La mirada inmortal de los artistas

FRANCISCO VERDEGAY

28·05·2015

En 1965 el Papa Pablo VI tuvo la idea de ampliar los tesoros artísticos del Vaticano con una colección de arte contemporáneo, así que envió una carta a los artistas y coleccionistas del mundo: «A todos vosotros, artistas… Hoy como ayer la Iglesia tiene necesidad de vosotros y se dirige a vosotros». ¿Resultado? Pocos años después el papa Pablo VI inauguraba la extraordinaria colección de arte moderno del Vaticano: ¡55 salas y más de 800 obras! Van Gogh, Rodin, Chagall, Klee, Gauguin, Picasso, Dalí… Todo gratis. Con sólo escribir una carta. El Papa había apelado a la fe pero en realidad sabía que no era la fe la que movería montañas sino el deseo de inmortalidad de los artistas.

«El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo», decía el poeta Bécquer. Qué bien nos vendría un poco de imaginación para resolver muchos de los problemas nuestro patrimonio cultural. Pero, «así como en la roca nunca vemos
 la clara flor abrirse» (Cernuda), tampoco brilla la imaginación en nuestra tierra de secano.

¿Saben que Almería quizás fuera la única capital de España que durante 15 años no tuvo un solo museo abierto? Eso ocurrió hasta hace sólo una década. ¿Saben que hay algunos propietarios de Bienes de Interés Cultural que los han ofrecido a la Delegación de Cultura de Almería por solo 1 euro y se los han rechazado? ¿Saben que hay una pintora almeriense que ha escrito al Ayuntamiento ofreciendo gratuitamente toda su obra y si siquiera le han contestado?

Decía Leonardo da Vinci que «la belleza perece en la vida pero es inmortal en el arte». Pero seguro que Leonardo buscaba no solo la inmortalidad de la belleza sino la suya propia. Eso les ocurre a la mayoría de los artistas. Cuando usan su pincel impregnan el lienzo no sólo de pintura sino también de su propio ADN. A eso se refería Carmen Pinteño el otro día cuando explicaba su obra a los Amigos de la Alcazaba. «Cuando pinto sé que algo de mí se queda en el lienzo y estoy segura que cuando la gente mira mi cuadro yo me comunico con ella a través de mi propia mirada». No es casualidad que la exposición se llame "La mirada de Carmen".

Luego Carmen Pinteño se sinceró y expresó un profundo malestar: «Quiero comunicar que es mi deseo legar al pueblo de Almería toda mi obra artística, con más de mil piezas, de forma totalmente gratuita». Y añadió que de hecho ya había mandado una carta al Ayuntamiento expresando estos deseos tan generosos. La respuesta a esta carta ha sido, a diferencia de aquella carta del papa, el más absoluto e injusto de los silencios.

Desde hace un mes tenemos un museo de pintura almeriense, el Museo de Doña Pakita. Por fin, un viejo sueño alcanzado. Pero, ¿pueden imaginarse lo que podría conseguirse si, por ejemplo, el alcalde enviara una carta a los artistas almerienses, familiares y coleccionistas, diciendo: «A vosotros artistas, Almería tiene necesidad de vosotros»?



Francisco Verdegay Flores es historiador y vicepresidente de la Asociación de Amigos de la Alcazaba de Almería (AAAA).