El aplauso

Bravo por Oramás haciendo ver, por si quedaba alguna duda, la soledad en la que se encuentra Podemos dentro del Congreso. Para esta moción sólo cuentan con las simpatías de los filoetarras de Bildu y los independentistas de ERC. Buenos compañeros de viaje para llegar a La Moncloa, sin duda. ¿Quo vadis, Espartaco?


Ana Oramás (CC) en el Congreso de los Diputados. // EP.

PABLO REQUENA

De las interminables horas de debate en el Congreso a cuenta de la moción de censura de Podemos, me quedo con el gesto torcido de Iglesias Junior y los suyos después de lograr una proeza tal como poner de acuerdo a casi todo el hemiciclo, de izquierda a derecha, cuando éste aplaudía a la misma diputada de Coalición Canaria que había tildado de «machista» al 'macho alfa' del populismo español.

En las filas podemitas —tan dados ellos y ellas a torturar el castellano en pos de la igualdad y la igualdada, y en ver machismo hasta detrás de las neveras— escocía especialmente la acusación de Ana Oramás. No es la primera vez que se tildaba a Iglesias Junior de machista, y es obvio que no por falta de razones. Recuerden, por ejemplo, lo de la «azotaría hasta que sangrase», que si llega a decirlo un político de cualquier otra formación, le habría faltado prado para salir corriendo de España.

Lo que realmente dolió de la intervención de la diputada canaria en la bancada podemita, amén de esa acusación de machismo, fue el recordatorio de Oramás. También se vio reflejado en las caras de los máximos dirigentes de Podemos ese rencor cuando les recordaban que ellos, y sólo ellos —y ellas—, impidieron que Pedro Sánchez, y no Rajoy, fuese hoy presidente —¿no sería 'presidento'?— del Gobierno.

Bravo por Oramás haciendo ver, por si quedaba alguna duda, la soledad en la que se encuentra Podemos dentro del Congreso. Para esta moción sólo cuentan con las simpatías de los filoetarras de Bildu y los independentistas de ERC. Buenos compañeros de viaje para llegar a La Moncloa, sin duda. ¿Quo vadis, Espartaco?

Siempre se dice que, de tonto, Pablo Iglesias Junior no tiene un pelo. Con esta moción de censura ha logrado contentar a sus incondicionales. Sin embargo, no hace falta ser profesor en la Facultad de Ciencias Políticas para saber que, mientras no sea capaz de absorber votantes de centro-izquierda, la formación morada va a tener más que difícil gobernar. Así lo creía Errejón, y ya sabemos cómo acabó todo. El tiempo dará y quitará razones, pero una cosa está clara; como hacía la propia Oramás para concluir su intervención parlamentaria refiriéndose a la moción de censura podemita con la letra de la canción 'Puro teatro' para definirla. «Falsedad bien ensayada/ poderoso simulacro». Y Pedro Sánchez en su búnker frotándose las manos.