Jesús Muñoz: «No se defienden los intereses de Almería porque priman las órdenes de partido dictadas desde Sevilla o Madrid»

Acción por Almería es la asociación de referencia del movimiento regionalista almeriense, en Almería Hoy charlamos con su presidente


El presidente de Acción por Almería, Jesús Muñoz, ante la Casa de las Mariposas.
PABLO REQUENA / 12·04·2015

Llegamos con cierto adelanto a nuestra cita en una cafetería del centro. El ambiente en el interior es tranquilo, apenas un par de parejas que hablan en voz baja inclinándose sobre las mesas de mármol. Jesús Muñoz no tarda en aparecer, nos saludamos, sonríe, toma asiento. El rostro de este economista de 33 años no es desconocido para alguno de los clientes, que lo observa de soslayo.


Pregunta: ¿Qué es y por qué se crea Acción por Almería?

Respuesta: Acción por Almería es una asociación cultural y reivindicativa de carácter regionalista que nace en 2013. Surgió de un movimiento en las redes sociales, como la página de Facebook Almerienses que no se sienten andaluces, en la que una serie de seguidores nos conocimos y nos acabamos encontrando físicamente. Después de un año de reuniones, decidimos dar un paso adelante fuera del mundo virtual, y el resultado fue la creación de Acción por Almería.

P: Pero hay almerienses que se sienten tan andaluces como un cordobés o un sevillano…

R: El objetivo principal de nuestra asociación es recuperar la identidad propia de Almería. Nosotros tampoco tratamos de convencer a nadie de nada, sólo tratamos de exponer hechos para que la gente sepa cuál es su cultura, su historia y de dónde viene. Luego ya cada uno es libre de sentirse como buenamente quiera, pero que al menos no esté engañado como muchos almerienses que, a día de hoy, lo están.

P: ¿Qué ocurrió realmente en el referéndum de autonomía de 1980? ¿Hubo pucherazo?

R: Ocurrió lo que todos conocemos: un pucherazo en toda regla, puesto que no se respetó el resultado de un referéndum. Es decir, es cierto que en ese referéndum no se votaba si Almería formaría parte o no de Andalucía, porque Andalucía no existía como tal. Sólo existían las diputaciones y las provincias, no las regiones o comunidades autónomas. No existía ninguna realidad administrativa que se llamara Andalucía, por lo que tampoco podía existir la posibilidad de unirse o no unirse a ella. La Constitución recoge que las provincias pueden agruparse o conformarse de forma individual como comunidades autónomas, y en ese referéndum lo que se pretendía es que las ocho provincias que se presuponía que formarían una comunidad autónoma ratificaran si querían formarla juntas o no. En todas las provincias ganó el 'sí' —incluso en Jaén, donde en un primer momento fue rechazado, y posteriormente, con un recuento nocturno, parece ser que salió el ‘sí’—. Pero en Almería, ni con ese recuento se alcanzó el mínimo de votos que exigía la ley. A partir de ahí sólo cabían dos posibilidades: o que las siete provincias restantes conformasen una autonomía conjunta, o que se repitiese la votación a los cinco años. Como eso no era lo que interesaba a las fuerzas políticas del momento, dijeron que el referéndum era válido sin respetar la voluntad del pueblo almeriense. Y así se fraguó el pucherazo del 28-F.

P: Sin embargo, en 1981 los almerienses votaron a favor del texto del estatuto…

R: Efectivamente, hubo un segundo referéndum que fracasó igualmente. No cambió nada porque el resultado fue el mismo, pero sí es cierto que se produjo ese segundo referéndum en el que la abstención fue muy alta.

P: Y en 2007 otra vez...

R: Bueno, el referéndum de este nuevo estatuto de autonomía no es representativo, a nuestro juicio, de la animosidad o no de pertenencia a Andalucía porque ya entra dentro de un proceso en el que se supone que todos somos andaluces, y donde no entran en juego otros valores. En 1970, en plena Transición, se estaba proponiendo una autonomía uniprovincial o una unión con Murcia...

P: Desde Acción por Almería promueven la creación de una región propia, de una comunidad autónoma uniprovincial como la murciana o la cántabra. ¿Considera que se trata de un objetivo asequible a medio plazo?

