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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
No he sido en los últimos años un gran seguidor de Eurovisión, ni siquiera estando en Benidorm, por aquello del Imserso (entre Belarra y Sánchez nos tienen contentos este año a los viejos, ¿en qué se estarán gastando el dinero de los viajes de los abuelos?), celebrándose una de las semifinales en aquellas tierras. Quiero acordarme de que un año, hace tanto tiempo que ya no recuerdo cuál, salimos una mañana a comprar uno de aquellos nuevos televisores de pantalla plana, eran la novedad en los mercados, para ver con la familia el concurso a celebrar aquel sábado. No debimos quedar muy bien en el balance final, ya que no me queda indicio ni de la canción que presentaba España, como tampoco de quién la cantaba. Desde hace algunos le perdí el interés, y hoy, ante la decisión de no participar en el festival, de hermosos culos femeninos (machista), que parece es para lo que ha quedado, la única pregunta que se me ocurre es ¿cuánto nos vamos a ahorrar al no participar? Y digo bien lo de participar, pues de todos es conocido que las deudas de la televisión pública, la nacional y las autonómicas, se vienen pagando con el dinero de los impuestos de los ciudadanos. Ustedes y yo, paganinis como siempre.
Vamos, que el sueldo de cómicos, presentadores, actuales predicadores del sanchismo y demás cuchipandas sale de nuestros bolsillos. Por lo que, si algo nos ahorramos al no participar en Eurovisión, será un beneficio para nuestros desangrados bolsillos. Pequeño ahorro, sí; el del chocolate del loro, también; pero menos da una piedra, que no están los tiempos para tirar, aunque diga el presidente en Extremadura, abriendo la campaña electoral, con el tren llegando tarde y averiado, que España va como nunca: ¡Fundador! ¿Se habría tomado una copa?
Si la Tve la pagamos entre todos los españoles, no creen ustedes que la postura de no ir a Eurovisión debería haber sido votada en algún estamento. Digo yo. Se nos llena la boca de democracia, somos los más demócratas del mundo, pero a la hora de la verdad, la decisión la toma un señor, porque a él le sale de sus partes blandas, y los demás a bailarla. No te fastidia el caballero. No sea muy duro con el director general de la tele. La decisión no la ha tomado él, no sea usted malo. Creo que sabe, como el resto de los españoles que es Pedro Sánchez el que nombra y cesa a los directores de la Tve, a los cómicos y presentadores de la Tve, a los contertulios de la Tve y demás gametos que circulan por las ondas camino de las pantallas y nuestras mentes, por lo que no veo al director diciendo que no a Eurovisión si no se lo ha mandado el puto amo, como le llama el ministro Óscar Puente.
No me voy a llevar un disgusto, que lo tenga en cuenta el presidente, ni me voy a alegrar lo más mínimo. No vamos a Eurovisión y ahorramos dinero. Lo que me jodería, perdonen la expresión un poco soez, ahora que se lleva tanto lo de las braguetas salías, es que ese dinero fuera a parar a dar lustre y satisfacción a estos braguetas de colores, amigos y compañeros del yerno de Sabiniano, el de las saunas. Que por lo menos esa función de bragueteros salíos se la paguen los políticos de sus bolsillos, digo yo. Creo que el resto de los participantes andan llorando por las esquinas ante la ausencia de España. Y nosotros vamos y nos lo creemos.
Vamos, que el sueldo de cómicos, presentadores, actuales predicadores del sanchismo y demás cuchipandas sale de nuestros bolsillos. Por lo que, si algo nos ahorramos al no participar en Eurovisión, será un beneficio para nuestros desangrados bolsillos. Pequeño ahorro, sí; el del chocolate del loro, también; pero menos da una piedra, que no están los tiempos para tirar, aunque diga el presidente en Extremadura, abriendo la campaña electoral, con el tren llegando tarde y averiado, que España va como nunca: ¡Fundador! ¿Se habría tomado una copa?
Si la Tve la pagamos entre todos los españoles, no creen ustedes que la postura de no ir a Eurovisión debería haber sido votada en algún estamento. Digo yo. Se nos llena la boca de democracia, somos los más demócratas del mundo, pero a la hora de la verdad, la decisión la toma un señor, porque a él le sale de sus partes blandas, y los demás a bailarla. No te fastidia el caballero. No sea muy duro con el director general de la tele. La decisión no la ha tomado él, no sea usted malo. Creo que sabe, como el resto de los españoles que es Pedro Sánchez el que nombra y cesa a los directores de la Tve, a los cómicos y presentadores de la Tve, a los contertulios de la Tve y demás gametos que circulan por las ondas camino de las pantallas y nuestras mentes, por lo que no veo al director diciendo que no a Eurovisión si no se lo ha mandado el puto amo, como le llama el ministro Óscar Puente.
No me voy a llevar un disgusto, que lo tenga en cuenta el presidente, ni me voy a alegrar lo más mínimo. No vamos a Eurovisión y ahorramos dinero. Lo que me jodería, perdonen la expresión un poco soez, ahora que se lleva tanto lo de las braguetas salías, es que ese dinero fuera a parar a dar lustre y satisfacción a estos braguetas de colores, amigos y compañeros del yerno de Sabiniano, el de las saunas. Que por lo menos esa función de bragueteros salíos se la paguen los políticos de sus bolsillos, digo yo. Creo que el resto de los participantes andan llorando por las esquinas ante la ausencia de España. Y nosotros vamos y nos lo creemos.


