«Ni los pescadores ni los delfines tienen la culpa de su ineptitud»

Tras conocerse las pérdidas sufridas por el sector pesquero de la provincia a causa de «ataques» de cetáceos, Promar señala a las administraciones

Delfines en la Isla de Alborán.


ALMERÍA HOY / 05·06·2017

Tras la polémica surgida en aguas almerienses en torno a los «ataques» de cetáceos contra embarcaciones de pesca en lugares como Adra, Roquetas, Garrucha, Carboneras, Cabo de Gata y la bahía de la capital, la asociación en defensa de la fauna marina 'Promar' ha reconocido que «los pescadores sufren cuantiosas pérdidas por el ataque de delfines», si bien hace responsables, en buena medida, a administraciones públicas como la Junta de Andalucía o el Gobierno central. «Ni los pescadores ni los delfines tienen la culpa de su ineptitud».

«El concepto de 'ataques' es absolutamente de la especie humana, la misma que está —absolutamente— destruyendo el planeta y provocando la extinción de multitud de especies», indican los conservacionistas añadiendo que «si se desea resolver la situación que afecta a pescadores y delfines, todo parte de primero dirigir las responsabilidades en quienes corresponden y deben poner en marcha las medidas necesarias para dar soluciones, o sea la Junta de Andalucía y el Ministerio Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente».

Desde Promar recuerdan que «hay una vía a través de la UE para ayudar económicamente a los pescadores cuyas artes de pesca han sido dañadas por los delfines». «Para hacer uso de ellas sólo hay que exigir al Ministerio y a la correspondiente Consejería que realicen las gestiones necesarias, y que la Unión Europea a su vez tramite dichas ayudas».

El colectivo señala diversas reuniones mantenidas con el sector pesquero en el pasado, y reitera que «los delfines están en su medio, son las víctimas de siempre en esta historia, lo que no quita también que haya otra víctimas como pueden ser los pescadores, pero, ¿dónde está la gestión de la pesca sostenible?», se preguntan.

Así, se refieren al «correcto tratamiento de residuos», tanto en tierra como en el mar, «que está provocando la pérdida de recursos pesqueros y el agotamiento de caladeros». «Hay que invertir en investigación, en estudiar de forma pormenorizada lo que está sucediendo en la mar, detectar cada uno de los impactos y en qué medida están afectando, a continuación establecer un plan de gestión y dotarlo de presupuesto y llevarlo a la práctica. Hay que disponer del presupuesto necesario, mientras tanto, que las administraciones citadas, políticos y técnicos, muevan el culo y dejen de mirar para otro lado, ni los pescadores ni los delfines tienen la culpa de su ineptitud».