R: Es un objetivo muy difícil. No nos vamos a llevar a engaños creyendo que es factible a corto o medio plazo. Pero a veces nos olvidamos de los artículos de la Constitución española que permiten conformarse en autonomía uniprovincial. Cualquier diputación provincial puede solicitar la creación de una comunidad autónoma. Independientemente de esto, ya entrarían en juego una serie de poderes, como la Junta o el Estado, que al igual que nos torpedearon en los años 80, ahora también nos harían la vida imposible. Por eso creo que hablar de formar una autonomía almeriense a corto plazo sería un poco de ciencia ficción.

P: Existen iniciativas, como la Plataforma por Andalucía Oriental, que postulan la secesión de Andalucía del las provincias que formaron parte del Reino de Granada —Almería, Jaén y Granada—, al tiempo que hay voces que apuestan por una unión entre Almería y Murcia… ¿Por qué la opción regionalista?

R: Nosotros somos consecuentes con nuestros objetivos. El objetivo de una Andalucía oriental no lo compartimos porque no nos consideramos andaluces, ni orientales ni occidentales. Nosotros nos consideramos levantinos, miembros de una unidad cultural que es el Sureste, y aunque es cierto que hay claras semejanzas con zonas cercanas, como Granada o Jaén, no lo es menos que éstas son provincias de transición entre las culturas levantina y andaluza. Históricamente es un proyecto que tampoco se sostiene. Nunca ha existido una administración de Andalucía oriental, ni reino ni comunidad, ni nada. Y además, nosotros no nos metemos en provincias vecinas; nosotros hablamos por los almerienses que no se sienten andaluces. Podemos respetar esos proyectos políticos, pero no buscamos sinergias de ese tipo ni meternos en casa ajena. Respecto a la unión con Murcia, tampoco lo vemos como una opción viable. Creemos que Almería saldría perdiendo al unirse con cualquier provincia limítrofe. Estamos hablando de Murcia y Granada, que tienen un número de habitantes mucho mayor que el nuestro, y acabaríamos sustituyendo un centralismo por otro.

P: A menudo se les ha comparado con los nacionalistas vascos y catalanes, ¿Qué opina de ello?

R: Es el típico argumento de aquellas personas que no se molestan en conocernos. Una cosa es el regionalismo y otra diferente el nacionalismo. Un regionalista no cuestiona su pertenencia al Estado español. ¿Los riojanos o los cántabros son nacionalistas? ¿Acaso Andalucía es un Estado como para que nosotros nos queramos independizar? No. Los catalanes y los vascos tendrán su propia idiosincrasia y sus propias luchas, pero esa no es nuestra guerra.

P: En las últimas elecciones autonómicas, Almería fue la única provincia en la que no ganó el PSOE, ¿guarda esto alguna relación con ese carácter propio que defienden desde Acción por Almería?

R: Eso no es debido a un sentimiento regionalista, porque no tendría sentido que la mayoría de almerienses votara al PP. Se debe más a que Almería es una provincia muy olvidada y discriminada por un gobierno centralista como el andaluz, independientemente de que gobierne el PSOE u otro, porque si gobernara el PP sería igual de centralista. Por lo tanto, es un voto de castigo a ese olvido. Pero es un círculo vicioso, porque cuanto más se vota al partido contrario, el partido gobernante más se molesta y más castiga. Hay ámbitos desde los que se acusa a Almería de ser la derecha de Andalucía, de ser el voto conservador de Andalucía, pero lo cierto es que de diez elecciones autonómicas, en cinco ocasiones ha ganado el PP y otras cinco el PSOE.

P: Durante la campaña de las andaluzas, el secretario provincial de los socialistas, José Luis Sánchez Teruel, se refirió al regionalismo almeriense como «un virus que nos han metido» y «del que hay que curarse»; al tiempo que vinculó el movimiento al Partido Popular… ¿Qué opinión le merecen sus declaraciones? ¿Existe alguna vinculación entre Acción por Almería y el Partido Popular?

