El propietario del BIC ha remitido un escrito al Gobierno andaluz donde detalla que la torre está a punto de caer ladera abajo, al carecer de cimientos
 |
| Vista parcial del Castillo de San Pedro, en Cabo de Gata-Níjar. |
EUROPA PRESS / 28·07·2016
El propietario de la finca donde se alza el Bien de Interés Cultural —BIC— del Castillo de la Cala de San Pedro, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, ha instado a la Junta de Andalucía a que proceda «con carácter de urgencia» al vallado de la playa y del dominio público marítimo-terrestre bajo el inmueble, ante el «inminente peligro de derrumbamiento».
Daniel Navarro ha indicado que el escrito se ha presentado ante la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, con copia a la Delegación Territorial de Cultura, al Ayuntamiento de Níjar y a la Subdelegación del Gobierno central.
El citado documento, con el que se urge a la instalación de vallado y carteles de advertencia, detalla que los «sucesivos derrumbes» de las paredes del torreón han dejado a lo que queda de esta torre «sin cimientos, debilitada y a punto de pivotar y caer ladera abajo».
Asimismo, advierte de que, de producirse esto, los desprendimientos acabarían «encima de la multitud que usa dicha playa», al tiempo que adjunta fotografías realizadas en los últimos días en el arenal donde se se ve cómo hay bañistas al final de la ladera sobre la que se asienta el castillo.
Por este motivo, solicita el vallado de la playa y del dominio público marítimo-terrestre existente debajo del inmueble, en «anchura suficiente», para así «evitar el paso y estancia de las personas debido al más que inminente peligro de derrumbamiento», así como «los correspondientes carteles de prohibición».
Para Navarro, «no tiene sentido», como según ha manifestado a la Junta, vallar la parte de abajo del castillo, ya que este tiene una «pendiente del cien por cien y obviamente la gente no se pone ahí porque se caerían rodando». «Donde se ponen es en la playa, que es la zona que habría que vallar y prohibir», ha apuntillado.
Al hilo de esto, el propietario ha lamentado que el Gobierno andaluz «no haga nada útil» en torno a este BIC y «solo se les llene la boca diciendo que han dado orden de que se establezca un vallado perimetral del castillo, que no vale para nada».
Junta derivó la responsabilidad a los propietarios
Cabe recordar que, en un comunicado hecho público este lunes, la Junta derivó a los propietarios del castillo la responsabilidad de acometer las obras de urgencia necesarias en el BIC, e indicó que ninguno de ellos había presentado un proyecto de consolidación para el inmueble.
En ese mismo comunicado instaba, con carácter de urgencia, a que se procediera al vallado perimetral del edificio, «de tal forma que se imposibilite su acceso incontrolado y elimine el riesgo de accidente grave para las personas y el vandalismo sobre el propio inmueble» y apuntaba la necesidad de que se retirasen todos los elementos añadidos a los paramentos y cubiertas del castillo, como pérgolas, placas fotovoltaicas, bancos, enseres y basuras, actualmente existentes en el interior o adosados a sus fábricas.
Por otro lado, la asociación 'Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar' alertó a principios de julio a la Oficina del Defensor del Pueblo andaluz, mediante una queja, de la «posibilidad» de que se produjera un «derrumbe inminente» en el muro de defensa del castillo, lo que, al margen de la pérdida para el patrimonio histórico, suponía «peligro real» para las cientos de personas que en estos meses estivales visitan este conocido arenal del espacio protegido almeriense.
El colectivo conservacionista se dirigía, asimismo, con un segundo escrito a la Consejería de Cultura de la Junta para exigirle la realización de las «actuaciones subsidiarias necesarias» para garantizar las seguridad de las personas y también los valores históricos de este BIC, dado que las multas coercitivas impuestas a sus propietarios «no están dando un resultado eficaz».
Daniel Navarro ha indicado que el escrito se ha presentado ante la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, con copia a la Delegación Territorial de Cultura, al Ayuntamiento de Níjar y a la Subdelegación del Gobierno central.
El citado documento, con el que se urge a la instalación de vallado y carteles de advertencia, detalla que los «sucesivos derrumbes» de las paredes del torreón han dejado a lo que queda de esta torre «sin cimientos, debilitada y a punto de pivotar y caer ladera abajo».
Asimismo, advierte de que, de producirse esto, los desprendimientos acabarían «encima de la multitud que usa dicha playa», al tiempo que adjunta fotografías realizadas en los últimos días en el arenal donde se se ve cómo hay bañistas al final de la ladera sobre la que se asienta el castillo.
Por este motivo, solicita el vallado de la playa y del dominio público marítimo-terrestre existente debajo del inmueble, en «anchura suficiente», para así «evitar el paso y estancia de las personas debido al más que inminente peligro de derrumbamiento», así como «los correspondientes carteles de prohibición».
Para Navarro, «no tiene sentido», como según ha manifestado a la Junta, vallar la parte de abajo del castillo, ya que este tiene una «pendiente del cien por cien y obviamente la gente no se pone ahí porque se caerían rodando». «Donde se ponen es en la playa, que es la zona que habría que vallar y prohibir», ha apuntillado.
Al hilo de esto, el propietario ha lamentado que el Gobierno andaluz «no haga nada útil» en torno a este BIC y «solo se les llene la boca diciendo que han dado orden de que se establezca un vallado perimetral del castillo, que no vale para nada».
Junta derivó la responsabilidad a los propietarios
Cabe recordar que, en un comunicado hecho público este lunes, la Junta derivó a los propietarios del castillo la responsabilidad de acometer las obras de urgencia necesarias en el BIC, e indicó que ninguno de ellos había presentado un proyecto de consolidación para el inmueble.
En ese mismo comunicado instaba, con carácter de urgencia, a que se procediera al vallado perimetral del edificio, «de tal forma que se imposibilite su acceso incontrolado y elimine el riesgo de accidente grave para las personas y el vandalismo sobre el propio inmueble» y apuntaba la necesidad de que se retirasen todos los elementos añadidos a los paramentos y cubiertas del castillo, como pérgolas, placas fotovoltaicas, bancos, enseres y basuras, actualmente existentes en el interior o adosados a sus fábricas.
Por otro lado, la asociación 'Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar' alertó a principios de julio a la Oficina del Defensor del Pueblo andaluz, mediante una queja, de la «posibilidad» de que se produjera un «derrumbe inminente» en el muro de defensa del castillo, lo que, al margen de la pérdida para el patrimonio histórico, suponía «peligro real» para las cientos de personas que en estos meses estivales visitan este conocido arenal del espacio protegido almeriense.
El colectivo conservacionista se dirigía, asimismo, con un segundo escrito a la Consejería de Cultura de la Junta para exigirle la realización de las «actuaciones subsidiarias necesarias» para garantizar las seguridad de las personas y también los valores históricos de este BIC, dado que las multas coercitivas impuestas a sus propietarios «no están dando un resultado eficaz».
