda la energía se pierde en la pelea política.

- Pero, mientras llegan las soluciones, ¿qué?

- Tratamos de sobrevivir y adaptarnos a la realidad que existe. Somos negociadores y positivos. Tratamos de sacar lo mejor de todos ellos y ponerles de acuerdo. Lo que nos interesa son los resultados. Que se repare la desaladora de Palomares, que lleva cerca de seis años averiada por haber sido construida en terrenos inundables; que se nos permita ampliar la desaladora de los regantes de Cuevas del Almanzora... Nosotros exigimos a las dos administraciones y marcamos la hoja de ruta. Otra cosa es que consigamos los objetivos que proponemos.

- ¿Y cómo son tan agradecidos que no dejan de homenajear a políticos que sólo les muestran el camino para que les den autorizaciones para crear infraestructuras, como el trasvase del Negratín, que acaban pagando ustedes?

- Si lo dice por Rafael Hernando, ha hecho mucho por la comarca y hay que reconocérselo, pero la solución de nuestros problemas no depende de un diputado. Hacen falta muchos. Más de la mitad del hemiciclo.

- Para terminar, por si alguno lee esta entrevista, ¿qué le pide usted a los políticos para que empiecen ya a hacerlo?


- Que se vuelquen en resolver los problemas que nos acucian. Que nos expidan autorizaciones para aforar pozos de emergencia en el Almanzora; que nos den permiso para ampliar la planta de los regantes de Cuevas de los 10 Hm3 al año que puede producir ahora hasta los 25 Hm3, y que la Junta nos ayude a financiarla; que Acuamed comience de una vez a reparar la desaladora de Villaricos y que, cuando se den las condiciones que estipula la ley para traer agua de los trasvases, empiece a llegarnos, aunque sea poca. Si no es así, será nuestra ruina y la de toda la comarca.