R: Acción por Almería no está vinculada a ningún partido ni a ninguna asociación de ningún tipo. Hay socios que, de forma particular, militan en distintos partidos políticos; los hay del PP, de VOX, de Podemos y apolíticos. Nosotros no pedimos carnés. Respecto a las declaraciones de este dirigente socialista, nos parece que se hacen desde un profundo desconocimiento, producto de una mentalidad de partido que no le permite ver movimientos ciudadanos que no están vinculados a partidos políticos; la típica visión de un político que no ve más allá de la política. Además, asustan a muchos socialistas almerienses que no se sienten andaluces —nosotros conocemos casos con nombres y apellidos—.Así que le animamos a que nos conozca antes de hablar.

P: Y dígame, ¿qué vota un regionalista en unas elecciones andaluzas? ¿Se abstiene, o existe algún partido que recoja sus inquietudes?

R: Realizamos una consulta a cada partido que se presentaba por Almería a las elecciones andaluzas para conocer su postura con respecto al regionalismo almeriense. Nos respondieron todos salvo dos fuerzas: PSOE y Podemos. Todos los demás —PP, IU, Equo, UPyD, VOX, Ciudadanos, etc— nos dieron una respuesta en un sentido o en otro. Nuestra conclusión es que, a día de hoy, no existe ningún partido que represente nuestros sentimientos regionalistas. Habrá personas en esos partidos que puedan coincidir con nuestras ideas, algunos de forma oportunista para recoger votos, pero insisto en que no hay ningún partido.

P: Entonces, ¿veremos a Acción por Almería convertida en partido político?

R: Ahora mismo no puedo responder a esa pregunta. Es cierto que se trata de un tema recurrente dentro de nuestra asociación. Tenemos una vertiente cultural, pero también una vertiente política. En este momento la política no es un objetivo a corto plazo, porque entendemos que la sociedad almeriense no nos conoce lo suficiente. Necesitamos tiempo para que nos conozcan. De otro modo, nos convertiríamos en un partido de pataleta contra el centralismo, un partido oportunista, y no queremos eso. Queremos que los partidos y las instituciones enarbolen la bandera del regionalismo; si eso no ocurre en un futuro y hay una mayoría de socios que quieren dar ese paso —porque también los hay que no quieren saber nada de política—, quizá se haga, pero a día de hoy no se plantea.

P: El andalucismo más visible, el que representa el PA, se encuentra desde hace años sumido en una profunda crisis, sin embargo, Susana Díaz ha ganado las elecciones —bien es cierto que no en nuestra provincia— con un discurso rabiosamente andalucista. ¿Cómo afectan estos cambios al regionalismo almeriense?

R: No tenemos ninguna relación con el PA, ni buena ni mala, al margen de algunos comentarios que han hecho sus dirigentes en redes sociales... No nos importa su opinión; son un partido que se denomina nacionalista y que tiene una curiosa forma de ver la historia y de concebir Andalucía. Obviamente no coincidimos en nada, y nos afecta muy poco lo que puedan opinar. Tampoco tienen mucho seguimiento en Almería.

P: Conservación del patrimonio, trasvase del Ebro, Alta Velocidad… ¿Se están defendiendo los intereses de Almería a nivel político? ¿Considera que se trata de igual modo a todas las provincias?

R: No. Como he comentado, en Andalucía existe un centralismo muy fuerte. Hay otras provincias que también están marginadas, pero no voy a entrar en comparaciones. Es cierto que no se trata igual a todo el mundo, y que se priorizan unos proyectos sobre otros en función de dónde se realicen. Recuerdo las infaustas declaraciones de Manuel Chaves, cuando era ministro, defendiendo un corredor central frente a uno mediterráneo. Por tanto, no se defienden los intereses de Almería porque priman las órdenes de partido dictadas desde Sevilla o Madrid. Ojo, que no se trata de alentar el antiandalucismo; se trata de poner las cosas sobre la mesa y denunciar la discriminación, se produzca desde Madrid o desde Sevilla.

P: A propósito del AVE, ¿qué opina de la polémica entre C’s y el PP por la supuesta petición de paralización de las obras?

Es curioso que las primeras vías de AVE que se han construido sean las que ya de por sí tenían mejores prestaciones. Es decir, hemos sustituido un tren Alaris Valencia-Madrid por un AVE, y sin embargo, ya no sólo Almería, sino regiones como Extremadura o Asturias, que también tienen malas comunicaciones... ¿Ahora vamos a aumentar la brecha más aún? Es un disparate.